Harry rozó los labios de la joven con los suyos.
—Di mi nombre.
A Blair cada vez le era más imposible resistirse a la proximidad de Harry y a sus
enloquecedoras caricias.—Harry... —balbució contra su voluntad, irguiéndose hacia su mano.
Él volvió a tomar posesión de sus labios, y de pronto, sin previo aviso, sus dedos se cerraron sobre la turgencia de su seno, acariciándolo en el silencio de la galería, roto solo por los gemidos de ambos, y su trabajosa respiración.
Blair le clavó las uñas en los hombros, y entonces fue Harry quien se estremeció de placer. La mano que tenía sobre su seno se contrajo, y la joven suspiró dentro de su boca. Él, abandonado ya al deseo que tanto tiempo había acallado, enroscó una pierna con la de ella, y la atrajo hacia sus caderas para que pudiera notar lo excitado que estaba.
Y entonces, sin darse cuenta de lo que hacía, Blair le mordió el labio inferior, atrapada por el fragor de la creciente pasión.
Sobresaltada por su conducta, despegó su boca de la de él, con los ojos como platos.
—Lo... lo siento... No pretendía hacer eso... —balbució avergonzada.
Trató de echarse hacia atrás, para apartarse de él, pero la pierna que Harry tenía rodeando la suya se lo impidió, y al reparar en lo excitado que estaba, contuvo el aliento, turbada.
Harry no quería separarse de Blair, pero se obligó a hacerlo al ver la expresión en su rostro.
Comprendía que aquello era demasiado nuevo para ella.—¿El qué? —inquirió sin comprender.
—Te he... te he mordido —murmuró ella azorada. Harry se rio.
—Sí, ya lo creo que me has mordido. Y también me has clavado las uñas como una
gata salvaje. Dios, en la cama serías capaz de hacer que me sangrara la espalda.Blair volvió a contener el aliento y se puso como la grana. No podía creer lo que había ocurrido, ni que le hubiera permitido tomarse tantas libertades después del modo en que la había tratado. Y no solo permitírselo, sino haberlo alentado, además, y respondido a cada caricia y cada beso. ¡Y en la galería, donde cualquiera que pasara por la calle podría haberlos visto! Gracias Dios que se encontraba en una vía estrecha y poco transitada, sobre todo a aquella hora del día, y también había sido una suerte que tuvieran delante, tapándolos, un enorme cuadro con un paisaje de Texas.
—¿Por qué has hecho esto, Harry? ¿Acaso Nina no te satisface plenamente, o es una especie de venganza por haberte estado persiguiendo todo este tiempo?
Él apenas sí podía respirar por la excitación que aún sentía. Blair le había respondido con una vehemencia que nunca hubiera esperado, y menos en una mujer tan joven y con tan poca experiencia. Estaba sorprendido por la fuerza de las sensaciones que habían surgido entre ellos, pero se dijo que aquello era un completo error, y que no debía darle esperanzas.
—¿Qué crees tú? —le contestó con insolencia.
Como había esperado, Anna se sintió ofendida con aquella respuesta.
—Creo que deberías marcharte —le dijo con voz queda.Harry se caló el sombrero hasta los ojos.
—Yo también lo creo —murmuró—. Buena suerte con tu nuevo trabajo. Le daré a Nina recuerdos tuyos.
Blair no contestó, y pasaron varios minutos después de que Harry se hubiera ido antes de que dejara de temblar. Si quería que saliera de su vida, ¿por qué había hecho aquello?