Bad boy - Maknae line BTS -

13

Tragué saliva jugando nerviosamente con mis dedos sobre mi regazo sin saber hacia dónde mirar. Nadie decía nada y tampoco pareciera que alguno lo quisiera hacer por un largo tiempo, o por lo menos no en el que íbamos encerrados en el auto que me comenzaba a parecer estrecho.
Todo el momento era envuelto en un incómodo silencio que no parecía terminar conforme el auto avanzaba por la oscura noche que atormentaba el día. Moví mis ojos de un lado a otro buscando algún tipo de conversación así fuera la cosa más absurda del mundo, pero no podía soportar ni un segundo más el ambiente tortuoso que obligaba a cada uno a encerrarse en su propio mundo.

Observé por la ventana a mi lado la lobreguez que mis ojos captaban con curiosidad y una pregunta vino a mi cabeza casi al instante en que mis orbes se giraron para intervenir en aquel momento, tragué saliva nerviosamente y hablé dudosamente esperando a que me escucharan.-¿A dónde vamos?- No era la pregunta del año, pero era algo que podía distraerlos y que hiciera más ameno el camino. Miré a Taehyung que se encontraba sentado en el asiento a mi lado con los ojos exageradamente abiertos para que me ayudara a decir algo o que continuara con la conversación aunque fuera por una fracción de segundos, una palabrita o algo que en verdad contribuyera en no querer ahogarme y desaparecer fuera del automóvil, pero el chico negó frenéticamente al instante con los ojos aún más abiertos que los míos como si estuviera asustado de siquiera respirar el mismo aire del chico rubio que mantenía el ceño fruncido mientras manejaba.
Lo golpeé en el hombro bufando exasperada por su increíblemente nula ayuda y me crucé de brazos en mi lugar esperando que al menos Jimin se dignara a responderme y no dejara la poca charla que comenzaba a existir, morir.

El chico pensó por lo que me parecieron algunos minutos su respuesta y cuando finalmente habló mi consciencia se percató de que hubiera preferido que no lo hubiera hecho. Su voz sonaba tan sombría y ronca que me aterraba. Por Dios, estábamos hablando de Jimin, el chico con la voz más aguda del mundo, escucharlo hablar de aquella forma me hacía pensar que quería desaparecer ahora mismo o que merecía más la pena tirarme hacia la calle con pleno auto en movimiento que tener que enfrentarlo con aquella voz inundando su garganta.-A nuestra casa.- Jimin me miró por el retrovisor en un rápido movimiento que duró algunos segundos, pero que fueron los suficientes para darme cuenta de que su mirada escondía muchos sentimientos dentro que yo no podía comprender. Volvió a dirigir su mirada en el camino y no abrió la boca de nuevo, haciendo todo lo que no quería que pasara y volviendo a aquel incómodo silencio lleno de suspenso.

Taehyung a mi lado parecía un pequeño cachorro asustado con sus ojos viendo dudosamente al frente, me tomó de la mano nerviosamente y dudó aún más al querer hablar o siquiera murmurar algo.-¿No querías privacidad...?- Taehyung habló con lentitud, diciendo con cuidado cada una de sus palabras y con un temblor que aunque me pareciera tierno me daban ganas de reírme en su cara para aligerar el momento. Jungkook lo miró un poco extrañado, como si no pudiera creer el hecho de que Taehyung había abierto la boca para siquiera decir eso, pero al contrario de aquellos dos, Jimin no accedía a mover los labios si se trataba de responderles una pregunta a ambos chicos.
Y aquella fue la clara respuesta que Taehyung necesitaba para soltar un largo suspiro resignado y aceptar el rechazo por parte del chico, encogiéndose en su lugar, resignándose a no dirigirle la palabra y mirándome con un puchero que carecía de triunfo.

Como si el ambiente no pudiera convertirse aún más denso, la risa amarga y sarcástica de Jungkook resonó por el pequeño espacio, poniéndome alerta y desconcertando al chico a mi lado.-Si vas a tratarnos así será mejor que dejes nuestros traseros de vuelta en el club porque no parece que quieras arreglar ni una mierda.- Jungkook que mantenía su mirada fija sobre la ventana a su costado decidió hablar fríamente como si el silencio de hace algunos minutos que había dirigido a Taehyung lo hubiera herido profundamente, apretando su mandíbula y dejándonos a mi y a Taehyung con los ojos y la boca abierta. Esto se tornaba cada vez más interesante o apocalíptico dependiendo de la perspectiva, pero para mi todo ese volvía exponencialmente confuso mientras más lo pensaba y trataba de descifrar. Ellos siempre habían sido unidos y ahora que estaban pasando por una situación que me parecía de lo más absurda y que tampoco conseguía entender por completo, todo era tan extraño. Taehyung solía burlarse e insultar de manera graciosa a Jimin cuando el mayor no se encontraba presente, pero cuando el rubio estaba presente todo parecía cambiar porque el chico se volvía dócil como alguien a quien le gusta alardear pero que cuando está en presencia de aquel problema no puede hacer nada al respecto. Y al contrario, Jungkook a pesar de burlarse a sus espaldas cuando lo tenía de frente había dos opciones, volverse la persona más hipócrita del mundo o atacarlo sin fingir simpatía o lucir como si Jimin fuera alguien a quien deberían tenerle miedo. Y a pesar de que yo tuviera problemas con Jimin o alguno de los chicos me sentía extrañamente en medio, tratando de arreglar sus problemas por un incomprensible sentimiento de culpa que resalía algunas veces carcomiéndome la cabeza sin sentido alguno.

-No pienso entrar a un lugar en el que sólo nos encontremos nosotros cuatro porque conozco sus intenciones y no pienso acceder, ni quiero escuchar cualquier palabra con la que traten de convencerme.- Jimin miró a Jungkook por unos largos segundos sin algún tipo de expresión y Jungkook lo hacía de igual manera pero a diferencia del chico mayor, había cierta burla en la mirada del chico, restregándole algo de lo que Jimin aún no era consciente y que yo tenía muy presente no le haría mucha gracia.

-Oh, querido Jimin...- Al contrario de la risa que antes había sacado a relucir Jungkook que había carecido de un genuino sentido de carisma, está iba llena de algo que le parecía gracioso al punto de no poder aguantar sus carcajadas, como si le hiciera mucha gracia el tener que contárselo al chico a su lado que no paraba de fruncir el extrañado ante su risa y comportamiento tan cruel.-Créeme, hoy no pasará algo más.

Golpeé mi frente con impotencia al escuchar lo que salía por los labios del chico como si se le escurrieran como aceite, tan tranquilo y tan despreocupado de la repercusión que podrían tener sus palabras en Jimin. Taehyung parecía aún más asustado que antes y el agarre que no dejaba de apretar contra mi mano me dejaba en claro que no era la única que sabía que Jungkook había abierto la boca de más.

-¿Algo ya pasó?.- como si se tratara de una pesadilla de la que no me había percatado, la gran casa que no quería ver por un largo tiempo apareció frente al auto, haciendo que Jimin se apresurara a estacionar el carro y tuviera una mirada alterada en sus pequeños ojos, Jungkook apretó los labios como si se hubiera percatado del error que cometió pero eso no hizo que la sonrisa se borrara del todo en su rostro.- ¿De que mierda estás hablando?.

Jungkook negó repetidas veces frenéticamente y se giró a verme con urgencia. Mi corazón se aceleró con prisa y nunca en mi vida hubiera deseado con tanta fuerza ahorrarme tantos problemas.

-Naín, ¿qué demonios sucedió?- Sentía la mirada de los tres pares de ojos sobre mi y no podía dejar de sentirme tan presionada con aquella atención. Todos me pedían distintas cosas y ninguna de ellas me parecía lo correcto, que mintiera, que no hablara y que todo lo que tenía guardado dentro de mi saliera de inmediato. Todo tan distinto y tan contradictorio que sólo quería acabar con esto pronto.

Si no lo decía ahora, de alguna u otra forma Jimin se enteraría y los estragos serían peores.

Y como si hubiera caído como un balde de agua fría, la voz de Taehyung salió escupiéndole la verdad en la cara a Jimin.-Lo hicimos con Naín.
Dejando estupefacto a Jimin, con una pared en sus expresiones que no me dejaban averiguar cómo reaccionaría y que me mantenían aterrada.