5

3.9K 337 78
                                    

Naín's POV

No había recobrado el conocimiento totalmente sobre lo que sucedía a mi alrededor, ni tampoco recordaba en lo más mínimo que había pasado hace menos de veinticuatro horas, pero era totalmente consciente de que mi cabeza dolía como mil demonios como si me estuvieran golpeteando por dentro una vez tras otra y mi cuerpo ardía con intensidad, pidiendo a gritos un cubetazo de agua helada, no podía soportar el calor que hacía pero aún sintiendo todas esas sensaciones molestas por todo mi cuerpo tampoco hacía mucho para cambiarlo, mis ojos seguían cerrados, no quería ni abrirlos y mucho menos moverme, sentía que desfallecería en cualquier momento y que mis párpados pesaban toneladas.
Solté un pequeño quejido y me convencí a mi misma mentalmente de moverme un poco, pero esta vez que ya me había decidido por hacerlo, algo me lo impedía, un insistente agarre y mi poca fuerza para quitármelo de encima. A pataletas abrí mis ojos y me obligué a ver qué era lo que no me dejaba de mover.

Solté un grito de asombro al ver a Jimin junto a mi con su rostro a pocos centímetros del mío y uno de sus fuertes brazos enroscado en mi cintura con astucia, sus ojos estaban completamente abiertos y me miraba con su completa atención y una sonrisa amplia que me dejaba a la vista sus dientes.

-J-Jimin... ¿dónde mierda estoy?.- quité su brazo con poca delicadeza hacia un lado y me aleje de él para tomar aire, ni siquiera podía hablar claro porque tenía miedo de que mi aliento mañanero lo matara.

El chico estiró sus brazos y colocó uno como apoyo para su cabeza, mirándome aún con esa tonta sonrisa estirando de sus labios.

-¿Qué acaso no recuerdas nada?.- me miró con una ceja elevada y tomó mi mano con su brazo libre, jalándome hacia él y haciendo que su rostro quedara más cerca del mío que antes.

Negué con la cabeza mientras tragaba en seco y lo miraba con mi corazón latiendo como loco.

-Mmm... supongo que luego hablaremos de eso, pero primero tienes que mover tu lindo trasero fuera de la cama. Tu mamá nos espera en tu casa.- junto su nariz con la mía en una tierna caricia y salió de las sábanas soltando un bostezo. Me quedé congelada en el mismo lugar sin saber qué hacer, el chico me miraba con una ceja elevada y los brazos cruzados sobre su pecho, marcando perfectamente sus brazos. Todo el malestar que había sentido hace algunos minutos había desaparecido totalmente de mi ser y me sentía más nerviosa que nada.

-Vamos, Nana. No es la primera vez que me ves sin camisa, hasta acá puedo oír a tu corazón descontrolado, cálmalo o tendrás un paro cardíaco.

Mis mejillas se calentaron y no pude evitar esconderme entre las sábanas, me había llamado por aquel apodo con el que el solía llamarme cuando éramos pareja y que amaba que saliera de su boca para molestarme aunque no lo admitiera, me causaba una revolución interna y me hacía sentir una niña de nuevo. Nadie más me llamaba así, nadie. Era algo de nosotros dos y nadie más.

-No me llames así, además, no es algo que yo pueda controlar, no decido cuando mi corazón debería latir, idiota.- mis mejillas querían explotar y a pesar de que lo había insultado, la sonrisa que se dibujaba por todo mi rostro no se borraba y sólo me delataba a mi, delataba lo bien que me hacía sentir escucharlo decir aquello una y otra vez.

-Sabes que amo tener tu trasero en mi cama, pero como te lo dije antes: será mejor que salgas de ahí. Tenemos que ver a tu mamá y si no quieres que tú y yo hagamos otra cosa en la cama que no implique sólo dormir, hazlo ya.- sentí como tomó los extremos de la tela y la jalo hacia él, dejando al descubierto mi cuerpo y mi enorme sonrisa.

-No estés tan seguro de que queremos lo mismo, Jimin-ssi.- me levanté de un salto de mi posición, me senté en el centro de la cama y me estiré plácidamente soltando un enorme suspiro. No sabía donde estaba, ni de quién era aquel cuarto pero su cama era realmente cómoda.

Bad boy - Maknae line BTS -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora