18.- No puedo.

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Janna había llevado a Yasuo a lo que parecía ser una pequeña cafetería, se habían sentado en la terraza, viendo el hermoso panorama que les brindaba Jonia.

- Me alegra estar aquí, sin disfraz... - soltó un largo suspiro. – Pero, no me gusta que cada parte a la que voy siempre hay personas murmurando... - hizo una mueca de molestia, miro a sus espaldas y vio lo que ya sabía, personas mirándolo y murmurando al mismo tiempo, estaban hablando de él.

- Yasuo... - con su diestra acaricio el rostro de su compañero, captando la total atención de este. – No le des importancia a las palabras ignorantes de los demás, lo que importa es lo que tú sabes, yo sé que lo que dicen es falso. – sonrió como siempre lo hacía, tiernamente.

- Tienes razón... - tomo la fina mano de Janna, aun manteniéndola en su rostro, se sentía tan bien tener esa proximidad con su piel... Poder oler su aroma, ese aroma que le traía paz. Sin querer había llevado la mano ajena cerca de sus labios, estaba tan fundido en sus pensamientos que sin fijarse estaba haciendo lo que estaba deseando.

Janna no lo miro mal, solo soltó una pequeña risa, lo cual hizo traer de vuelta al castaño, viendo lo que estaba por hacer.

- Lo-Lo siento. – soltó rápidamente la mano de la chica, desviando al instante la mirada.

- No te preocupes, ¿te gusta tu té? – le restó importancia al gesto que realizó el castaño, lo vio como una muestra de afecto... Pero entre amigos.

- Si, veo que te encanta el té. – miro su taza, la cual era la numero 5, había tomado té como si de agua se tratara.

- Eh, si... Me encantan los sabores y esto es bueno para el cuerpo. – sonrió para después darle un sorbo a su taza. - ¿Quieres ir a la playa? –

- Me gustaría. – se levantó de la silla y espero a su compañera. – Con tal de ya largarme de la vista de esta gente. – pensó.

- Bien, vámonos entonces. – dejo la taza en la mesa y de inmediato levito de la silla hacia al lado de Yasuo, tomándolo del brazo y comenzar su camino. Esta acción hizo sonrojar al castaño, quien solo se rasco la nuca y cerró los ojos, dejándose llevar por Janna.

Los 2 maestros aires caminaron por las calles de Jonia así como habían salido de la cafetería, Janna levitaba al lado de Yasuo mientras lo tomaba del brazo, cualquiera que los viera diría que eran una linda pareja juvenil, pero por desgracia no era así y eso inquietaba al futuro portador de la espada sagrada, al futuro dueño de Janna.

Al fin ambos se encontraban frente al mar, siendo acariciados por la brisa salada. Janna solo dejaba que la brisa acariciara su rostro, mantenía sus ojos cerrados para sentir al 100% este hermoso clima. Yasuo por otra parte solo la miraba en silencio, miraba el fino rostro de su compañera, pero sus ojos decidieron bajar, recorrer cada silueta de su delicado cuerpo.

- Dios... Janna... - sacudió su cabeza levemente, colocando su diestra en su frente. - ¿Qué te pasa, Yasuo? Por Dios... Ella será tu compañera una vez que tomes la espada... Sera... ¿mía? – una sonrisa se dibujó sin querer en su rostro, ¿era feliz con el hecho de llamar suya a Janna?

- Yas, ¿estás bien? – levito cerca de él, muy cerca de su rostro.

- S-Si... - retrocedió un paso mientras cubría de nueva cuenta su rostro. – No te acerques así, mujer. – la miro un poco "molesto" ¿había interrumpido algún pensamiento del castaño?

- Perdona, te vi que sonreías mucho. Me alegra saber que te gusta estar aquí. – sonrió de manera inocente mientras juntaba sus manos.

- Claro... Por eso... Soy un sucio... - pensó para sí. Soltó un largo suspiro y decidió sentarse en la arena. – Creo que me acostumbre a estar con pocas personas... - miro de reojo a Janna, quien sin avisar se había sentado a su lado.

- Yasuo, ¿podemos hablar de tu pasado? – ladeo su cabeza, mirándolo, esos ojos turqueses solo enfocaban con sumo interés al castaño, quien ya había cambiado su semblante a uno totalmente serio.

- ¿Por qué? – solo la miro de reojo mientras poco a poco su seño iba frunciéndose.

- Necesito saber algo. – se aproximó más a él, quería hacer contacto físico para tranquilizarlo de alguna manera. – En la meditación siempre murmuras un nombre con bastante odio, ¿Riven es a quien buscas para vengarte? – soltó sin cuidado, grave error. El castaño no podía y ni quería hablar del pasado y el solo escuchar ese nombre lo hacía estallar en enojo.

- ¡No quiero hablar de eso! – sin pensarlo tomo de las muñecas a la peli azul, tirándola completamente a la arena, el quedo arriba de ella y poco a poco iba aumentando la fuerza de su agarre. – No vuelvas a pronunciar el nombre de esa escoria. – sus ojos cafés solo irradiaban odio puro, cosa que asusto a Janna por completo.

- Yasuo... Duele... - miro con suplica al castaño, tenía miedo, mucho, pero tenía que saber la historia original. – Yas... -

- Janna... - sacudió su cabeza lentamente, poco a poco la acerco a ella, chocando sus frentes levemente. – Lo siento... Sé que debo decírtelo... - soltó un suspiro, ¿hasta dónde había llegado su odio? Estaba lastimando a su compañera, su amiga... Soltó su agarre y coloco sus brazos a cada lado de Janna, aún se mantenía sobre ella, dentro de él se sentía bien con este poco espacio entre ellos, quería disfrutarlo lo más que podía. – Se ve tan vulnerable... Tan delicada... Sencillamente ella no está hecha para seguir a una bestia como yo... Pero quiero que este conmigo. – bajo su rostro hacia el cuello de la chica, en donde decidió hundirse, Janna no sabía qué hacer, estaba confundida... Solo dejaba que Yasuo hiciera lo que deseara. Poco a poco dejo caer su cuerpo sobre ella, con cuidado de no aplastarla pues por obvias razones él le ganaba en peso, después la rodeo con sus brazos, aún mantenía su rostro en el cuello ajeno. – Hace mucho Noxus vino a Jonia, entre ellos venia Riven... - se levantó de encima de Janna, a quien ayudo a levantarse, solo le dedico una mirada sincera y continuo. – Ella es la verdadera asesina de quien me encargaron cuidar... Por eso reaccione así, yo deseo vengarme, mostrarle a Jonia a la verdadera culpable... Estoy harto de ser señalado como culpable... Soy culpable de abandonar al anciano, mas no de matarlo. – miro son suplica a la peli azul quien lo miraba y escuchaba atentamente. – Perdóname, no quise lastimarte... - desvió la mirada esperando alguna queja o directamente un golpe.

- Yasuo... - se aproximó más a él, sosteniendo su rostro con tanta delicadeza y ternura, plantándole un beso en su frente. – Te perdono porque veo más allá de lo que muestras al público, sé que eres inocente y estaré ahí para ayudarte a demostrarlo. –

- Janna... Gracias – desvió su mirada, no podía ver esos ojos turqueses, los nervios lo consumían, era la primera muestra de afecto que recibía desde hace mucho tiempo. El sentir sus finos labios en su frente... Fue hermoso por él.

Y así es como algo nació en el corazón de Yasuo.

[ . . . ]

PERDÓN x2

Mil disculpas por la demora en actualizar, pero me distraje con otras cosas que al final no hacía nada referente a las historias... en fin, de nuevo lo siento mucho y muchas gracias por esperar, se les aprecia. ;-;

Disfruten la lectura.

Les dejare una compensación. :D

En busca de la espada sagrada.Where stories live. Discover now