Cap 23

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Alex

Me quedo helada al ver como se acercan, pero no pienso dejar ir a mí presa así que continúo dando un salto para subirme encima de un árbol, veo como los dos cuerpos cruzan corriendo y salto cayendo unos metros más allá, no pierdo tiempo y sigo corriendo a toda velocidad logrando interceptar al animal, me lanzo sobre él haciéndolo caer y no dudo en sacar mis colmillos y hundirlos en su piel.

La piel del venado es gruesa, pero no es impedimento para que mis colmillos la atraviesen y el líquido carmesí se escurra a mis labios. El venado gime, pero no me importa y sólo me concentro en saciar mi hambre, cuando ya sé que tengo suficiente para no estar ansiosa ni débil lo dejo en libertad.

Camino de regreso dándome cuenta que me he alejado demasiado del lugar donde se encuentra la manada. Suspiro sintiendo el aire libre unos minutos, no es tan bonito estar encerrada debajo de tierra por días.

Escucho nuevamente los pasos corriendo y me escondo, veo como los cuerpos se acercan y suspiro al reconocer a los hermanos Schuartz junto a Cole.

– Alex. – Dice Cooper al verme. – Nos están siguiendo, vamos.

No esperan una respuesta y siguen corriendo, no sé qué está pasando, pero los sigo yendo a su paso que no es tan lento como el de un humano, pero tampoco tan rápido como el de un vampiro.

Cole y Will que iban por delante de Cooper y yo se detienen bruscamente y casi termino estrellándome contra la espalda de Will.

– Aquí están. – Dijo una voz desconocida y entonces entendí porque se habían detenido de la nada.

Más vampiros salieron de entre los arbustos rodeándonos, eran al menos nueve y estábamos acorralados.

–¿Pensaron que iban a escapar? – Se burló uno de cabello rubio y rostro fino.

– Están en nuestras tierras. – Bramó una chica pelirroja.

– No le diremos dónde está nuestra manada así que no se esfuercen. – Retó Cooper.

– Ya veremos cuando llegue nuestra comandante si dicen lo mismo. – Alegó la misma chica.

– Esperen... – Se acercó una rubia con mechas de colores apuntando con su arma. – Ella no es como los demás, no es una de ellos. – Me señaló.

– Tardaron demasiado en darse cuenta. – Rodé los ojos.

– Es la que estamos buscando. – Dijo un muchacho detrás de mí, aparentaba ser el más joven.

– Te uniste a ellos, traidora. – Gruñó la pelirroja.

– Podemos luchar. – Susurró Will.

– No, tenemos que idear un plan. – Alegó Cooper.

– Son demasiados y están armados, esas pistolas tienen balas de plata y verbena. – Informé conociendo las armas del castillo. – Pero son de primer nivel.

Dicho eso lancé dos rayos de hielo en dirección a dos de ellos haciendo que soltaran las armas y estas cayeran lejos, ataqué al primero dándole una patada que lo lanzó contra un árbol con tanta fuerza que este se rompió, Cole y Will no tardaron en transformarse mientras que Cooper peleaba cuerpo a cuerpo con el chico delgado y le quitó el arma dándole un disparo en cada una de las piernas.

La chica pelirroja intento dispararme, pero detuve la bala con un escudo de hielo y luego lancé este a su arma haciendo que la perdiera. Más balas se dirigían en mi dirección y tuve que esquivarlas todas, aunque dos de ellas rasguñaron mi brazo y mi mejilla. Un moreno se avecinó a mí con toda su velocidad y fuerza, pero detuve su puño con mi palma sorprendiéndome a mí misma por mi fuerza superior entonces le torcí el brazo sintiendo como se rompía y lo lancé lejos.

La rubia con mechas de colores se acercó a pelear, pero fui más rápida y le di un golpe que la hizo retroceder, sentí como alguien me golpeó en la boca del estómago haciéndome retorcer hacia adelante y luego me golpeó en el mentón. Maldije a la pelirroja que parecía ser la que mejor peleaba, vi como Cole trataba de pelear en su forma lobuna, pero una mancha roja en su costado llamó mi atención, estaba herido.

La pelirroja volvió al ataque lanzando golpes fuertes y rápidos, hice unos mortales hacia atrás y luego volví adelante propiciándole una patada en el rostro y luego giré para darle otra en el estómago que la mandó lejos.

– Vámonos. – Le grité a los chicos y ellos asintieron, Cooper le dio un último golpe a la rubia y me siguió.

– Debemos ir en dirección contraria a la manada o nos van a encontrar. – Dijo el ajiazul.

– No nos van a seguir, estoy segura de eso. Además de Cole está herido. – Señalé al licántropo de pelaje pardo que iba tan rápido como podía, pero escuchaba sus gemidos de dolor.

Estoy bien. – Gimió dolorido.

– Llegaremos pronto. – Asintió Cooper.

Nos mantuvimos en el bosque unos minutos más, tardamos más de lo que esperaba debido a que nos detuvimos varias veces para ayudar a Cole. El chico era molesto, pero igual no quería verlo así.

– Vamos, estamos cerca. – Animé acercándome a él.

Sus ojos amarillos se posaron en los míos y vi dolor en ellos.

Entonces si te preocupas por mí, cariño. – Escuché su voz en mi mente.

– Ni siquiera en esta situación dejas de ser un idiota. – Rodé los ojos.

– Ya estamos. – Murmuró Cooper adelantándose a la roca y abriendo para nosotros.

Entramos detrás él y yo no pude darle un último vistazo a la oscuridad de la noche antes de entrar por completo a los túneles.

Angie

Me adentro a la sala del trono y hago una reverencia cuando estoy frente al rey William. Veo como algunos de mi escuadrón se encuentran allí sucios y con notables rasgos de una pelea.

– Majestad. – Dije antes de levantar la vista.

– Angie, quiero que escuches lo que tienen para decir tu equipo... o lo que queda de ellos. – Señaló.

Le doy una mirada a cada miembro de ellos y detengo mi vista en Carla que no deja de marcar su mirada decidida e intimidante como siempre en los demás. Su cabello rojo está hecho un desastre y sus ojos llenos de furia.

– Encontramos licántropos en el bosque y lo seguimos, llegamos a rodearlos cerca de la zona de caza, pero nos atacaron y no pudimos detenerlos. – Habló Ruby para después acomodar una de sus mechas detrás de su oreja.

–¿Cuantos eran? – Pregunté neutra.

– Tres. – Respondió ella.

– Y los dejaron escapar, siendo sólo tres y ustedes nueve, bien entrenados y armados. – Gruñí haciendo que ambas se encogieran. Al parecer eran las únicas que tenían el valor de dirigirme la palabra. – Por lo menos saben que era lo que hacían en los terrenos de vampiros.

– No, comandante. – Negó.

– Pero eso no es todo. – Secundó Carla. Levanté el mentón y le di una mirada con la que ella entendió que siguiera. – Si no los atrapamos fue porque no estaban solos, tenían a uno de nosotros con ellos.

–¿Quién es el traidor? – Preguntó el rey que había estado atento en cada momento.

– Alexandra Whitman. – Respondió ella con odio.

Sentí como todo mi cuerpo se tensó al escuchar el nombre de mi amiga y me hizo feliz saber que estaba bien.

–¡¿Qué?! - gritó el rey furioso. – Ella debería estar muerta.

– No lo está, Majestad. Al contrario, está más fuerte que nunca. – Una sonrisa imperceptible se asomó en mis labios.

Esa es mi amiga.

– Se unió al enemigo, otra razón para matarla. – Murmuró el rey con odio.

–¡Angie! – Le miré sin mostrar expresión. – Que se preparen, volverán al bosque y manda a Jonathan aquí. Quiero a los demás escuadrones en el bosque.

Asentí y me dirigí fuera del salón, esto eran buenas noticias, en parte. Pero estoy segura que Chris estará muy contento.

Sangre De Vampiro. (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora