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Naín's POV

La sensación de mi mejilla siendo estirada una y otra vez por quien supuse era el fastidioso de Jimin, me molestó con insistencia, haciendo que perdiera el sueño en cuestión de segundos y que abriera los ojos de golpe para ver que demonios estaba sucediendo. Mis ojos de inmediato se toparon con unos orbes negros grandes y juguetones que me miraban sin ningún atisbo de arrepentimiento, junto a la sonrisilla de conejo ladeante que caracterizaba al último chico con el que esperaba despertar frente a frente. Solté un grito ensordecedor debido a la impresión que me dió verlo ahí y me levanté de golpe, mirando de forma incrédula a aquel sujeto. ¿Estaba soñando?

No claro que no. Jeon Jungkook estaba justo aquí, en este preciso momento.
Ahí se encontraba Jungkook acostado sobre uno de sus costados, con el torso desnudo y con esa apestosa sonrisa egocéntrica y su lengua viperina jugueteando con su mejilla, golpeándola una y otra vez, sin quitarme la mirada de encima como ya tenía acostumbrado hacer cuando jugaba conmigo. Lo que me generaba la sensación de quemarme viva era aquella actitud y presencia que actuaba como si toda la noche anterior no hubiera pasado. Hasta donde yo creía recordar, me había ido a dormir con Jimin a mi lado y no con la última persona que quería ver en la faz de la tierra en este momento.

Me hallaba completamente confundida en mi lugar, cruzada de brazos y a la defensiva, tratando de debatir dentro de mi cabeza si lo que había pasado ayer en la noche si había sólo sido un sueño o había pasado realmente.
Tenía que ser real. Eso explicaba el porqué me encontraba en la habitación de Jimin, ¿pero qué demonios hacía Jeon junto a mi?.
De nuevo el estómago se me revolvió al imaginar que en realidad si había imaginado todo y había hecho un drama por nada.

-¿Qué pasa Nana, te comió la lengua el ratón?- Se sentó sobre la cama y siguió molestándome con su mirada recorriéndome de arriba a abajo, como si le gustara verme en aquel estado lleno de confusión. Y estaba completamente segura que si lo disfrutaba.

Mi cabeza trabajaba rápidamente tratando de llegar a conclusiones, pero cada una me aterraba más que la otra. No, estaba segura de lo que había pasado.
-¿Dónde demonios está Jimin?

El chico se encogió de hombros restándole importancia, parándose totalmente de su lugar y tomando lo que parecía su playera tirada en el suelo.- Probablemente en tus sueños húmedos, porque no parabas de gemir su nombre.

Abrí la boca mirándolo incrédula, con ganas de golpearlo y patearlo hasta borrar su asquerosa sonrisa. Sentía tanto odio hacia él en ese mismo instante que no podría aguantar un segundo más escuchándolo hablar.
Me di media vuelta, caminando hacia la puerta de la habitación de Jimin con la intención de dejarlo con su propia narcisista presencia y cuando estuve a punto de abrir la puerta con mi temblorosa mano, el fuerte agarre de el pelinegro me tomó desprevenida, me tomó con fuerza de la cintura, me giró rápidamente y me estampó en un rápido movimiento contra la superficie de madera, haciendo que quedara frente a frente con él. A pesar de que su movimiento no me había lastimado y no iba con esa intención, si me dejo sorprendida y con los ojos bien abiertos.
Sus brazos intercambiaron lugar rápidamente, colocándolos a los costados de mi cabeza sin perder el tiempo, relamió sus labios esta vez con una mirada mucho más seria y la atención completamente puesta en mi rostro, sabiendo que de esta forma tan cercana e íntima comenzaría a notarme titubeante.
Mi respiración se había quedado atascada en mi garganta y mis nervios se apoderaron completamente de aquella situación dándole la satisfacción de lo que quería. Sabía que estaba terriblemente mal que encontrara una pizca de gozo de aquella forma, pero no podía evitarlo. Quería odiarlo, pero actuando de aquella manera y con las pintas que llevaba, me ponía muy difícil el papel de fuerte.

Su pelo desordenado y húmedo picaba en mi frente cuando se encorvaba para quedar a mi altura y su respiración junto a su aliento que olía a menta, chocaba contra mi rostro y me llevaba a la cima del cielo. También podía ver sus fuertes brazos y cómo los músculos se tensaban al hacer presión contra la puerta.

Mierda.

-Escucha princesa, ¿aún sigues molesta?- A pesar de que se encontraba peligrosamente cercano a mi, no sobrepasaba los límites y mantenía su distancia para no hacerlo incómodo. Parecía que conocía cada una de sus estrategias y que le servía en cada situación. Me hacía querer que mi sangre hirviera.

¿De verdad estaba enojada con él?

-No creo que sea buena idea hablar de esto ahora, Jungkook.

El chico hizo un puchero moviendo su rodilla entre mis piernas.- ¿Qué puedo hacer para que cambies de opinión?
Tragué saliva sintiendo como de nuevo mi respiración se iba. Debes ser fuerte Naín, no puedes ceder tan rápido.

Negué con la cabeza empujándolo lejos de mi, poniéndole una mano en el pecho. El chico levantó los brazos como si se rindiera, pero la sonrisilla que anteriormente tenía volvió a relucir en sus labios.

-Si Jimin te encuentra aquí te asesina- El chico chistó los dientes, rodando los ojos mientras yo me giraba para abrir la puerta-¿dónde está?

Escuché cómo su voz ya no parecía tan juguetona como antes y respondía a duras penas.-Con Namjoon, abajo.

-Gracias.
Lo miré una última vez y antes de que pudiera volver a interceptarme, salí prácticamente escaleras abajo con el corazón latiéndome fuertemente, aún sin poder recuperarme de lo que había pasado.

Jodido Jungkook.

***
Holis, estoy de vuelta!
No saben lo emocionada que estoy de decirles que esta ha sido de las historias con las que más he estado invirtiendo tiempo en escribir, así que ya tengo varios capítulos listos para ser publicados. Probablemente estaré subiendo el próximo capítulo el día viernes para que no pase mucho tiempo y no las haga esperar.
Nos leemos muy pronto!💛

Bad boy - Maknae line BTS -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora