Pov Juliana
Llegar del hospital al medio día cuando se supone que debería de haber llegado hace tres horas, no es muy sano. Me saca de mis casillas, amo mi trabajo y todo eso, no me malinterpreten. Es sólo que pasar toda la noche en el hospital ya me está afectando, no es normal. No duermo, cuando llego a mi casa pienso que lo haré, pero resulta que Mía no quiere que lo haga. Cada vez que intento dormir, ella comienza a llorar... ya no sé cuánto tiempo de vida me queda a este ritmo y eso, que a penas tiene dos semanas.
Pero ¿cómo no amarla? A pesar de que se esté robando mis horas de sueño, aún así la amo. Es tan hermosa, y tan tan tan perfecta, es que no sé como expresar lo que es mi pequeña.
_ ¿Qué llevas ahí cielo?_ me bajé del auto, justamente los niños también estaban regresando del colegio, pero hay algo raro en la mochila de Valentín, creo que se movió y no sé si fueron ideas mías. Tal vez ya estoy a punto de desmayarme_ Nathan te estoy hablando_
Julián salió corriendo para dentro de la casa, mientras Valentín se paró en seco, girándose con una carita de yo no fui. El chofer se retiró, dejándome a solas con él.
_ No es nada mami_ dijo rápidamente, intentando ocultar la mochila.
Suspiré pesadamente, agachandome a su altura_ ¿Qué hablamos de las mentiras? No puedes mentir cielo, eso es muy feo_ le reprimí, tocando la punta de su nariz.
Él sonrió a medias, por fin colocando la mochila en el frente_ es un gatito mami, lo encontré en la calle y es mío, porque yo lo encontré y es mío_ volvió a repetir, abriendo la mochila. Inhalé profundo, tomando entre mis manos un gato bastante pequeñito de color blanco con los ojos café_ ¿me lo puedo quedar? Por fis, di que si ma_
_ tenemos que hablar con mamá cielo_ le dije, él colocó una carita triste y un hermoso puchero, quiero decirle que sí. Pero primero tengo que hablarlo con Val, y es que ni nos quedamos con Negrito, aunque eso fue más porque todos se adueñaron de él. Ahora es Crismi quien lo tiene.
_ Pero es mi gatito, es mío_ pataleó, quitándome al gato de las manos, quien me estaba lamiendo sin parar_ me voy a portar bien ma_ observé con ternura como Valentín acariciaba al gato.
_ tendrás que cuidarlo bebé, darle de comer. Bañarlo todos los días, y primero tengo que llevarlo al veterinario_ él asintió entrando a toda prisa para la casa_ ¡No he dicho que si Nathan! ¡ven aquí!_ chillé casi corriendo detrás de él, y gemí de frustración al ver a Val acariciando al gato.
_ Mira amor, tenemos que quedarnos con gatito_ me dijo, dándole varios besos y yo pensando que tal vez ella no iba a querer, pero resulta que ahora todos lo quieren.
Están los tres frente a mí, con pucheros. No puedo, no puedo negarles nada, son mi debilidad y que Val, Julián y Valentín estén poniendo esa carita me resulta muy tierno, aunque tampoco voy a negar que el gato es muy hermoso.
_ ¿Y cómo se va a llamar?_ les pregunté, cubriendo mis oídos al escuchar los gritos de los gemelos.
_ ¡Gatito!_ gritaron los dos al mismo tiempo, lanzándose a mis brazos. Ahí si me quieren los condenados...
_ ahora se me van a quitar la ropa del cole y luego a comer, rápido o si no les haré una guerra de cosquillas_ Valentín abrió sus hermosos ojos azules como platos, saliendo disparado para su habitación, al igual que el enano.
_ ¿no me darás un beso?_ me preguntó Val, haciendo ojitos, dejó el gatito en el suelo_ mira que te he extrañado y hasta te preparé la comida y conseguí dormir a Alfon_ rodé los ojos por como llamó a nuestra hija, pensé que por fin empezaría a decirle Mía o al menos Mag, pero no.