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Chris llega cansado de trabajar, en la entrada se cruza con el orangután que está sacando su basura.

Lleva unos pantalones apretados y el pecho descubierto.

Tiene los mejores abdominales que ha visto en su vida.

El mundo de Chris se desorienta, sigue siendo un tipejo, pero uno demasiado atractivo.

Baja la mirada para verle el paquete, y nota el arma que lleva en el cinturón.

No puede evitar sentir un cosquilleo en la entrepierna, se ha excitado de solo verlo y eso es vergonzoso.

—Richard —dice y el moreno voltea a verlo— creo que debo ser más comprensivo con tu trabajo, deberíamos hablar y decidir en qué horarios hacer algunas actividades que podrían incomodar al otro, o hacerlas disminuyendo el ruido.

—No sé cómo debo tomarme eso, ¿Es porque no estoy usando camisa? ¿O por el arma?

—Eres un idiota —dice retirándose con el rostro enrojecido.

—Espera —lo detiene tomándolo del brazo— lo siento, fue un mal chiste, soy terrible para esto.

—No importa —responde al verlo sonreír.

—Debo ir a trabajar, volveré en la madrugada —dice alcanzando su camisa que está dentro de su auto— te veo mañana, bonito.

—Soy Chris.

—Lo sé.

Apenas entra a su departamento, sonríe, le gusta, el orangután le gusta mucho, abraza a Haunter, come helado, baila un poco, hace bastante tiempo no se siente así de bien.


[...]

Joel no está feliz, está en su casa comiendo chocolates frente al televisor, ha empezado la primera temporada de How I Met Your Mother, otra vez.

El timbre lo alarma, y mira el reloj, son las 12 de la noche.

Se levanta con flojera y al abrir se encuentra con Erick, que tiene una pizza en su mano.

—Dijiste en la cena que vivías en el tercer piso del edificio frente a la biblioteca del este —le avisa para que no se asuste.

—Pasa —dice dándole espacio— ¿Por qué no me avisaste?

—¿Te molesto? —responde con una pregunta.

—Claro que no.

Erick mira las envolturas de chocolate y sonríe.

—Eres un puerco.

—¿Me ignoras por eso? —pregunta y el ojiverde se pone serio.

—No, no es por eso.

Deja la pizza en la mesa del centro y lo observa mordiendo su labio inferior.

—¿Qué pasa?

—Lamento haberte ignorado hoy —se disculpa y camina hasta él.

Sus labios se mueven lentamente presionando los del rizado y es correspondido al instante.

Ahora piensa que probablemente siempre va necesitar los labios de Joel.

—Estoy muy enamorado de ti —confiesa el rizado sorprendiéndolo— hace demasiado tiempo.

—¿Qué?

—Estoy enamorado, Er.

—¿Cómo lo sabes? —pregunta confundido.

—Lo sé porque cuando te veo soy feliz, pienso en ti todo el tiempo, tus besos me vuelven loco, y me encantas, tal como eres.

—No va gustarte esto –dice Erick con tristeza.

—No sé a qué te refieres con esto, pero nada puede ser tan malo.

—¿Por qué eres tan lindo conmigo?

—Porque lo vales todo para mí, Er.

—¿Valgo aunque no sea perfecta?

—Lo eres, eres perfecto para mí —responde ignorando a propósito el hecho de que Erick ha usado el género femenino.

El ojiverde sonríe pero no está seguro, tal vez no le basta con Joel.

La mujer perfecta || Joerick-Oreo || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora