Panorama general

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Las puertas del palacio resonaron con un estruendo gigantesco que estremeció las profundidades de la fortaleza, una vez tras otra, la puerta fue golpeada con brutalidad hasta que finalmente cedió, dejando paso a una horda de monstruosidades sedientas de sangre, goblins y orcos ingresaron al lugar empuñando espadas, hachas y lanzas, pero en el lugar solo encontraron escombros y vacío, pues lo que alguna vez había albergado a una guarnición sobreviviente de las fuerzas aliadas, ahora estaba abandonada, al menos a simple vista.

Bajo las pesadas pisadas de las fuerzas demoniacas, los soldados elficos, humanos, enanos y demihumanos aguardaban en completo silencio.

"por favor...por favor...por favor..."

Elevando una oración en su mente, la mujer que había prestado primeros auxilios a goblin slayer rezaba para que los heridos que se mantuvieron en el túnel dentro del castillo permanecieran a salvo, cosa que no fue el caso.

Tras unos minutos la masacre inició, gritos desgarradores y suplicas de ayuda, bramidos y rugidos de las bestias, choques de espadas y sonidos viscosos seguramente proveniente del derramamiento de sangre; la mente es poderosa y en un ambiente totalmente obscuro en el que solo puedes oír e imaginar lo que sucedía arriba, muchos comenzaron a vomitar y a sollozar en silencio mientras se lamentaban lo que estaban haciendo, ignorar las suplicas de sus amigos y camaradas mientras ellos se escondían para sobrevivir.

La sacerdotisa miró con asco y odio a aquel que había propuesto el plan, pero sus emociones se opacaron al observar una armadura completamente en calma y silencio mientras miraba el techo del refugio sin moverse en lo absoluto. Tan tranquilo que pareciera indiferente a los sucesos del exterior, en un acto reflejo instintivo, goblin slayer miró a la secerdotiza, quien no pudo evitar retroceder presa de un miedo igualmente instintivo.

-...no eres humano...-

Fueron sus ultimas palabras antes de perderse entre la obscurdad y la multitud de personas en el lugar.

El slayer comprendía esas palabras, levantando su mano para poder observarla solo pudo atinar a decir una frase en un susuro triste

-...lo sé...-

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

El plan había fracasado, el frente se había desmoronado anticipadamente y ahora el grueso del ejercito maligno se enfrentaba a las fuerzas apostadas en el bosque. Pero pese a considerar el plan un fracaso, la verdad era que esta nueva posición era bastante mejor y mas defendible para las tropas aliadas.

El bosque era territorio natural de los elfos, quienes se habían transformado en cazadores certeros y voraces de altos mandos del ejercito enemigo, causando caos y pánico en la infantería regular, las trampas colocadas con anterioridad habían frenado en seco a los hostiles, quienes cayeron sin posibilidad de escape en una zona de muerte desde la que los arqueros y lanceros los masacraban con relativa facilidad e incluso el follaje de los arboles había contribuido para que las gárgolas y demonios voladores no pudieran más que elevarse un poco, siendo rápidamente derribados por los hechiceros.

La batalla, pese a no ser lo esperado, se veía mucho mejor que antes, pues el punto muerto se veía más fácilmente controlable en esa área.

Moviéndose velozmente entre las copas de los árboles, la elfa arquera atacaba indiscriminadamente a cualquier enemigo a su alcance, seguida por otros de su misma raza que trataban de imitar sus rápidos movimientos.

-Señorita...por favor...mas despacio!-

Jadeaba uno de los elfos mientras tropezaba entre las ramas disparando torpemente sus flechas, las cuales, aunque ayudaban a crear caos en las tropas enemigas debajo de ellos, eran fácilmente interceptadas por los escudos de los orcos, quienes devolvieron los golpes entre ataque y ataque.

-Deprisa, si no aceleran nos atraparan!-

Las alimañas que se encontraban en tierra tensaron rápidamente sus arcos en busca de eliminar a los elfos que los atacaban, pero sus flechas eran rudimentarias y débiles, al ser lanzadas tendían a curvearse e impactar contra el follaje de las ramas, aunque esto no evitaba que algunos de los arqueros elficos fuesen alcanzados, cayendo muertos o heridos solo para ser mutilados salvajemente por la horda de trasgos y goblins que se atrincheraba en el suelo.

En otro de los puntos, un enorme ogro peleaba por salir de una de las trampas, pues su enorme y musculoso cuerpo se encontraba atorado en uno de los hoyos con pinchos previamente excavados.

-ALIMAÑAS INMUNDAS!-

Gritaba su ronca e imponente voz mientras agitaba un hacha en busca de eliminar a sus enemigos, inconscientemente cortando arboles cercanos que aplastaban a sus propias tropas mientras caían.

Las flechas volaban, muchas de estas dirigidas hacía la cara del propio ogro o cualquiera que se acercase a apoyarlo.

-Hora de trabajar, gnomos, unan trozos de arena y serán rocas...Stone Blast!-

Un hechizo fue pronunciado rápidamente por el enano que acompañaba al slayer, lanzando una pequeña piedra sobre el ogro, la cual rápidamente creció a un tamaño descomunal, cayendo pesadamente sobre él, sellando el agujero y triturando a la criatura que luchaba por salir.

-Esto es demasiado fácil...-

-Y pensar toda la sangre que derramamos por mantener la ciudad...-

A lo largo de la línea defensiva, las fuerzas demoniacas eran diezmadas por el pequeño número de defensores, pues inclusive los ogros, goblins y demonios superiores caían víctimas de las trampas ocultas solo para inmediatamente ser acosados por una lluvia de hechizos y flechas. Finalmente tras meses de un estancamiento absurdo, la victoria se sentía al alcance.

En otra parte de las defensas, un esqueleto del hombre lagarto machacaba a los orcos que habían detenido su avance en una enorme zanja llena con serpientes, las cuales mordían a los monstruos una y otra vez, dejándolos sin tiempo para defenderse de su atacante y de ellas al mismo tiempo.

Algunos chamanes goblins se acercaron por la retaguardia para intentar ayudar a los orcos, pero desde las ramas el monje lagarto cayó seguido por un escuadrón mixto.

Dos hombres lagarto más y un humano se abalanzaron contra los chamanes, rápidamente masacrando a la indefensa retaguardia y provocando el caos en las tropas cercanas.

Un poco más alejados del frente, atendiendo a los relativamente pocos heridos, la sacerdotisa y su amiga aún con su armadura, apoyaban a otras enfermeras que se movían apresuradamente de un lado a otro.

La sacerdotisa era una enfermera por vocación, teniendo amplios conocimientos en medicina además de su magia, permitiéndole guardar sus milagros para el combate, aunque en algunos momentos la joven chica que la acompañaba no pudo llevar el ritmo, quedándose un poco atrás para admirar el caótico escenario que se miraba por entre las copas de los arboles, desviando sus pensamientos un poco para constantemente hacerse la misma pregunta.

"Goblin slayer...estarás bien?"

Goblin Slayer. temporada de cazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora