Sangre De Vampiro. (CORRIGIENDO)

Cap 28

Alex

El camino de regreso lo hicimos todo en silencio, algo que agradecía grandemente a Cole porque no tenía ganas de hablar con él. No después de lo que había pasado, que era prácticamente por su culpa. O bueno, también la mía por no decirle la verdad a Chris, debí confiar en él, pero es tan complicado.

Al llegar veo a Aranna sentada en el tronco seco que se ubicaba allí, no recuerdo exactamente cuándo se fue y me dejó sola con Christian, solo me concentré en él y en nada más. Se puso de pie rápidamente y se acercó a mí, pero arrugó el entrecejo cuando notó a Cole detrás de mí.

–¿Cómo te ha ido? Y ¿Cole? – Miré al licántropo que me devolvió la mirada.

– Chris me odia, él piensa que lo traicioné uniéndome a los licántropos. – Resumí.

–¿Por qué no le dijiste la verdad? – Preguntó Cole en mi cabeza. Lo miré fijamente y me senté.

– No podía hacerlo aún. – Aranna me miró confundida, pero no tardó dos segundos en saber que estaba hablando con el licántropo.

–¿Qué fue lo que pasó exactamente? – Preguntó sentándose a mi lado.

– Cole llegó, iba a atacarlo y no podía permitir que se pelearan, cuando Chris me pidió una explicación no pude dársela, porque no puedo simplemente decirle que su padre es un mentiroso y que los vampiros no son los buenos en esta historia. – Ella asintió comprendiendo. – Seria demasiado para él así de golpe, no podía simplemente decirle y punto.

– Eso no hubiera pasado si no me hubieras mentido. – Reprochó Cole.

– Disculpa, olvidaba que debía pedirte permiso cada vez que iba a hacer algo. – Le dije sarcásticamente.

– No pedirme permiso, pero podías decirme que te ibas a encontrar con ese. – Reclamó. – Yo solo te estoy cuidando, no olvides que los suyos fueron los que le pusieron precio a tu cabeza.

–¡Ese, es mi alma gemela y nunca me haría daño! – Grité exasperada. Aranna que había estado mirándonos sin saber exactamente lo que discutíamos porque no escuchaba a Cole decidió intervenir.

–¡Ya basta los dos! – Se puso de pie. – Además de que es muy incómodo no saber de qué están hablando porque solo escucho a una de ustedes dos, no deben estar peleando, somos todos amigos aquí ¿De acuerdo?

Di una patada al suelo y me puse de pie para alejarme de ellos, estaba frustrada, enojada y muchas cosas más. Solo quería que esa pesadilla acabara, que no hubiera guerras y que yo no estuviera en medio. Este era el momento donde ser única y especial era una maldición, mientras que muchos quisieran ser lo que yo soy, que incluso mataran o murieran por causa de ser esto, yo quería dejar de serlo, para mí era una maldición.

Estuve deambulando por el bosque durante más de dos horas, tal vez cuatro o cinco, solo daba vueltas y vueltas sin ánimos de volver a la cueva. Debía solucionar esto, no quería estar peleada con Chris, el lazo que nos unía era más fuerte de lo que imaginaba porque en este momento sentía como si me faltara parte de mi corazón, de mi esencia. Había tardado en entenderlo, pero después de mucho tiempo pensando en ello logré saber que era como una droga, tu alma gemela te consumía si no estaba contigo, mientras más cosas compartían más se iban a necesitar el uno al otro.

– Chris – Susurré al viento en un suspiro. – Solo quiero que estés aquí.

Seguí caminando sin saber exactamente hacia donde iba, solo daba pasos dejándome guiar por algún imán que me atraía. De la nada me encontraba frente a mi casa, en la casa de mis padres, las luces estaban encendidas y se escuchaba como reían y charlaban. Di unos pasos para entrar, pero una vez en el pórtico justo cuando iba a tocar la puerta un fuerte temor me invadió dejándome estática.

¿Qué dirían mis padres al verme? ¿Mis hermanos? Percy, lo extrañaba muchísimo. Incluso extrañaba a Emma, eso ya era demasiado ¿A qué punto había llegado?

–¿Alex? ¿Eres tú? – Me quedé paralizada al escuchar esa voz que de verdad era la que menos esperaba escuchar a muchos años luz de aquí.

Chris

Doy un portazo entrando a mi cuarto y haciendo que suene por todo el castillo. Estaba enojado, es más estaba furioso. No podía creer que ella nos había traicionado, puede que tuviera sus razones, pero preferir al cachorro ese antes que a mí ya era demasiado, y sin ninguna explicación para el colmo, solo se había ido con él y punto, no había confiado en mí.

– Hay – Apareció Jonathan usando su don de tele transportación, como odiaba cuando hacia eso.

– Sabes que odio cuando apareces en mi cuarto así de la nada. – Me quejé.

– Disculpe alteza, la próxima vez recuerdo programar una audiencia. – Se burló haciendo una reverencia exagerada.

– Idiota. – Le lancé un cojín que atrapó en aire.

–¿Por qué tienes esa cara de mierda? – Preguntó sentándose en la cama.

– Tú tendrías una cara peor si Angie te hubiera cambiado por un apestoso licántropo. – Sin que pudiera controlarme lancé un puñetazo a la pared haciendo que se agrietara debido a mi fuerza y a su vez lastimara mis nudillos que no tardaron en curarse.

– Espera, espera. ¿De qué estás hablando? – Su tono alarmado solo me dio risa.

– Alex se unió a los licántropos, nos traicionó. – Solté con rabia.

–¿Estás seguro? – Volvió a preguntar.

– Si, yo mismo la vi elegir a ese antes que a mí. – Dolía mucho decir eso en voz alta, sobre todo porque así habían sido las cosas, ella no permitió que acabara con ese perrito, y sin embargo se fue con él. O bueno, yo la dejé, pero no me había dicho nada de por qué estaba con ellos.

– No puedo creerlo. – Negó mi primo. – Seguro que debe haber una explicación o una confusión.

– Sea cual sea no me la dio, no confió en mí. Solo me dijo que era complicado. – Me senté soltando un suspiro largo.

– Tal vez porque lo es, no te apresures a las cosas, primo. Conocemos a Alex lo suficiente para saber que no hace las cosas a la ligera. – Asentí dándole la razón.

Ahora me sentía mal porque había desconfiado de ella, debí darle un voto de confianza o el beneficio de la duda por lo menos, no solo irme enojado. Ella no era una traidora y estaba seguro que se sentía peor que yo en este momento, debía hablar con ella cuanto antes y sabía dónde encontrarla.