Sangre De Vampiro. (CORRIGIENDO)

Cap 5

El escuchar esas palabras por parte de Ryder hizo que el vello de mi nuca se erizara y solo me concentré en lo que seguía hablando.

– Estás mal hermano, olvida ese asunto ya. – Le dijo otro de sus amigos.

– No, ustedes no lo entienden y no lo entenderán hasta que se los demuestre. – Hizo una pausa y pude volver a sentir su mirada sobre mí. – Y tengan por seguro que lo haré cueste lo que cueste.

–¿Y si resulta que en realidad todo fue imaginación tuya? – Preguntó el mismo chico.

No alcancé a escuchar la respuesta porque alguien chasqueo los dedos frente a mi haciendo que me desconcentrara y con eso todos mis sentidos se estabilizaron y volvieron a ser consciente de cada cosa a mi alrededor y no solo de Ryder.

–¿Qué? – Pregunté al ver como Luke, Sonny y Drew me miraban atentos.

–¿Estás bien, Alex? – Preguntó Sonny que había sido la que me había sacado del trance.

– Si ¿Por qué? – Pregunté comiendo un poco de mi lechuga.

– Tenemos más de diez minutos hablando contigo sobre la salida a la casa de campo de Luke. – Informó Drew.

–¿Cuál casa? – Entonces ahí Luke se golpeó la frente con su mano.

– No escuchaste nada. – Resopló el rubio.

– Disculpen. – Dije un poco avergonzada. –¿Dónde es que iremos?

– Mis padres tienen una casa de campo cerca del lago Husbagh. – Dijo Luke y de haber sido humana sé que habría palidecido.

No, no podíamos ir a ese lugar y mucho menos dejar que mis amigos fueran. En los últimos días han detectado a un grupo de desterrados por esa zona.

– Está hecho entonces. – Celebró Sonny dando varios aplausos. – Partimos mañana viernes en la tarde, pide permiso a tus padres. – Con eso se fue y Drew me arrastró con él hacia nuestra clase, biología, la cual compartíamos.

– Has estado muy distraída estos días, Alex. – Dijo pasando su brazo por mis hombros.

– Tengo muchas cosas en la cabeza. – Respondí restándole importancia.

–¿Puedo saber cuáles son esas cosas? – Cuestionó recogiendo el cabello que cubría mi frente.

– Me encantaría contarte, pero no lo entenderías. – Dije a mi pesar. Era cierto, quería contarle todo a mis amigos, a mi novio, pero sabía que no lo iban a entender, aunque se los explicara con dibujos animados.

Me sentía mal por ocultarle cosas a mi familia y mis seres queridos, pero no tenía de otra, los arriesgaría a un mundo peligroso y los haría vivir el resto de sus vidas con miedo a que alguna criatura como yo los atacase en algún momento.

Y ahora me encontraba en la cocina con mis padres preparando la cena mientras mi hermana discutía con ellos por haberme dado el permiso para ir a la casa de campo. Obvio sabía que era una locura ir, pero ellos irían con o sin mí y no podía dejarlos solos cuando el peligro ronda por ese lugar.

–¡Mamá! Pero a mí nunca me dieron permiso para irme de fin de semana con mis amigos. – Chilló golpeando la mesa.

– Porque cada vez que te dimos permiso de ir a una fiesta llegabas a casa con más alcohol en las venas que sangre. – Replicó mi madre.

–¿Y qué les asegura que Alexandra no hará lo mismo o peor? – Preguntó dedicándome una mirada de odio que ignoré por completo.

– Ella siempre ha sido muy responsable. – Dijo papá.