Capítulo 41

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Una semana después volví a mi trabajo, ya me había recuperado y casi todo volvió a la normalidad...cuando digo casi es <<Porque Dylan no ha dejado de insistir con el tema de la boda>>.

-Dylan...te lo pido...dame tiempo-digo dejándole unos papeles en el escritorio.

Me sigue con la mirada.

-¿Cuánto más necesitas?-pregunta-...Llevas pensándolo dos semana y no me aguanto más hasta que me digas que sí.

Suspiro, la verdad es que ya tenía una respuesta, solo que no estaba totalmente segura.

Ok, a quien quiero engañar, estoy segura, solo que tengo miedo, y no sé porque.

-Dame hasta el miércoles-le pido-...dame hasta ese día y tendré una respuesta.

No está totalmente convencido pero aun así, dice:

-Ok, hasta el miércoles, ni un día más, y todos los días menos que quieras-dice

Sonrío.

-Dios Dylan... ¿qué voy a hacer contigo?-le pregunto.

-Darme el <<Si>>-dice sonriendo maliciosamente.

Lo fulmino con la mirada.

-El miércoles, ya dije.

-Okkkk, el miércoles-bufa y yo sonrío.

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Miércoles...

Tengo que tratar de huir este día de Dylan todo lo que pueda, mientras más retrase lo inevitable, mejor. Ganar algo de tiempo es bueno.

Pero...¿cómo lo voy a evitar, si es mi jefe?, literalmente trabajo para él, soy su asistente, Ashhh, ya no tengo ni la menor idea de en qué estaba pensando cuando se me ocurrió esta absurda idea, tengo que planear algo mejor...pero, ¿qué?...¿Y si me ausento porque estoy enferma?...Mmm...está muy usada esa excusa pero creo que servirá.

Lo único que me preocupa es la reacción de Dylan, no quiero ver su cara cuando se entere de que no voy a ir a trabajar.

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Una hora después...

-¿Qué haces aquí?-le pregunto a Dylan cuando abro la puerta de mi casa.

-Me enteré de que no ibas a trabajar porque estabas enferma, curioso, ¿No?, precisamente hoy miércoles, Jumm, por eso decidí venir a visitarte, y de paso a que me dijeras que decidiste.-dice entrando con su sexy traje oscuro a mi apartamento.

Oh-oh, no me salve después de todo, ¿Cómo no lo vi venir?.

-Yo...Em...este...que te digo...Mmm...-balbuceo cerrando la puerta tras de mí.

Dylan se sienta en el sofá, se estira cómodamente a su antojo y yo nada más lo veo.

-Solo dilo ya-me insta.

-Okkkk, está bien...Si-le digo.

Este sonríe, y pregunta:

-Sí, ¿Qué?

Lo fulmino con la mirada.

-Que si acepto casarme contigo, gilipollas-le digo sonriendo.

Este al oír eso sonríe, se acerca a mí, me toma por la cintura y me besa posesivamente, yo le sigo el beso.

Cuando nos separamos Dylan está feliz, no se lo puede creer.

-Te amo-me dice-...ya quiero que seas mi esposa, casémonos lo antes posible.

-Stop, quieto ahí, hay que organizar todo primero, decirles a nuestras familias y amigos-le digo.-...hay que tomarse un tiempo para que todo salga bien.

-Ok, entonces en dos meses nos casamos, punto final, el tema de la fecha no está en discusión-dice y yo sonrío, Dylan sí que es ansioso.

-Okkk, como quieras.-accedo a lo de la fecha.

-Está bien, ahora hay que decirles a nuestros amigos y familia, vamos, yo me pido a Ron y a Max-dice rápidamente, y yo lo miro con las cejas arqueadas, a Dylan le va a encantar darles esa noticia, que voy a hacer con él. Diosss, Dylan es un caso.

-Vas a disfrutar darles esa noticia, ¿no?-le pregunto mientras salimos de mi apartamento.

-Ja, ¿Y lo dudas?-dice mientras caminamos por él pasillo hacia el ascensor.

-No, ni un poco, solo quería comprobar mi hipótesis-le digo mientras nos dirigimos a su auto.

-Ok, ya lo comprobaste, ahora vamos a casa de Ron, luego de Max, y después vistamos a los demás para darles la noticia, ya quiero decirles a mis padres-dice.

-¿Cómo crees que reaccionarán?-le pregunto.

-Ellos te aman, créelo, es más, mi padre quería cuadrarme contigo, eso fue antes de que yo supiera que eras tú la que había entrado a trabajar a la empresa.

-Vaya, pues que buena impresión debió de llevarse de mi.-digo.

-Le encantaste, según él, eres la esposa perfecta, y no lo dudo-dice mientras estamos en el carro dirigiéndonos a casa de Ron.

Le sonrío.

-Y yo no dudo de que seas el esposo perfecto, y por mi familia, no hay de qué preocuparse, ya te los ganaste a todos, literalmente, te aman, sobre todo Camille, Daniel y Andrea, y si te los ganaste a ellos a mis padres más rápido-digo y sonríe.

-Ay Megan, Megan, no sabes cuánto te amo.

Sonrío.

-¿Cuánto?-le pregunto.

-No hay algo lo suficientemente grande en tamaño o longitud, ni siquiera algo lo suficientemente valioso en cantidad o emocional que lo pueda describir, con eso te digo todo, y no te puedo decir cuánto, hasta que haga algo que se pueda comparar con lo que siento por ti.-dice y mi corazón se acelera.

-Creo que si tienes con que compararlo-le digo.

-¿Con qué?-pregunta curioso

-Con lo que yo siento por ti, ya que es exactamente igual o mayor.-le digo y él sonríe.

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El odio se demuestra de otra formaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora