En busca de la espada sagrada.

16.- Un voto de silencio.

Ambas ordenes habían compartido la mesa para comer y platicar ciertas técnicas de vigilancia que tendrían que tomar, pues la sangrienta Noxus estaba dando vueltas por Jonia, al parecer planeaban atacar. Hubo un silencio sepulcral de parte de Yasuo, así es como había iniciado su injusticia, por una invasión de Noxus... Recordó cada momento hasta el tiempo actual, la ira y la impotencia recorría su cuerpo, estaba molesto. La comida termino y la charla aun continuó, Yasuo no pudo seguir, se levantó de la mesa en silencio para después dirigirse al bosque, a fuera del templo... Necesitaba un momento para él.

¿Se encuentra bien? – preguntó preocupado el pequeño yordle. –

Necesita su espacio, su historia inicio así, por culpa de Noxus. –respondió Janna, pero de una manera seria y casi fría, como si el mismo Yasuo hubiese respondido a esa pregunta, cosa que sorprendió a Shen, Yi y a Fiora. –

Entiendo... - Kennen solo miro extrañado a Janna, pero no indago más y continúo charlando. –

Al parecer sus mentes ya son una sola... - pensó Yi mientras esbozaba una sonrisa victoriosa. –

La noche cayo y los integrantes de la orden kinkou decidieron marcharse, antes de que se les hiciera más tarde. Shen, Akali y Kennen se despidieron de todos, pero no sin antes de recomendarles ciertas medidas de protección.

Algún día todos comprenderán el equilibrio que debe existir... Así el mal excesivo desaparecerá, ya no habrá más muertes... - Shen apretó su puño y tono de voz se había convertido en uno muy golpeado, hablaba recordando la muerte de su padre, aún le dolía. Akali lo miro preocupada, pero no decidió hacer algo, pues Janna ya se le había adelantado. –

Pronto lo sabrán, nos encargaremos de eso. – sonrió dulcemente y poso su fina mano sobre el hombro ajeno, apoyándolo. –

Shen solo asintió y tomo la mano de Janna, agradeciéndole. Los 3 salieron del templo y emprendieron camino, Kennen se les adelanto por mucho pues tenía tiempo sin salir a caminar al bosque, así que corrió con mucha energía, dejando a Akali y a Shen solos.

Shen. – lo llamo la azabache. –

Dime. – se detuvo frente a ella, inclinándose un poco. –

Aún te duele, ¿cierto? – lo miro preocupada. –

Sí, pero sé que está en un lugar mejor... Te tengo a ti y eso me es suficiente, me has devuelto la alegría que creí perdida. – tomo con sus manos el rostro de la ninja, bajando con una de ella la máscara que cubría sus labios. –

- Jamás te dejare, me encargare de traer el equilibrio al mundo a tu lado, por siempre. – bajo con su diestra la máscara de él, para así unir en un tierno beso sus labios, fue un beso corto, pero así confirmaron su amor que se tenían en secreto... O eso pensaron. –

Yasuo había oído y visto todo, solo sintió un gran peso en el estómago, sabía que esto destruiría a Janna, ¿Qué debía hacer? Solo se retiró de ahí y pensó duramente en que debía de decirle a su compañera... Si le decía la verdad tal vez se enojaría con él y no le creería, y así no le permitirá acercarse a la espada sagrada y si se lo ocultaba... Sabía que se enojaría aún peor, pero para él era la opción más factible, no decirle nada a Janna y dejarla avanzar, con tal de tener la espada a su poder sería suficiente.

Si ella quiere irse de mi lado estará bien, pero la espada se quedará conmigo. – murmuro mientras se acercaba al templo, con esa mirada de pocos amigos y ese pensamiento egoísta. –

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Hallo, ya llegue con otra actualización, espero les guste el capítulo uwu.

¡Hasta la próxima actualización!