Maratón: 3 de 3
Desperté a las once de la mañana y eso me extrañó un poco ya que nunca me había despertado tan tarde antes, usualmente despierto a las ocho o nueve, pero estaba realmente cansado anoche. Y no hay cosa que odie más que despertar tarde, porque siento que el día no dura absolutamente nada.
Desayuné, me bañé y me cambié, y ya es la una de la tarde. Odio eso, lo odio mucho.
Aún tengo pendiente preguntarle a mamá acerca de si me dejará salir o no con Tyler, y obviamente no perderé más tiempo en eso. Él dijo que sale a las 5 hoy, lo que significa que tengo pocas horas para convencer a mi madre.
—Mamá...—Le llamo desde mi cama, viendo cómo trata de hacerse una coleta. Ella solamente voltea a verme para que continúe hablando y después regresa a lo suyo—Yo... Quería preguntarte algo.
—¿Qué cosa?—Dice, atando por fin su cabello y mirándome a la cara.
—Me dirás que no.
—Pues dime primero.
—Pero no vas a querer.
—¡Josh, ya dime!—Alza la voz riéndose un poco.
—Quería saber si tú... Me dejabas salir...
—Con Tyler, ¿no?—Me interrumpe. Frunzo el ceño con confusión y, antes de que diga algo, ella se adelanta—Bajé en la mañana y me dijo. Creo que estuvo muy bien de su parte que me preguntara primero antes de simplemente irse contigo.
Mi cara roja hace que mamá se ría de mí. Me da un poco de vergüenza que Tyler haya tenido que pedirle permiso a mi madre y no sé por qué.
—Pero Tyler no está en las mañanas—Le digo con el ceño fruncido, recordando cómo hace un par de días estaba una señora en su lugar.
—Lo sé, le pregunté por eso—Camina hasta el televisor, encendiendolo y sentándose en el pequeño sillón—Dijo que tuvo que cubrir el turno de su compañera porque tuvo un "inconveniente"—Hace comillas con sus dedos en la última palabra.
—E-está bien, entonces yo... Me cambiaré—Le digo haciendo alusión a mi ropa; jalando el cuello de mi camisa.
—Pero ya estás cambiado.
—Sí, pero no me llevaré esto.
—¿Por qué no?—Alza una ceja y luego me mira de pies a cabeza.
—No se ve bien—Veo cómo sólo frunce los labios y después se ríe ligeramente, pero la ignoro. Tengo que llevar ropa linda para salir.
~•~
Después de pasar como una hora tratando de elegir qué ropa llevarme, y con mi madre repitiéndome mil veces que me llevara lo que fuera, al fin me decidí por unos jeans negros rotos y una sudadera azul cielo (con un pequeñísimo estampado de una serie que sinceramente nunca he visto) que me regaló Gerard cuando cumplí 15 años.Reviso mi celular y veo la hora, sólo para darme cuenta que apenas son las dos.
Suelto un gemido cansado y mamá, quien está viendo televisión, voltea a verme con una cara burlona.
—¿Qué tienes?
—Falta mucho aún para las cinco—Le respondo, caminando hacia ella y apoyando mi cabeza sobre sus piernas cuando me recuesto a un lado de ella en su cama. Ella suelta una risita ante mi respuesta.
— Cálmate, Josh, ¿Por qué tanta prisa?—Acaricia mi cabello con una de sus manos mientras con la otra cambia de canal en la televisión.
—Aquí no hay nada que hacer—Arrugo ligeramente mi nariz y después giro mi cabeza para ver qué está mirando en la televisión—¿Qué ves?