CAPÍTULO 25: DULCE AMARGO

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El trayecto se había hecho largo y casey lo estaba notando pero no quiso preguntar. Tal vez era una sorpresa

—¿Donde estamos? Lo miró con curiosidad por el lugar desconocido en donde habían llegado.

—Creiste que la cena sería en el departamento? No, claro que no— sonrió y salió del auto para abrirle la puerta a casey, tomó su mano y los dos caminaron a un pequeño restaurante que se veía muy diferente a los acostumbrados.

—Este lugar es precioso, debió ser carísimo— agrando los ojos sonriendo tímidamente

—Eso no importa— puso su mano por debajo de su cadera haciendo que ella se sonrojara. Fueron atendidos y llevados a una mesa redonda, muy linda con decoraciones preciosas de color vino y oro.

—Sobre.. Lo que me sucedió con aquel tipo, yo..— fué interrumpida un suave apretón en su muñeca.

—No Casey, no hables de eso. Todo eso ya pasó, ese niño junto a el hermano de tú padre están enfrentado a la justicia. Ahora yo estoy aquí contigo y nadie te va lastimar de nuevo— era tan protector con ella que hizo que se le resbalara una lágrima.

—Te quiero dennis— sin dar una respuesta le besó los nudillos. Terminaron la cena y el hombre se levantó para acercarse a la mesera y sacar algunos billetes. Se quedó mirando a casey, que estába con la cabeza inclinada sobre su vientre

Él sonrió ante eso

—Vamos a casa— tocó el hombro haciendo que diera un salto ante su toque. Asintió entusiasmada. Al salir se detuvieron en el pastizal de afuera y sentir la brisa helada, casey lo sorprendió con un abrazo

—¿Siempre juntos?— ella pregunto y el asintió devolviéndole un beso.

Al día siguiente, era lunes y dennis se había ido al trabajo. Casey se levantó con dificultad por el tamaño de su panza de embarazo, no evitó reírse ante la sensación que sentía. Bajo los escalones para prepararse el almuerzo. Sándwiches fritos untados con mayonesa, era uno de los platillos que más comía.

De pronto sintió un calambre, al principio lo ignoro al créer que era algo normal. Una hora después lo volvió a sentir, pero está vez más fuerte haciendo que ella se retorciera y deslizándose hacía el suelo. Su celular estába arriba en la habitación y no se sentía capaz de poder subir las escaleras con éxito. Ayudándose con sus rodillas se arrastró hasta el baño que estaba a pocos pasos. Se recargo y se quedó sentada exhalando y soltar aire para tratar de aliviar el dolor

—Por favor, no tardes— suplico en voz alta y dennis regresará

—Casey es barry, estoy en casa— dejó las llaves en la mesa de comedor y caminar para arriba, pero algo rojo en el piso lo detuvo. Arrugo la cara y con la suela del zapato deslizó para llevarse la sorpresa de que era sangre..

—Casey?!— su voz sonaba asustada— Casey!— corrió siguiendo las gotas de sangre y llegar hasta ella

—Dios mío— dejo caer su mochila de trabajo y se inclinó con rapidez para sostenerla. Casey había llegado al punto de tener una fuerte hemorragia por haber esperado un par de horas.

—Barry, cariño es el bebé. Necesito que me ayudes, ya viene— puso su mano en su mejilla

—¿Qué hago?— pregunto con el pánico a flor de piel. Estaba temblando

—Primero tranquilízate. Ve y tráeme unas toallas limpias— 

—De acuerdo.. tu.. tú tranquila, vengo enseguida—La joven resopló con dolores intensos. Barry llego en segundos

—Es demasiado pronto para que nazca aún no crees?—la cubrió con la toalla en sus muslos para retener la hemorragia

—Si, un mes, no sé que sucedió. Llama a una ambulancia—

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