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—¡Mamá, ya llegué!— cierro la puerta de mi casa una vez que entramos.

—Mamá no está— escucho la voz de Ashley y la veo  sentada en el sofá, escribiendo en su celular  y sin ninguna expresión en el rostro.
Ni si quiera se molestó en despegar su vista del teléfono para saludar a Gerard y a Frank.

—¿A dónde fue?— se encoge de hombros y continúa escribiendo.

No entiendo por qué Ashley está aquí, trabaja casi todo el día y siempre llega a casa al rededor de las ocho de la noche.

—¿Te dieron el día libre?

—A ti qué te importa— responde, aún sin mirarme.

Volteo a ver a los chicos, quienes siguen parados a un lado de la puerta. Puedo ver lo incómodos que están, así que les hago una seña para que subamos las escaleras.

A pesar de que Gerard ha venido cientos de veces a mi casa, él no conocía a mi hermana ya que, como dije, ella trabaja casi todo el día.
Realmente no quería que la conociera, porque sabía que sería muy grosera, y así fue. No me agrada nada la actitud de Ash y el hecho de que haya ignorado la presencia de mi amigo y su novio hizo que me enojara bastante.

¿Por qué no puede ser amable?
¿Por qué siempre tiene que responder de esa forma?
¿Por qué no puede simplemente quererme un poco?

Una vez que llegamos a mi cuarto, cierro la puerta con seguro y me siento en el borde de mi cama. Miro como ambos chicos están frente a mí sin decir nada.

—Lo siento por eso, ella siempre es así.

—No te disculpes, Josh— Gerard se sienta a mi lado  y comienza a acariciar mi cabello.—Tú no tienes la culpa de que tu hermana sea una perra.

Abro grande los ojos, sorprendido por el gran insulto que le acaba de dar a Ashley. Es un insulto muy malo, en la escala del 1 al 10, es un 35.

Golpeo un poco su hombro con mi puño—No digas eso, es mi hermana— Veo cómo rueda los ojos mientras ríe.

—¿Vas a negar que es una perra?

Le había contado a Gerard mi relación con Ashley, pero nunca me había referido a ella con esa... Palabra.
Sí, tengo que aceptar que es un dolor de cabeza y que nunca me escucha cuando le hablo. También tengo que aceptar que siempre me excluye de todo lo que hace y se enoja cada vez que mamá y yo pasamos tiempo juntos, sin contar las veces que me ha dejado en ridículo frente a sus amigos.

Trago saliva ruidosamente sin saber qué responder, ¿Y si mi hermana sí es eso que Gerard dijo?

No, definitivamente no.

Mi hermana no es esa palabra, puede ser muchas cosas, pero no eso.

—Ashley sólo es una pesada, no quiero hablar de ella—suelta un suspiro y aleja su mano de mi cabello para después ponerla en mi hombro.

—Está bien, Joshie—Me mira a los ojos— Sólo no quiero que te sientas mal por las cosas que hace y dice. No es tu culpa, no tienes que disculparte. Frank y yo no estamos enojados contigo, tú no hiciste nada.

Bajo la mirada y asiento lentamente con la cabeza. Me revuelve el cabello con cariño antes de dirigir su mirada a Frank, quien aún sigue de pie frente a nosotros. Su mirada es diferente cuando lo ve a él, tan calmada y siempre con una pequeña sonrisa en sus labios.

—Bebé, ven a sentarte—toma las manos de su novio y lo jala con un poco de fuerza haciendo que caiga sentado a su lado.

Miro cómo entrelazan sus dedos para después sólo verse a los ojos.
No hacen nada más que mirarse, pero es una mirada muy linda, muy dulce; como si pudieran demostrarse amor con sólo verse.

Los segundos pasan y ellos se siguen viendo, ¿Qué estarán pensando? ¡Tal vez pueden comunicarse por medio de miradas!, ¿Es eso posible? Tal vez las personas enamoradas pueden hacerlo.

Detengo mis pensamientos cuando veo que Frank pone su mano en la mejilla de Gerard y comienzan a acercarse. Me volteo con incomodidad en el momento en que se besan y siento mis mejillas comenzar a arder cuando escucho los chasquidos que hacen sus labios.

Aun no me acostumbro a ser el mal tercio y siempre que los veo besarse, abrazarse o simplemente mirarse a los ojos, me hace sentir un poco de curiosidad...¿Qué se sentirá estar enamorado?, ¿Es tan bonito como dicen, o sólo están exagerando?
Supongo que no lo sabré hasta que me pase.

El sonido de la puerta principal abriéndose me hace volver a la realidad.
Tal vez Ashley por fin se fue, o tal vez mi mamá acaba de llegar; cualquiera de las dos es buena.

Me levanto de mi cama para bajar a ver, pero antes de llegar a la puerta escucho la voz de ambas. No puedo distinguir bien lo que dicen pero estoy seguro de que están peleando; no es algo raro en ellas pero no es culpa de mi madre ya que Ashley siempre busca la oportunidad para pelear. 

Una vez que se detienen las voces escucho pasos en las escaleras y prácticamente corro hacia mi cama para sentarme. Volteo a ver a Gerard y Frank, ya no se están besando, sólo están sentados en silencio.
Casi inmediatamente después, mi madre abre la puerta de mi cuarto.

—Joshua, empaca tus co...— alza la mirada, viéndonos; más específicamente a Frank.

—Él es Frank, es novio de Gerard—Le digo mientras me pongo de pie frente a ella.

—Hola, cariño— Ambos se sonríen—Siéntete como en casa.

—Mamá, ¿En dónde estabas?—Quita su sonrisa— ¿Por qué Ashley está aquí y no en su trabajo?

—Esperen un momento aquí, chicos.— Me toma del brazo y me lleva a su habitación.

—¿Qué pasa, mamá?— veo como cierra la puerta con seguro antes de voltear a verme.

—Empaca tus cosas, cariño.

—¿Qué?

—Empaca tus cosas— Toma mi cara entre sus manos y una gran sonrisa se forma en su rostro— ¡Nos vamos a Brooklyn!

Analizo su cara por unos segundos para ver si está mintiendo, pero su expresión sigue igual.
Estoy esperando a que diga "Es una broma, tonto"  y después se ría de mí, pero no lo hace.

— ¡¿Hablas en serio?!—Siento que una sonrisa se forma en mi cara y comienzo a dar brinquitos en mi lugar.

—Muy en serio, Joshua. Ahora ve y empaca tus cosas, nos iremos todas las vacaciones—Mi boca cae con asombro.

—¿T-todas las vacaciones?

—Claro que sí, todas, toditas.

Eso es demasiado, son como tres meses.
¿Qué haremos allá tanto tiempo?, ¿En dónde nos hospedaremos?, ¿Por qué mi mamá no me había dicho nada?
Dios, tengo muchas preguntas.

—Pe-pero...

—Sé que tienes dudas, cariño; y te responderé todas, pero no ahora. Ve a empacar, nos iremos en la madrugada— mis boca se abre aún más.

—¡¿Qué?!— mi voz suena muy aguda pero no tengo tiempo de avergonzarme por eso. Tengo que procesar todo lo que está pasando, ¿Realmente nos iríamos en un rato?

Veo cómo abre sus cajones sacando un montón de ropa y guardándola en sus maletas.

—Mamá...¿Por qué no me habías dicho nada?

Agarra su cabeza con sus manos mientras suelta un gran suspiro—Joshua, te explicaré todo después, lo juro.—Me dedica una pequeña sonrisa— Ve a empacar tus cosas, ¿Sí?

La miro confundido, pero aún así asiento con la cabeza y camino hacia la puerta.

—Y, Joshua...—Me detengo un momento— Si Ashley te pregunta a dónde iremos, no le digas.







B U T T E R C U P {tysh}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora