Let Me Love You ➳ Na Jaemin

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—Hoy iremos a la playa —comentó mi madre mientras que nos servia el desayuno a los tres —. Jaemin, pregúntale a tus padres si puedes venir con nosotros

—Ah, no se preocupe, sí que me dejan —respondió haciendo un ademán con la mano

—De acuerdo, pues entonces iremos todos juntos —dijo mi madre con una sonrisa

—¿Y que haremos? ¿Solamente tomaremos el sol? —preguntó mi hermano mientras que se metía un trozo de gofre en la boca

—Estaremos un rato en la arena, y pensé que luego podríamos ir en kayak —respondió ella mientras que se sentaba con nosotros a la mesa

—Me parece un buen plan —dijo Jaemin con una sonrisa

Dios mío, ¿por qué su sonrisa es tan bonita? Y sin darme cuenta me quede mirándole como una idiota hasta que Yuta me sacó de mis pensamientos.

—Ami, lo siento pero las sonrisas como la de Jaemin o como la mía no se contagian por mucho que nos mires —dijo mientras que se inclinaba hacia atrás con la silla y se tocaba el mentón con los dedos como si posara para una foto de modelo de revista

Cuando Jaemin escucho a Yuta decir eso se giró para mirarme y pudo ver como tenía mi vista perdida en su rostro como si fuera idiota. Me sonrojé y miré a Yuta con mi ceño fruncido.

—¡Cállate! —exclamé a punto de levantarme y pegarle un puñetazo

—Yuta, deja a tu hermana en paz —dijo mi madre poniendo algo de orden en la mesa

—Está bien, perdón —contestó alargando la última palabra que salió de su boca

No me di cuenta de que Jaemin seguía mirándome y cuando giré mi cabeza para volver a verlo bajé mi mirada algo avergonzada. Pero entonces Jaemin rió y sin ningún tipo de vergüenza agarró mi mano, la cual estaba encima de la mesa, y comenzó a acariciarla con su pulgar, justo como ayer, solo que esta vez lo hizo a la vista de mi hermano y mi madre.

A mí, que siempre me dió vergüenza actuar de manera cariñosa en público, me hizo sonrojar y comencé a comer de nuevo tratando de no darle demasiada importante a que Jaemin estuviera a punto de acabar conmigo.

(...)

—¡Yuta, déjale un bañador a Jaemin! —exclamó mi madre mientras que ella y yo esperábamos en la entrada con todas las cosas listas

—¡Estoy buscando uno! —exclamó él de vuelta

Yo suspiré mientras negaba con mi cabeza y me cruzaba de brazos. Me giré de cara a mi madre y la miré alzando mis cejas.

—Lo sé cariño, es un desastre —río mientras negaba con su cabeza

Pero entonces unos brazos me abrazaron por la cintura sobresaltándome, y cuando me giré pude ver que era Jaemin.

—Dios que susto —dije apoyando mi mano sobre mi pecho

Jaemin rió para luego dejar un dulce beso en mi frente el cual me hizo ruborizar.

—Ay que tiernos —escuché a mi madre decir, y supuse que estaba muriendo de ternura por su tono de voz

—¡Ya lo encontré! —exclamó Yuta mientras que bajaba las escaleras y se dirigía a nosotros —. Aquí tienes, es de cuando tenia diecisiete que es la edad que tú tienes, así que creo que te servirá —le tendió la prenda y Jaemin la agarró

—Está bien, gracias de nuevo —respondió él con una sonrisa

—Ahora que ya está todo listo, ¡vámonos! —dijo mi madre elevando su brazo