El anciano salió de la cápsula, avanzó unos pasos asta una especie de taquilla de un material que desconocía, se vistió y empezó a observar a su alrededor buscando algo o a alguien.
--Donde estas. --Dijo el anciano con una voz ronca y apagada --Si aquí no hubiera nadie el ordenador no me abría despertado, donde estas, no me obligue a buscarte, sera peor.
Entonces apago la luz, unos segundos, después se volvió a encender, el anciano no estaba, había desaparecido.
Entonces escuche algo detrás de mi, era el.
No sabia como había llegado allí, pero me encontró.
--A que as venido.-- Dijo el anciano.
--Solo buscaba un lugar donde pasar la noche.-- Dije.
--Solo buscas eso nada mas.-- Insistió el anciano.
--Si nada mas, no quería robar señor.-- Repetí.
--No me refería a eso, tu seras, quien nos devolverá el esplendor, el esplendor de la hermandad de la luz.-- Dijo el anciano.
En ese momento no lo comprendí, pero era joven y aun tenia mucho que aprender sobretodo en aquel entonces, el anciano me lo explico, en ese momento no supe que decir.
Me uní a el y comenzó a ilustrarme en las artes de la hermandad.
Como se predijo la hermandad comenzó su retorno...