Capitulo VII- Los nuevos integrante

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Habían pasado un par de meses, Hank había seguido a un pequeño grupo que iría bien que se nos uniesen, había cambiado sobre la opinión de actuar yo solo.

Primero fui a por los expertos en armas de fuego y explosivos.

Eran dos hermanos: Carlos, el mayor, era rubio, llevaba el pelo corto casi al cero, de ojos azules y parecía bastante joven a pesar de que tenía veinticuatro años, Laura era la hermana menor, aunque parecía la mayor, dado que era la más alta de los hermanos, tenía el pelo largo hasta la mitad de la espalda, al contrario que su hermano tenía el pelo negro, los ojos del mismo color que su hermano y tenía veinte años.

Entraban en una especie de museo, creo que era donde vivían. Llegué al lugar de noche y estaba cerrado.

--Como no, tenía que estar cerrado.-- No me sorprendí mucho, me lo esperaba.

Trepe por la fachada, cuando nadie me veía. Había una luna de cristal. Cristal! Alucinante era la primera vez que veía cristal! En las ciudades flotantes ya no existía el cristal o eso creía, lo abrí con cuidado y salte dentro.

Era inusual, perecía que había retrocedido varios siglos, había armas de todos los tipos parecía la armería de la base, pero faltaban las armas cuerpo a cuerpo.

De repente escuche unas pisadas, entonces corrí a esconderme.

--Creo que ha sido por aquí.-- Dijo una voz masculina.

--Carlos, ¿estás seguro qué has escuchado algo?-- Dijo una voz femenina.

Estaba claro eran los dos hermanos, Hank me dijo que serían buenos candidatos, pero les quería poner a prueba.

Me moví unos pasos detrás del mostrador, al instante Carlos apunto con el arma hacia el mostrador.

--Se que estas hay, ¡sal!-- Grito Carlos.

¿Como podía haberme escuchado? De repente sentí algo frío y duró en mi nuca.

--¿Quién eres y qué as venido a hacer aquí?-- Era una voz femenina.

¿Como podía ser que se hubiera puesto detrás mía? No lo comprendía, era rápida.

--En pie.-- Me dijo de repente Laura que era la voz femenina.

Me puse de pie lentamente, aun no me fiaba de ellos. En ese momento se acercó Carlos, su cara me daba miedo.

--¿A qué as venido aquí?-- Pregunto Carlos. --¿A robar? ¿A buscar refugio? ¿A qué?

Directo al clavo... Me gusta.

--E venido por...-- Me calle.

No sabía como decírselo, si decírselo directo o no.

--¿Por qué?-- Me repitió Laura.

Ya me había artado de que me... Apuntarán por... Detrás. Di un giro repentino arrebatándolos el arma a Laura. 

--¡¿Quieto?!-- Grito Carlos.

Parecían nervios, note el cañón de la escopeta apuntándome y decidí darle la pistola a Laura. Entonces se lo expliqué todo, aceptaron venirse conmigo al instante.

Curiosamente ellos fueron los que me costo más reclutar. Creo que fue porque fueron los únicos que Hank no avisó.

Los siguientes fueros los expertos en armas cuerpo a cuerpo.

El primero fue Max era un chico de pelo muy corto, estaba fornido, tenía los ojos de color verde y tenía un aspecto agradable y amigable. Después fui a por Ely era una chica esbelta y bastante guapa, con el pelo corto hasta la base del cuello, sus ojos eran grandes y de color café.

Días después fui a por un ladrón experto.

No se conocía su nombre solo su apellido Mercer, era reservado, callado, espero que confíe en mi. Tenía el pelo de color gris ceniza aunque era joven, no era muy grande pero estaba fibrado, eso le permitía ser ágil, sus ojos... Siempre llevaba gafas de sol.

Por último fui a por la experta en sigilo.

Se llamaba Amelía era una chica diferente, tenía el pelo largo hasta las rodillas de color negro azabache, su color de ojos era del mismo que su pelo, alta y esbelta, una belleza en toda regla, normalmente era buena pero cuando se cabreaba...

Estos eran los nuevos integrante, fieles camaradas y buenos amigos.

MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora