• 1; Reencuentro.

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Era primavera, podía escuchar a su madre estar muy alegre porque todas las flores del jardín daban unos hermosos retoños que adornaban toda la mansión. Desde Dalias hasta Narcisos, algo que siempre ponía de buen humor a su madre, y que le alegraba escucharla cantar en algunas ocasiones.

Pero para él era tormentoso, porque tenía que aguantar el calor. Todos decían que la primavera seguía siendo hermosa como antes pero lo único que podía recibir era el maldito sol golpeándolo con fuerza. Lo hacía sudar, ponerse de malas. No lo toleraba, y eso que sus padres le regañaban diciendo que se veía más pálido que antes. Le daba igual.

Así que esa época la podía dejar pasar tan fácil. Lo que más le alegraba era la navidad, había muchas cosas y recibía muchos regalos por parte de sus padres, amigos y su padrino. Eso era algo que podría dejarlo en buena posición aunque muchas veces le repitieran que ya no tenía 10 años para seguir siendo consentido. No era su culpa, los demás así era con él, y por más que les había pedido que dejarán de hacer aquello, simplemente no cambiaban.

Pasó su dedo por las cerdas sedosas del cepillo para disfrutar de la suavidad que se sentía y la alegría que le ocasionaba aquél dulce tacto.

—¿Quieres que te ayude?

Narcissa se encontraba parada en el marco de la puerta, llevaba un rato ahí pero se había quedado mirando a su hijo sin decir nada. No quería hacer nada que pudiera ponerlo de malas.

—¿Cuanto tiempo llevas ahí, madre?

—Lo suficiente como para ver esa carita arrugada de tantos pensamientos —ella ingresó al cuarto dejando que sus tacones provocarán ruido—, recuerda que todo esto es por tu bien.

Draco sintió como el cepillo era quitado de sus manos, y a los segundos, su madre se encontraba cepillandole el cabello, este había crecido hasta la altura de los hombros. Se había descuidado en su apariencia quizás por un largo tiempo, pero al pasar los dedos por su cabello, le gustaba sentir lo suave que era.

Así que había decidido optar por dejarlo de aquel largo, siempre pidiéndole ayuda a su madre cuando creciera de más. Y ella estaba más que feliz, le decía que se veía muy apuesto.

Pero volvió a fruncir el entrecejo, estaba irritado desde que Lucius había abandonado la mansión.

—No es necesario...

—Lo es Draco. No voy a dejar que ese tipo quiera hacer contigo lo que tenga planeado, ya hizo mucho daño —ella se concentraba en seguir cepillando su sedoso cabello sin dejar de apretar los labios—, ya no eres un niño para hacer berrinches.

El menor de los Malfoy solo había cruzado sus brazos sin decir mucho, al principio no quería tener a un total desconocido a su lado casi las 24 horas del día. Pero cuando su padre informó que la mansión estaría rodeada por lo menos con 15 aurores y su auror personal sería "Harry Potter", había provocado un gran disgusto en su persona.

» Conoce las debilidades de Voldemort. Es el indicado para protegerte.

Rodó los ojos no tan convencido. Parecía que Potter estaba destino a nunca triunfar, y Voldemort estaba más que destinado en resurgir para volver a fracasar. Aún así el tipo no paraba de intentar.

—No pongas esas caras, Draco. Cuando esto termine, volveremos a estar en paz y quizás...

—Mi vista no volverá —la acortó de inmediato tratando de ver por dónde escuchaba su voz—, mi padre fue capaz de dar todo el dinero para hacer que volviese a ver, pero ves que no hubo ningún remedio. ¿Crees que matando a el señor tenebroso, mi vista volverá?

Serendipia;  [ Harco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora