Capitulo 7

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Tendrían que seguir comprando muebles para la habitación de Alex, y luces para adornarla, estaría bien dibujar algo en las paredes. Alex siempre quiso tener la habitación de sus sueños, y ahora podría.

-Mamá. -la llamó. Una pregunta se le acababa de pasar por la cabeza, y estaba convencida de que no dormiría sin saber la respuesta.

-Dime, cariño. -dijo Gabriela dejando su bolso colgado en la silla.

-¿Y qué pasará con la madre de Alexander? -preguntó. Porque sería injusto que por su culpa, Gabriela Ribas desapareciera también, cuando ella sí que tenía amigos, trabajo y demás.

-Tranquila, cariño. -sonrió ella. -Peluca, lentillas y maquillaje. -dijo, y ella asintió con la cabeza, más relajada. No le gustaría arrebatarle la vida a su madre.

-Lo decía porque no quería que hicieras lo mismo que yo. -murmuró.

-¿Desaparecer? -asintió con la cabeza y Gabriela acarició su mejilla. -Recuerda siempre quien eres, Alexandra. -dijo ella, y Alex bajó la mirada.

El problema, es que ella quería hacer eso, precisamente eso. Quería olvidar quien era, quería dejarlo atrás, todo su pasado y todo su sufrimiento, no quería ser Alex, porque ella odiaba a Alex.

-Sí. -murmuró.

***

Luis subió a su habitación, cansado y con los ojos llorosos, reventado después de todos los golpes que había recibido durante el día de hoy.

Tal vez mañana no se encontrara en condiciones de ir al instituto, pero de todos modos tendría que hacerlo, pues no quería que su padre volviera a pegarle, no quería recibir más golpes, porque llegaría al punto de que los golpes no se podrían ocultar.

Y vagamente se preguntó qué haría Alexandra si lo supiera. Pero luego se acordó de que ella no quería saber nada de él.

Se sentó en la cama haciendo una mueca de dolor al sentir su espalda estirarse, le dolía.

Su móvil. Lo vio encima del escritorio y se levantó, agarrando también el cargador, por si las moscas. No le agradaría quedarse sin batería y tener que levantarse a cogerlo.

Se sentó con cuidado y lo puso a cargar, mientras lo usaba. Entró en facebook y empezó a mirar sus fotos. Fotos de él, con ella. ¿Cómo todo el mundo era incapaz de ver lo preciosa que era? Estaba en sus ojos, en su boca, en su cuerpo, en todo; y sin embargo, nadie era capaz de verlo. Suspiró al recordar los insultos que comentaba la gente muchas veces en aquellas fotos, aquellos comentarios que él mismo eliminó y no eran pocos.

Siempre soñó en el día en el que le quitaran los aparatos, apareciera con unas lentillas y una ropa que dejara su perfecto cuerpo bien marcado, y entonces todo el mundo se daría cuenta de lo perfecta que ella era.

Bloqueó el móvil y puso ambas manos sobre su barriga, abrazando su móvil. Ni Dios sabe cuánto la echaba de menos.

***

Viernes, por lo menos después de soportar seis horas de clases podría quedarse en casa y no salir en todo el fin de semana, o tal vez salir para no ver a su padre. Quizás... Encerrarse en su habitación.

-Hey. -Alex lo llamó y él se giró.

-Hey. -respondió igual. Alex no parecía estar tan alegre como siempre.

-¿No tienes calor con eso puesto? -le dijo, y Luis miró su atuendo y negó con la cabeza. A decir verdad, un poco, pero no podía enseñar más de lo que se veía, pues todo el mundo quedaría horrorizado al ver tantas marcas en su piel.

Chico Guapo Chica Horrenda (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora