Tener una vida como chico era más fácil, ella era más feliz así. ¿Pero qué pasaba con la felicidad de su amigo? Él no era feliz ahora, ni mucho menos.
Alex suspiró. Acababa de llegar a su casa y llevaba todo el camino a casa así, pensando en ello, una y otra vez, una y otra vez... Se reproducía constantemente en su mente aquel beso, el cual iba para Alexandra, no para Alexander, y eso no se le tenía que olvidar... La confesión de su amigo...
Y tampoco dejaba de pensar en cuando era Alexandra y se reía junto a él, cuando se divertían juntos, los fines de semana viendo películas... Definitivamente, todo eso se había ido, y no volvería. ¿No podía simplemente desaparecer de la faz de la tierra?
Suspiró y se tiró sobre el sofá, abatida. Pensar cansaba más que correr una maratón, o eso pensaba ella ahora mismo. ¿Cuánto tendría que pasar para que ella se diera cuenta de lo que quería realmente?
¿Había algún modo de que encajara, siendo ella misma? ¿Así como su madre la había traído al mundo? Ella era una chica, y le gustaba serlo, pero claro que no todo podía ser, y ella prefería la vida fácil, una vida donde no se metieran con ella, y esa, claramente era esta.
Su madre no estaba en casa, pues llegaría después, ella misma tendría que cocinar si quería llevarse algo a la boca, y realmente lo necesitaba. Pensar le daba hambre.
Por otra parte, más lejos de lo que ambos desearían, Luis acababa de llegar, o eso quería aparentar, pues había dado unas cuantas vueltas antes de dirigirse a su casa, por el simple hecho de que no le gustaba estar ahí, no. No era eso, era simplemente por la compañía non grata. Él detestaba a su padre.
—¿Por qué has llegado tarde? —Luis se estremeció. Él quería una respuesta, y ya.
—He tenido que limpiar la clase. —murmuró, con miedo. Sabía lo que venía a continuación.
—Tienes la comida en la cocina. —y seguido de eso se sentó en el sofá. ¿Él no pensaba pegarle? Y sin embargo no, no lo hizo. Luis fue a la cocina y se sentó.
Croquetas precocinadas y unas patatillas. Torció la boca. Sí, otra vez. Al menos esta vez no había tenido que hacerse él mismo la comida.
Comió, bastante rápido sin saber el por qué, ya que últimamente comer no era de sus cosas favoritas. Aunque luego, justo al levantarse, unas familiares ganas de vomitar vinieron a él, y apretó los puños. La bilis subió a su garganta, pero él no quiso permitirlo, no de nuevo.
Se lo tragó, y fue a lavar su plato.
Echaba de menos ir a comer con Alex, su mejor amiga, la comida que hacía su madre estaba deliciosa, y la compañía encantadora. Estar con ella era lo que él quería.
Salió de la cocina y subió arriba, agarró su móvil y cogió aire, dispuesto a llamarla.
Uno... Dos... Tres... Cuatro...
Cerró los ojos. Ella no tenía intención de cogerlo, supongo.
—Luis.
Su corazón se paró al escuchar su voz. —Alex. —susurró, sin creérselo.
—¿Qué quieres? —su voz sonaba cortante, y él lo comprendía. Ella estaba actuando realmente bien.
—Alex, que-quería decirte que yo... —se quedó callado, de pronto mudo, por mucho que quisiera decirlo no podía.
—¿Qué?
Mudo, incapaz de articular nada. Y entonces la llamada se cortó. Él había perdido su oportunidad, otra vez.
Cerró los ojos y se sentó en su cama, mirando al suelo, con la mente en blanco. Era difícil no pensar en nada después de lo que acababa de suceder, pero lo hacía, no pensaba, es como si se hubiera quedado en blanco, completamente.
Alex dejó su móvil y suspiró. "Te amo", las palabras que nunca llegaron. Ella tenía que hacerse la enfadada, y por mucho que hubiera querido seguir escuchándolo, no debía. Ella seguía enfadada, ella no sabía a cerca de sus sentimientos... Alexander lo sabía, pero ella no.
Bufó. Esto era más difícil de lo que ella pensaba, era... Era simplemente como si fuera bipolar, tenía que serlo y era frustrante, porque se confundía.
"No he podido hacerlo."
"¿El qué?"
Era Alexander el que recibió aquel mensaje de Luis, no ella.
"Decirle lo que siento."
"¿Por qué?"
"Me he bloqueado al escuchar su voz."
Su otro móvil sonó. Otro mensaje, pero para Alexandra. Desbloqueó su otro móvil y miró la pantalla. Luis.
"Lo siento... Alex, me he bloqueado."
Dejó el móvil y agarró el otro.
"Pero tienes que decírselo, Luis, no puedes ocultarlo más."
Cambió de móvil.
"¿Bloqueado? Si eres incapaz de hablar conmigo mejor que me dejes, Luis, no fuiste capaz de venir a despedirte."
Cambió.
"Lo sé, pero es que... Pensé que no me lo cogería, me quedé en shock."
Cambió.
"Pero Luis, si te gusta tienes que decírselo."
Sus ojos se abieron como platos. Mensaje enviado, móvil equivocado.
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Chico Guapo Chica Horrenda (Cancelada)
Novela Juvenil[Autora: Sandra M.P.] [NO COPYRIGHT 2014.] [NOVELA CANCELADA] Bien, esta es la historia de Alex, una chica a la que todos la apodaban la antisocial, la nerd, la fea, la rara, la empollona... En conclusión, una pobre chica de dieciseis años que sufrí...