Habían pasado unos días desde que volví a trabajar con el equipo.
--Bueno a que nos enfrentamos hoy.-- Dije con entusiasmo.
--Hay un asesino suelto por la ciudad.-- Dijo Desmont. --Vamos a acabar con el.
--A por un asesino?-- Pregunto Carlos. --Enserio.
--Hemos descubierto que es de la hermandad oscura.-- Insistió el maestro.
--No habíamos acabado con todos.-- Recrimino Mercer.
--Seguramente fue el único que sobrevivió a nuestro ataque.-- Dije intrigado. --Por lo que veo esta intentando volver a levantar a la hermandad oscura.
--No lo conseguirá.-- Insistió Desmont. --Acabaremos con el y con todos sus seguidores, esta noche.
Todos nos miramos y asentimos, en ese momento corrimos a prepararnos, tarde poco ya estaba casi listo, al contrario que los demás.
Llegamos a Celestia por la noche y fuimos hacia la zona señalada, un pequeño edificio en ruinas, no había nada.
--Aquí no hay nada.-- Recrimino Max. --A sido una perdida de tiempo.
--Espera.-- Dijo Ely. --Mirad hay.
Ely señaló a un hombre que iba hacia una puerta y antes de entrar miro a su alrededor.
--Que raro.-- Dijo Laura.
--Parece que ya sabemos donde están.-- Dije con una sonrisa.
Bajamos y nos dirigimos hacia la puerta por la que entro aquel hombre, como pensaba la puerta estaba cerrada, la abrimos con una especie de jeringuillas que expulsaba termita y fundió la cerradura, gracias a eso pudimos entrar.
Estuvimos andando por un pasillo durante un rato asta una escalera, cuando llegamos abajo había una puerta, cerrada como no. Supusimos que detrás estaba lo que quedaba de la hermanda oscura así que intentamos no hacer ruido.
Después de muchos intentos, no lo conseguimos.
--Esto es inútil voy a poner C4!-- Grito Carlos.
--Ni se te ocurra si lo haces nos...-- Amelía se callo dejando la frase a medias.
En ese instante la puerta se abrió, un hombre se nos quedo mirando incrédulo.
--Cogerle!-- Grite esperando que no me escucharan los de dentro y a la vez que saltaba hacia el.
Mercer y yo saltamos sobre el noqueando le, le dejamos debajo de las escaleras amordazado y atado, entramos en aquel recinto y nos escondimos tras unos escombros.
Miramos al centró y había mas de cien personas entrenando y enfrente de ellos estaba nuestro objetivo.
--Que hacemos hay muchos.-- Exclamo Carlos.
--Buscaremos una ruta de escape, después un punto donde le podamos vigilar le.-- Dije. --Entonces le atacaremos desde lejos, evitaremos el enfrentamiento directo.--
Después de un rato encontramos una sala con unas grandes chimeneas que llevaban al exterior.
--Mercer, Carlos subid por el tubo y id a la base.-- Les pedí. --Entonces venid con el halcón, lo conseguí reparar.
Entonces Carlos y Mercer se marcharon, durante su ausencia planeamos el ataque, logramos pasar desapercibidos y fuimos colocando explosivos por todo el lugar, cuando llegaron con el halcón descendieron unas cuerdas.
--Es la hora preparémonos.-- Dije.
Entonces apuntamos al objetivo con un rifle, en ese momento se giro hacia nosotros con una pistola en la mano, sabia que estábamos allí.
--Dispara!!-- Grite.
Pero no se hoyo un solo disparo sino dos, el objetivo murió, pero la segunda bala paso silbando a mi lado, escuche un grito de dolor, me gire lo mas rápido que pude, había alcanzado a Max.
--Engancharlo!-- Grite. --Subid todos!
--Y tu!-- Grito Amelía.
Entonces todos empezados a subir con Max herido, a la vez que yo disparaba a través de la puerta enganché a Amelía.
En cuanto subieron suficiente lance un explosivo, me enganché y empecé a subir, hacia la mitad del tubo actuó el explosivo haciendo que todos los demás explosivos tan bien explotaran, salí por los pelos.
Cuando llegamos al hangar dejamos el halcón y nos dirigimos hacia la base, mientras entrábamos.
--Amelía.-- Dije. --Quiero hablar contigo un momento.
--Hoou bale.-- Dijo Amelía sorprendida. --Seguid chicos, ahora vamos.
Espere a que los demás se alejara.
--Gracias por preocuparte ante por mi.-- Le dije.
--Haaa es eso.-- Dijo Amelía. --No te preocupes eres el líder, eres el que mas importa.
--Ja, sin embargo solo os ocurren desgracia.-- Insistí.
--Ee no te preocupes por nosotros conocemos los riesgos.-- Replico Amelía. --Pero aun así decidimos seguirte vale.
Entonces Amelía empezó a entrar en la cueva, pero se giro hacia mi.
--Viene?-- Me pregunto con una sonrisa.
--Vea tu.-- Le respondí. --Quiero tomar un poco el aire.
--Vale como quieras.-- Me contestó.
En cuanto se alejo y cunado ya no la veía mire hacia el cielo nocturno, y me aleje de la cueva hundiendo me en la oscuridad.