• 13; Si los sentimientos fluyen, todo es más fácil.

18.5K 2K 2K
                                    

La noche anterior había sido buena a pesar de la mala noticia del regreso de Voldemort, porque Harry se había encargado de darle una buena plática sobre muchas cosas que iban desde sus primeras misiones como auror: desde las más peligrosas hasta las más absurdas. Y claramente que Draco se había reído más de las absurdas, pues no perdería la oportunidad de poder ver a Potter tratando de arrestar a un marido infiel que había encontrado trabajando a su esposa en un table dance, lo que provocó una gran disputa entre ambos.

El rubio reía más de lo normal por cada anécdota y Harry se sentía demasiado abochornado porque para eso no se había convertido en auror. Durante los dos primeros años había pensando si había hecho lo correcto al dedicarse a eso en lugar del Quidditch.

En cambio Draco, había sido un poco más abierto en decirle que si hubiera tenido su vista después de la guerra, entonces le hubiese encantado estudiar para medimago. Pues las pociones eran la suyo, y aunque le costará admitirlo, pues quería ayudar a toda la gente después de todo el daño que había causado durante la segunda Guerra mágica al haber escogido el lado equivocado. Algo que fue muy noble para Harry al enterarse de eso.

Puedes ser medimago.

Malfoy se negó, aquellos sueños se habían ido junto con su visión. Estaba bien con los negocios de sus padres en algunas asociaciones que tenían con empresas importantes. No tenía mucho que hacer, igual era muy aburrido. Todo siempre había sido aburrido.

Después de aquella cena que duró horas por la plática que estaban teniendo (y en la que tampoco faltaron las respuestas sarcásticas por parte del rubio), ambos habían decidido ir a dormir para dejar que el siguiente día avanzada, rogando que las cosas estuvieran bien. Grata fue la sorpresa cuando Draco le pidió que durmiese con él o viceversa, saber que Voldemort había resurgido no le daba muy buena espina como para quedarse solo.

Y por eso ambos se encontraban ahora en aquella cama matrimonial en la habitación de Harry quién había despertado primero.

Eran las 6 de la mañana, la luz del sol (que todavía no salía) apenas y podía entrar por las oscuras cortinas verdes que tapaban la ventana. En otros días podía estirarse lo mucho que quisiera pero ahora apenas había abierto los ojos, su mirada se detuvo en el chico rubio que se encontraba durmiendo tranquilamente a su lado.

Contuvo la respiración porque había despertado algunas veces así a lado de Ginny y había creído que era la mujer más bonita que pudo haber conocido en toda la vida. Pero ahora no sabía si pensar que estaba equivocado, porque hasta ese entonces, nunca había despertado a lado de Draco Malfoy. Y es que por Merlín, la imagen que tenía enfrente suyo era digno de admirar en silencio. Si, recordaba que ya habían dormido una vez en la mansión Malfoy, pero no había puesto tanta atención en el rubio hasta aquella madrugada.

Lucía muy tranquilo, sus ojos grises se encontraban cerrados y así podía apreciar aquellas pestañas rubias que caían como cortinas, joder. ¿Como es que podía tener unas pestañas muy bonitas? Ni que decir de la piel perfecta que se cargaba y cualquiera envidiaría. Draco debía de recuperar su vista, tenía que ver al hombre apuesto en el que se había convertido con sus 23 años.

Harry decidió que era hora de levantarse, tomar una ducha o quizás no, que importaba. Tenía flojera de todo, menos de preparar un desayuno para el chico que yacía durmiendo con tranquilidad sobre su cama.

Salió decidido hacia la cocina para hacer algo, sin intervención de Kreacher fue que logró hacer un desayuno digno que consistía de unos hotcakes más un vaso de leche, acompañó estos con yogurth con un poco de fruta. El también había puesto su plato correspondiente porqué tenía todas las intenciones de desayunar con este en la cama. Algo loco pero si se derramaban algo, ya podría limpiar después.

Serendipia;  [ Harco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora