CAPÍTULO 9 - LA LUCHA

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La felicidad es felicidad, dure una eternidad o como en el mayor de los casos un parpadeo, lo importante a mi pensar, es disfrutar el lapso corto o largo de esta, y hacer todo lo posible por qué vuelva a ti.
Seguramente al leer mi historia con Ana  se cuestionarán si vale la pena leerla, después de todo es una historia de "amor" de unos niños, que de bueno tendrá, bueno yo les puedo decir que aunque para ustedes no sea importante para otros o más específicamente para quienes vivimos la historia, nos deja chorros de enseñanza y lo que es igual, experiencia.
Seguían pasando los días y como antes dije, cada vez hablaba más con Ana, a veces ahora que recuerdo solo decía pura tontería, debía ser que me ponía muy nervioso. E de confesar que yo no tenía muchos amigos, que a diferencia de ella que si bien no era "popular" si tenía su grupo de amigos que siempre estaban cerca de ella, ellos supieron que me gustaba, igual y por qué era algo notorio pero eso no se los sabría afirmar bien, no tardó para que ella lo supiera y yo muriera de la verguenza y evitará cruzar mirada con ella.
Las sorpresas no dejaban de salir, cada vez me enteraba de más y más niños que igual que yo buscaban algo con ella, moría de felicidad cada que la veía aunque fuera de lejos, y a su vez moría de celos cada que la veía con alguien más.
Los chismes se esparcen cuál hormigas cuándo las empiezas a aplastar con los dedos, al poco tiempo media escuela sabía lo que sentía por ella, y no faltaban los chistosos que disfrutaban molestarme diciéndome que ella ya tenía algo con este o que ya se estaba tratando con éste otro.
Después de un tiempo pensé que no podía estar toda la vida esperando a que otros triunfaran dónde yo podía, así que empecé a hablarle de nuevo y ya no solo un cruce de palabras si no una plática, esto por más ruin que suene se volvía una competencia de quien la conquistaba primero, de vez en cuándo platicaba con sus amigas que ya debían estar acostumbradas a lidiar con los pretendientes de su amiga, que a juzgar por su actitud habían tomado la situación como su show o novela personal y daban una ayudita a quién fuera a solicitarla, cómo por ejemplo sus temas de interés favoritos, pasatiempos, gustos, etc. Ellas obviamente ya sabían que me gustaba Ana así que me dijeron que yo a ella también le gustaba, seguramente pensaran que me emocioné de la noticia, pero, era demasiado bueno para ser verdad. Decidí comprobarlo por mi mismo, así que pensé que a estas alturas puesto que todos los niños estaban tras de ella y yo me sentía un enamorado esperanzado más, no tenía nada que perder, le confesé mi amor y por más tonto que suene le pregunté si ella sentía algo por mí, su respuesta, un sí.

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