BLOOD PUZZLE (TERMINADA)

7

Se tomó un día libre, estaba muy estresado.

Ahora estaba muy seguro de que todo había sido real.

Decidió investigar sobre ese chico.

Eren Jeager.

-¿Quién eres...?-miraba en su laptop.

"Joven de diecisiete años desapareció el 3 de julio, su familia está desesperada buscándolo. La policía ha entrevistado a vecinos y familiares, pero no tienen sospechosos.

Diez de julio de 1949".

El artículo le llamaba la atención, había una fotografía del mismo chico que había visto en el espejo, pero en blanco y negro.

Por desgracia, el caso de Eren era muy antiguo y habían muy pocos artículos sobre su caso.

Nunca se encontró al responsable de la desaparición del chico.

Levi se dio cuenta de que era la única persona que sabía sobre el destino que tuvo Eren.

Murió al día siguiente de haber desaparecido.

Fruncio el ceño y frotó la sien, tratando de relajarse.

No sabía a lo que ese chico se refería.

- Yo no lo asesine... ¿Cómo podría hacerlo?- Miró sus manos-han pasado más de setenta años de todo eso... Ni siquiera mi madre estaba viva... ¿Cómo?-

"Puede que tu seas la reencarnación de ese chico".

Esa frase llegó a su mente.

-¿Yo... soy...-Sintió náuseas.

Fue corriendo al baño y comenzó a vomitar, sus ojos estaban llorosos.

Sentía un gran ardor en su garganta, un sabor asqueroso en su boca.

Sabor a sangre.

-¡Maldición!-Comenzó a botar todo lo que tenía frente a él, golpeó la puerta del baño, dejándola con unos orificios-Mierda...- se dejó caer al piso y agarró su cabello, tironeandolo-¿Yo soy... la reencarnación del asesino?- se preguntó.

"No me hagas daño, quiero a mis padres".

"¡Quiero vivir!"

En su mente estaban las expresiones de terror puro de Eren, ahora tenía bastante sentido.

Sus recuerdos eran lo que había hecho en el pasado, él asesinó a Eren, el pobre chico que suplicaba por su vida.

Reencarnó y ahora vive con esa maldición.

Esa maldito pecado.

-M-mierda...-Comenzó a llorar-Yo no tengo la culpa...- se recostó en el piso del baño-Yo no fui... Yo no lo hice...-cerró sus ojos.

Al abrirlos, sabía que era esa hora.

Las 4:15 de la madrugada.

Se levantó y fue corriendo al espejo, para adentrarse a ese aterrador mundo.

Quería vivir tranquilo, sin ningún pecado del pasado.