Necesitaba salir y evadirme de todo, en realidad mi vida había dado un giro bastante grande y quizás para algunos había sido en sentido negativo pero para mí había sido todo lo contrario, de pasar a tener una vida que daba asco a tener algo parecido a una vida que no estaba del todo mal quitando que a quien consideraba mis amigos eran cuatro chicos que en un primer momento no era el tipo de personas con las que quieres juntarte en un sitio como este pero que después no eran tanto como aparentaban.
No me había dado cuenta pero algunas lágrimas estaban mojando mis mejillas poco a poco, ni siquiera sabía por qué lloraba quizás por rabia o porque me sentía sola o por las dos cosas juntas.
Era más de media noche cuando decidí volver a la habitación ya que el frío estaba empezando a calar en mis huesos, subí hasta la habitación y al entrar comprobé que estaba la luz encendida, la ventana abierta tal y como les había dicho y Connor estaba dormido encima de la cama aún con el uniforme puesto.
Cerré la ventana intentando no hacer mucho ruido para no despertar a Connor y tras ponerme el pijama me metí en la cama y apagué la luz, no tardé mucho más de cinco minutos en quedarme dormida.
Me desperté y pude comprobar que Connor ya no estaba en la habitación, no sabía que es lo que había hecho para que me tratase así, como si no existiese, de un día para otro.
Estuve bajo la ducha más de un cuarto de hora y cuando me quise dar cuenta me quedaban apenas quince minutos para llegar a clase así que por más prisa que me di me dio el tiempo justo para llegar menos de un minuto antes del profesor, me senté en mi sitio bajo la atenta mirada del resto de la gente que estaba allí.
Cuando acabó la clase y el profesor nos dio permiso para salir fui la primera en hacerlo, no me quería cruzar con ninguno de los chicos, no tenía ganas de hablar con ellos.
El día pasó de lo más tranquilo, tal y como me había propuesto no me había cruzado con ninguno de los cuatro, terminé de recoger todo de la mesa de la biblioteca y volví a la habitación esperando que no hubiese nadie, pero me equivoqué, estaba Connor caminando de un lado para otro, simplemente le ignoré y dejé las cosas encima de la cama
- ¿dónde te habías metido? -preguntó, le ignoré y seguí guardando cosas-Sam-
-ni Sam ni nada Connor, es irónico que ahora te preocupes por mi cuando llevas desde ayer haciendo como si no existiese-contesté y me tumbé en la cama, no contestó, solo se quedó en silencio
-Sam-susurró
Comprobé la hora y vi que aún podía bajar a cenar así que me levanté con la intención de salir de allí
-sigue haciendo como si no existiese, se te da mucho mejor-dije antes de cerrar la puerta, tenía ganas de llorar ¿por qué tenía que sentir cosas por él?
Conforme bajaba las escaleras el nudo en la garganta se iba haciendo más grande y las ganas de llorar aumentaban así que opté por pasar de cenar y me metí al primer baño de chicas que encontré y allí empezaron a deslizarse, me sentía mal en ese momento. Oí como la puerta se abría y las sequé rápidamente con la manga del jersey
- ¿Qué haces aquí? Esto es el baño de chicas-dije intentando sonar normal
-te he visto desde el otro lado del pasillo, ¿Estás bien?
-perfectamente, ya te puedes largar
-Sam
-ni Sam ni nada, márchate
- ¿estás enfadada?
-ahora que lo preguntas sí
- ¿por qué? ¿qué te hemos hecho?
-nada Tristan, no habéis hecho nada
Salí del baño y me marché lejos de allí, no quería que nadie me viese, me daba vergüenza llorar delante de todo el mundo y era de lo único que tenía ganas así que salí afuera y el frío chocó contra mí.
Me pasé allí la mayor parte de la noche y cuando ya me estaba quedando congelada decidí volver a la habitación, subí y me asusté al ver a Connor despierto, simplemente pasé de él y me metí en el baño para ponerme el pijama, tenía mucho frío así que me puse unos pantalones largos en vez de los cortos, me metí en la cama y ninguno dijo nada
-Sam
- ¿Qué quieres ahora?
- ¿podemos hablar?
-ya lo estamos haciendo
-en serio, no hay quien te entienda
-tampoco hay quien te entienda a ti-contesté
-Sam, escúchame
-no quiero escucharte Connor
-me vas a escuchar quieras o no-dijo sentándose en mi cama, me di la vuelta y me dispuse a no escucharle, no quería hacerlo ahora