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Estaba en shock, porque creo que no es algo que pase muy a menudo el hecho de que mi mejor amigo me besé así porque sí.

No sabía que hacer, no estaba correspondiendo pero a la vez no me apartaba. Estaba estática sin saber que hacer.

Su beso era dulce y pude notar que lo hacía con suavidad y cariño. Por un momento quise corresponderlo pero me retracté, era Renjun, pero entonces en mi cabeza apareció la maravillosa imagen del peliblanco besando mis labios como solía hacer siempre que quería. Me asusté y me separé de golpe mirando a mi amigo con una expresión asustadiza.

—Yo... lo siento —se disculpó Renjun en cuanto se dio cuenta de lo que acababa de hacer —. Perdón, no sabía lo que hacía —agachó su cabeza mirando avergonzado hacia abajo

—Yo... creo que debo irme —estaba a punto de salir por la puerta cuando de repente siento como me agarran del brazo

—Ami, no te vayas, sé que ha sido una estupidez lo que acabo de hacer y es normal que ahora no me quieras ni ver, pero por favor no te vayas —me miró con una expresión que no sé como explicar con palabras, es como si estuviera triste a la par de avergonzado pero a la vez su mirada transmitía confianza, era raro

Lo miré sin saber que decirle, lo que acababa de pasar era difícil de procesar para mí y más aún si en medio del beso lo imaginé a el peliblanco. Miré al suelo, Renjun no me soltaba, solté un leve suspiro y lo miré.

—No me iré, pero no vuelvas a hacer eso —decreté mirándolo sería a los ojos

Renjun asintió con la cabeza y después me soltó —. ¿Vamos al parque? —preguntó el castaño tratando de cambiar de tema e ignorando lo que había sucedido segundos atrás

—Está bien —asentí cruzándome de brazos y saliendo de la habitación junto a mi amigo

Renjun cerró la puerta de su habitación y ambos caminamos hasta llegar a la entrada, el castaño me abrió la puerta y los dos salimos de su casa para poder ir al parque que se encontraba a pocos metros de la vivienda.

Mientras caminábamos hacia el parque no dije y nada y simplemente me mantuve con mi vista fija en mis pies. Pude notar como Renjun me miraba de vez en cuando y como después resguardaba sus manos en los bolsillos de sus pantalones.

Incómodo; sí, esa era la palabra que definía el extraño ambiente en el que nos encontrábamos. Y no me extraña, nos habíamos besado, bueno, más bien, Renjun me había besado y si soy sincera no sé muy bien porqué había sucedido eso.

Y lo peor de todo no fue el simple hecho de que me besara, si no que en mi cabeza apareciera la imagen del peliblanco. ¿Dónde estaría ahora? ¿Qué estaría haciendo? Más bien, ¿qué estoy haciendo yo?

Jaemin jamás besaría a otra chica o jamás dejaría que otra chica le besara. Pero en cambio yo si lo he hecho, y dos veces ya. No me puedo sentir peor. Soy un asco, bueno, aunque eso ya lo sé desde el momento en el que me vi en un espejo.

Gracias a dios llegamos al parque pronto, ya que si no hubiéramos llegado antes seguramente yo ya me encontraría llorando.

Renjun me llevó hasta un banco en frente del parque infantil en el que los niños más pequeños estaban jugando. Ojalá volver a ser una niña pequeña, sin preocupaciones ni responsabilidades, sin problemas de depresión, sin problemas sentimentales, sin nada, solo con la ilusión de tener un unicornio como mascota.

—Perdóname —Renjun habló por primera vez desde que salimos de su casa —. No pretendía hacerlo, fue algo muy raro —se disculpó mientras que se echaba hacia adelante juntando sus manos y para después ladear su cabeza y mirarme

Let Me Love You ➳ Na JaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora