Bestia desbocada 29

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El goblin miraba su cruel destino sosteniendo la afilada hoja metálica, parado inmovilizado sobre un charco de orina y sangre. Junto a él, su madre sostenía el cuerpo ya muerto de su hermano, aquel ser que por tanto tiempo lo había atormentado y frustrado, aquel ser de fuerza e inteligencia capaz de gobernar sobre uno de los ejércitos del rey demonio...hoy solo se apiñaba junto al montón de desechos como nada más que otro apestoso aditamento a la pila.

Goblin slayer levantó la espada lentamente, terminaría el trabajo sin dejar ningún sobreviviente goblin y luego buscaría la forma de regresar al campamento humano. Su mano se elevó, pero el goblin no se movía, paralizado por el terror, simplemente miró con ojos llorosos como el aventurero...el devorador de nidos, acabaría con su vida.

La espada bajó con fuerza, pero en lugar del cráneo de la pequeña criatura, se topó con el suelo de la celda, pues aferrada a la cintura del aventurero, la mujer prisionera se había abalanzado para evitar el golpe fatal sobre su hijo

-CORRE!-

Las palabras de su madre regresaron a la vida al goblin, que vio al aventurero caer al suelo mientras su madre forcejeaba con él en busca de retenerlo lo más posible.

Sus piernas reaccionaron y precipitándose a la puerta de la jaula un pensamiento llegó a su mente

"...está en el suelo..."

Golpeando el rostro de la mujer con su puño, el agarre de la fémina se aflojó, permitiendo que el aventurero comenzara a incorporarse, momento en el que un nuevo golpe lo desorientó.

El goblin había vuelto, golpeando la parte trasera de su cabeza con un trozo de hueso bastante grande, cosa que hizo al aventurero volver a caer al suelo.

Los golpes comenzaron a ser cada vez más frecuentes, buscando la cabeza y las costillas, aunque sin ser realmente efectivos, pero lo que en verdad preocupaba al aventurero era que la mujer había logrado aferrarse al mango de la espada y ahora peleaba por arrancarla de sus manos.

Los gritos inundaron la habitación mientras el forcejeo llenaba el cuerpo del aventurero con la sangre de su anterior presa, momento en el que se le ocurrió algo. Soltando la empuñadura de la espada, el aventurero arrojó algo de sangre del suelo a la cara del goblin que lo golpeaba.

La sangre entró en los ojos de la criatura, que gritó adolorida mientras soltaba el hueso para limpiar su rostro.

El hueso fue sujetado por el slayer, que posteriormente usó para arremeter contra la cabeza de la mujer.

El primer golpe fue lo suficientemente fuerte como para fracturar el hueso que fungía como arma, desbaratándolo en decenas de pedazos, la mujer sintió el mundo nublarse por un momento antes de caer al suelo chorreando sangre por su cabeza.

Por fin recuperado, el goblin se dispuso a continuar la pelea, solo para sentir una patada en su estómago; no podía respirar, la sangre brotaba de su boca y nariz, sus costillas crujían al encuentro de la pesada bota y tuvo que luchar para no perder el conocimiento. Abatido, el goblin cayó al suelo, momento en el que su borrosa mirada captó a su agresor, goblin slayer, dispuesto a matarlo.

Una vez más la hoja se elevó, esta vez premoniciando una estocada, pero nuevamente la mujer se lanzó hacía el aventurero; no tenía la fuerza para siquiera levantar su propio peso, por lo que la única resistencia que pudo hacer fue sujetar el pie del hombre mientras rogaba susurrando

-por favor...espera...-

Solo fue un segundo, pero los movimientos del aventurero se detuvieron, así que la mujer continuó.

-perdónalo...y llévame...a mí...-

-no eres un goblin, no me sirves-

-entonces...déjalo ir...y te diré...como escapar...de aquí...-

Su voz era ronca y se esforzaba por respirar, pero incluso así su determinación por salvar a su hijo era genuina.

El slayer se congeló antes de proseguir.

-Dime cómo salgo?-

La mujer soltó el pie del aventurero para señalar una parte en específico de la celda, una parte que parecía tener una baldosa del suelo ligeramente desacomodada, seguramente revelando el camino hacía un túnel y muy probablemente la forma en la que goblin slayer había sido llevado allí.

El aventurero se apartó entonces del par, avanzando hasta la sección que la mujer indicaba, efectivamente encontrando el pasadiso secreto.

Habiendo comprobado la verdad en las palabras de la mujer, el slayer miró a los dos seres que habían habitado esa celda por tanto tiempo.

La mujer abrazaba como podía a su hijo, mientras que este devolvía una mirada hacía el aventurero, una mirada que él reconocía muy bien.

-...seguirás cuidando y educando a ese goblin?-

El silencio reinó un poco antes de que la mujer, al borde del desmayo respondiera.

-...claro...es...mi hijo...-

-...ya veo...-

Empuñando con fuerza la espada, los pasos del aventurero regresaron hacía el par que lo miraba aterrados y dando una rápida y firme tajada con su hoja, el cuello de la mujer fue cortado hasta el hueso.

El goblin pudo sentir la liquida y tibia sensación bañando su cuerpo, el agarre de su madre se apretó maternalmente intentando protegerlo antes de desvanecerse fríamente, cayendo sus brazos y enfriándose a una velocidad sobrenatural.

El cuerpo de la mujer cayó al suelo, gorgoteando al igual que el lord goblin, pero muriendo más rápido.

La pequeña criatura, aún sentada en el regazo de la mujer quedó quieto, incapaz de procesar lo que había sucedido, pero instintivamente sujetando los brazos de su madre y llevándolos de regreso hacía él en busca de sentir la calidez que su madre le había dado por tanto tiempo, solo sintiendo en cambio una sensación rígida y fría.

Su mirada se transformó nuevamente mientras su cuerpo comprendía lo que había pasado, enfocando aquel horrendo ver hacía su agresor, quien no dudó más y de un tajo rebanó el cuello del goblin, desperdigando su sangre junto con la de su madre y viéndolos a ambos sucumbir de la misma forma.

Cuando la vida escapó de los ojos del goblin, una nueva estocada se clavó en su pecho, perforando su corazón y terminando definitivamente el trabajo.

L espada se envainó en la cintura de goblin slayer y con paso calmado regresó hasta el pasadizo, mirando nuevamente a aquel goblin que siendo tan pequeño se había atrevido a tanto.

"Los goblins...en verdad son tontos..."

Antes de partir, el slayer tocó su casco con delicadeza, acariciando las ranuras por las que su mirada contemplaba el exterior, pues bien sabía que su mirada era la misma que la de aquella criatura.

Una sensación de asco lo invadió, pero comprendió, como había hecho hacía años, que para enfrentar a aquello que más odias bien debes entenderlo al punto de convertirte en eso.

Goblin slayer descendió por las escaleras del pasadizo, cerrando la loza tras de él e internándose en la obscuridad mientras tristemente se recordaba a sí mismo que aunque su título ostentaba la palabra asesino, aún se referían a él como aquello en lo que se había convertido... goblin 

Goblin Slayer. temporada de cazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora