la casa de papel (palermo)

01. volver

Lo está escuchando. En ese preciso momento lo está escuchando. El ruido del mar, el ruido de la arena, el ruido del viento. Tambien siente. Siente el sol arder en su piel, siente los pequeños granos de arena golpear contra sus piernas húmedas, siente el calor sofocante dentro de su cuerpo pero a su vez siente la relajación que le provoca. Y a su vez, puede sentir la sensación única que siente cada vez que llega a apreciar esa paz, como si fuera la primera vez, como si no fuese que hace un año está viviendo en Bahamas y esa sensación la tiene todos los días de su vida. Pero esa paz se corta derrepente, cuando un papel cae sobre su abdómen desnudo y abre los ojos asustada. Cuando ve a Maxi parado junto a ella se relaja. Porque todavía tiene esa paranoía de que sea la policía, la cía o quien fuese que la habían encontrado. Ella sonríe.

"¿Qué es esto?" Le pregunta agarrando el papel entre sus dedos y sentandose en la silla.

"Un sujeto extraño me lo dió como si me estuviera vendiendo droga, me dijo que era para tí y que bajo ninguna circunstancia viera lo que contiene" le explicó Max, un muchacho puertorriqueño que ella había conocido en la playa el primer día, y desde entonces lo veía siempre que venía a la playa, poco a poco convirtiendose en quizás, su amigo. Ella comienza a asustarse. No era algún metodo que empleara la policía para atrapar a una delincuente, pero su paranoía no la deja en paz.

"¿No te dijo nada mas?" Le pregunta ella entrecerrando los ojos para ver a Max debido al fuerte sol.

"Nop. Así como me lo ha traido, te lo traje a tí muñeca" contestó sin más. Ella vuelve a mirar el papel doblado y lee lo que hay escrito allí. "Cinthia Sotelo" Su nombre. Siente el latido de su corazón en sus oídos y suspira. Abre el papel.

"Cabina telefónica. 12.
Calle 88 y 42. 16 pm."

En ese preciso momento, toda paranoía o susto en Cinthia desaparece y la invade la sorpresa, o más bien, el shock. Porque nunca creyó que ese momento llegaría. Y menos que menos, que la agarre en la situación en la que estaba.

"¿Y? ¿Qué es?" Le pregunta Max ansioso. Cinthia sale de su trance y vuelve a la realidad. Poco a poco sonríe mientras respira fuerte. Disparada, agarra su mochila que está tirada y olvidada en la arena blanca junto a ella y saca su ropa, ya que en ese momento se encuentra en bikini. Comienza a ponerse el pantalón del Barcelona mientras se ríe a carcajadas. "¿Qué ocurre?" Vuelve a preguntar Max riendose con ella, ansioso. Cinthia se pone la remera corta y las zapatillas que se había comprado la noche anterior. Cuando termina, mira a Max y suspira con felicidad.

"Voy a ir ver a un amigo. A Tailandia" le dice emocionada y lo abraza con todas sus fuerzas.

"Cerca" bromea Max.

"Voy a volver. Te lo aseguro. Te voy a traer muchos regalos. No dejes de esperarme, amigo" le dice

"Nunca dejaré de esperarte amiga" le dice y vuelve a abrazarla. Cinthia se separa luego de unos segundos y mira su reloj. Media hora le queda para llegar a destino. "Adiós" se despide.

"Adios" se despide Max y Cinthia comienza a correr hacia la cabina que le queda bastante lejos. Se muere de ganas por contarle a Max, pero no puede. Mientras trota por las calles calurosas de Bahamas siente esa espina de no haberle contado núnca a Max quién era Cinthia en realidad. No podía enrealidad. No podía contarle que ella robó 25 millones de pesos a un banco en Buenos Aires con su novio, y mucho menos que lo había traicionado y se había llevado toda la plata a Bahamas, donde vivía desde entonces sin saber nada de nadie. Pero sonríe cada vez que recuerda que dejó muchisima plata a su hermano y a sus padres. Que compró una casa quinta para su hermano, y dos casas en la ciudad a sus padres, como ellos soñaban. Y Cinthia sólo tiene 20 años. Finalmente llega a la cabina y se mete en ella. Mira el reloj. Cuatro minutos para la hora acordada. Los cuatro minutos más largos de su vida. Hasta el telefono suena. Cinthia atiende.