Capítulo 35

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Cuando voy doblando justo en una esquina, alguien me toma por el brazo y me empuja contra un árbol.

Dylan.

Esto ya es una mala costumbre que tienen los que conozco,¿porque todos me tienen que acorralar contra un árbol?, eso ya es demasiado.

-¿Qué?-le suelto bruscamente.

-Ya, tranquilízate, no es para que te pongas a la defensiva-dice soltándome.

-Perdón-le digo, y me mira sorprendido.

-¿Qué?,¿qué dijiste que no te escuche?-juega.

-No lo volveré a repetir-le digo comenzando a caminar.

Sonríe

-Lo sé, pero no pierdo nada intentando.-empieza a caminar conmigo.

No respondo, Dylan ladea la cabeza y pregunta:

-¿Qué tienes?

Lo miro, y niego.

Al parecer no está satisfecho con el intento de respuesta.

-Nada-le aclaro-...estoy bien, solo que...estoy pensando.

-Y... ¿en qué? si se puede saber.

-No, no se puede saber, son cosas mías-le aclaro y le hago mofa.

Se ríe.

-Como quieras, si tú no me dices, yo lo averiguaré-dice.

Río

-Como si pudieras-lo reto.

-Ah, ¿No me crees?, bueno, ya veremos.

-No es que no te crea, es que a nadie le podrás sacar esa información, salvo a mí-le digo.

Me mira un momento.

-Más fácil aun-dice cuando llegamos al edifico donde vivo.

-Si tú dices...bye-me despido y le doy la espalda para entrar, pero él me toma de la muñeca y hace que lo mire de nuevo.

-Tú no te vas hasta que me des un beso-dice.

Entrecierro los ojos, me acerco y le doy un pico en los labios, me vuelvo a doblar para irme pero éste me vuelve a dar la vuelta y me besa, me encanta como besa, nuestras bocas encajan perfectamente.

Me separo de él, le sonrío y entro al edificio.

Cuando llego, llamo al ascensor y le marco en mi planta, salgo de ascensor, me dirijo a mi apartamento, busco las llaves en mi bolso y abro la puerta.

Todo un proceso.

Entro y me percato de que llegó el correo, está justo en la puerta; lo reviso y encuentro una carta...no puede ser, que sea, por favor que sea lo que creo que es...

La abro, reviso cada detalle y... ¡Siiiii!, es lo que creo que es.

Llamo a Anne.

Al segundo tono contesta.

-¿Qué?

-Me aceptaron, me aceptaron, estoy dentro-le grito por el teléfono.

-¡No me digas eso!,¡Qué bien por ti!,¡¿ya se lo dijiste a las demás?!-pregunta.

-No, tu sabes que no quería contar nada hasta que fuera un hecho.-le digo.

-¿Y cuando empiezas?, Es una gran oportunidad, trabajar para una de las mejores multinacionales...Es lo máximo-dice feliz, sonrío para mis adentros, si, es genial.

El odio se demuestra de otra formaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora