Era una hermosa y calurosa mañana de sábado, la luz del sol iluminaba cada rincón del pueblo. Los niños corrían en la calle jugando a las escondidas, David podía escuchar sus risas desde su cuarto y se sentía un poco fastidiado, añoraba el silencio "ojalá comience a llover" pensó. A pesar de que un cielo azul le esperaba allí afuera, él ni siquiera se había molestado en abrir las cortinas y en medio de la oscuridad se encontraba en su cama, como de costumbre, aunque no durmiendo, llevaba horas mirando el techo.
Llevo días sin hablar con Helena... ¿Será que me odia por lo que le dije?
"Tú sólo estás celosa, te es imposible verme feliz sólo porque te rechacé ¿verdad?". Con sólo recordar lo grosero que se había portado con su mejor amiga se sentía culpable. Helena sólo se preocupaba por él y él le respondía de una forma tan dura y cruel. Y eso no era lo único que le agobiaba, a pesar de que ese horrible sentimiento de culpa le atormentaba no había sido capaz de siquiera escribirle para disculpase. El orgullo en su interior destrozaba cualquier intento de recuperar la comunicación con Helena.
Necesito hablar con alguien... le escribiré a Allan...
David: Hola ¿cómo estás? me preguntaba si podemos vernos hoy, te extraño :$
Allan: ¿Hoy? Lo siento, cielo, pero debo reunirme para hacer un trabajo pero mañana vamos a cine ¿sí? :*
David: Está bien.
Allan: Aww no me pongas esa carita, hagamos una cosa. Yo trataré de salir de eso rápido y voy a tu casa ¿sí?
David: ¿En serio? :$ bueno, aunque ¿no se te hace muy tarde?
Allan: mmm pues Adrián vive más o menos cerca de tu casa así que si algo me quedo a dormir allí.
¿Adrián? Claro... Adrián... ya lo recuerdo, el chico molesto de aquella reunión.
A David no le gustaba la idea de que su amado pasara la noche en la casa de otro hombre y aunque sabía que al tal Adrián difícilmente podía interesarle los hombres, de manera romántica, le producía mucha desconfianza. Él era un chico prepotente y ególatra, le era imposible pensar en llevarse bien con alguien así.
David: Vale, entonces no tardes, te espero <3
Al ver que Allan se había desconectado decidió que debía ir a casa de Helena y hablar con ella, necesitaba disculparse y decirle la verdad, a pesar del miedo que le causaba hablar de ello pues sentía que Helena podía odiarlo o algo así. Sin embargo, Helena era su mejor amiga y quería sentir que realmente podía confiar en ella, que ella estaría allí para cuando él la necesitara.
Le llevaré una chocolatina blanca de las que tanto ama.
—¡Ya vuelvo má, iré a la casa de Helena un rato! —exclamó fuertemente para que su madre, que se encontraba en el patio, lo escuchara.
—Bueno hijo, ten cuidado —respondió la señora Sandra acercándose a la entrada—. Toma, compra una torta para la cena —añadió besando su frente como lo hacía cada vez que se despedían—.Te quiero.
—Yo a ti má —dijo finalmente cerrando la puerta.
Después de ir a la tienda y comprar la chocolatina emprendió su camino hacia la casa de Helena, no podía dejar de pensar en las palabras que diría. "No quiero terminar empeorándolo todo" pensó. Continuaba con la idea de que tal vez lo mejor era sólo disculparse omitiendo lo que había pasado con Allan. Al llegar la madre de su mejor amiga estaba en el almacén atendiendo a un hombre mayor.
—David, qué milagro tenerte por aquí —la señora se disculpó con su cliente y le abrió paso al chico moviendo las vitrinas—. Sigue, Helena está arriba con Allan, creo que están haciendo un trabajo.
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Jarro de Corazones (Gay)
Teen FictionDavid es un chico tímido y solitario quien pasa su tiempo libre jugando videojuegos o viendo anime. Después de que su mejor amiga Helena le confesara su amor él se ve obligado a hablar de su más grande secreto, su homosexualidad.