Estaba nervioso sin saber aún el motivo por el cual, el ministro Kingsley le había mandado a llamar desde temprana hora. Quizás ya tenía algunas ideas debido a que los rumores se esparcían con tanta facilidad, y estar en aquella oficina, provocaba que se sintiera más presionado pero con pánico a la vez.
Caminaba de forma rápida por aquellos pasillos después de haber estado en una misión de perseguir a algunos mortifagos que buscaban señales de Voldemort al cual querrían revivir, eso se estaba volviendo más complicado cada día. El muy maldito ya debería de estar muerto, la última vez se había encargado de matar todo aquello que le diera inmortalidad. Llegaría a sorprenderse que lograra seguir con vida teniendo una parte muy pequeña de su alma en él.
Por eso se había sentido desorientado cuando Kingsley le mandó a llamar. Tanto que Ron se alzó de hombros dejando que fuese solo.
Buenas tardes, señor Potter.
Buen día, señor Potter.
Buenas, señor Potter.
¿Qué tal, señor Potter?
Se limitaba a responder con asentimientos de cabeza cada que se cruzaba con alguien quién le dirigía la palabra, aunque ni los conociera.
Y eso era algo a lo que veces le desesperaba, que todos lo miraran como un Salvador, como un héroe. Todos aquellos que se habían acercado a su persona, siempre fue en busca de tener las cámaras sobre ellos. Aunque fue distinto con Ginny, ambos no habían logrado congeniar, la chica había encontrado el verdador amor con Neville y él estaba más que feliz por ella.
Decidió dejar de lado sus pensamientos al llegar a la oficina, sin tener que esperar para poder tocar. La puerta fue abierta y se sorprendió de ver al acompañante del ministro.
Lucius Malfoy se hallaba parado a un lado de Kingsley quién no paraba de sonreír a este por cortesía. Apenas ambos lo vieron y tuvo que entrar dejando que la puerta se cerrase detrás suyo. Pero no podía dejar de ver al señor Malfoy quién le miraba de arriba a abajo con cierto odio en su mirada.
Siempre tan elegante, de alta clase y sin bajar la mirada. Eso caracterizaba a un Malfoy.
—Harry, justo estábamos hablando sobre ti.
Kingsley rodeó aquel escritorio para tomar su asiento, y señalando los dos de enfrente para invitarlos a sentarse.
Obviamente lo hizo, pero Lucius no.
—¿Para que quería verme? —murmuró tratando de no verse tan tenso por la presencia de Lucius.
Ambos adultos se miraron entre sí, como si pudieran leerse los pensamientos. Notó que Lucius dejaba su bastón a un lado del escritorio.
—Vamos a ser directos, señor Potter. ¿Se acuerda de esto? —El mayor de los Malfoy subió la manga de su túnica para dejar al descubierto aquella marca tenebrosa en su antebrazo izquierdo.
Harry tragó saliva, bien que la recordaba. Y recordaba al causante de todo aquello.
—Si, señor.
—¿Y?
El tono de Lucius era tan demandante que tuvo ganas de gritarle que dejará de sentirse superior. Pero con el ministro presente, solo se mordió el labio.
—Harry, la marca apenas era visible y estaba quedando como una cicatriz, señal de que Voldemort estaba muriendo —el ministro se adelantó a hablar al ver que no iba a saber interpretar las palabras del rubio—, y ahora. Lucius ha acudido de inmediato a informar que la marca es muy clara.
Potter giró a ver a Lucius quién seguía enseñando su brazo, y fue consciente de que era verdad.
Pero no entendía, eso supondría que Lucius acudiría de inmediato con su señor al igual que su miserable hijo. No comprendía a que se debería eso, cambiar del bando de un día para otro. Eran tan fáciles de cambiar de opinión.
—Señor Potter, esa mirada es tan clara como el agua. Pero esta vez, no lo estoy haciendo por ustedes...
—Lucius —Kingsley sonrió un poco nervioso.
—No, si está vez estoy del lado correcto, lo hago por mi familia y más que nada por mi hijo. —Lucius había bajado la manga de la túnica y cogió su bastón, en ningún momento dejó de verle con fastidio—, y es por eso que estoy aquí, es por eso que acudí a ti, Kingsley.
—Lo se, Lucius. Sé que el joven Malfoy es clave de todo esto...
Harry volteó a ver al ministro con cara de pocos amigos. ¿Que tenían que ver los Malfoy con Voldemort? ¿Es que acaso eran culpables de que este estuviera resurgiendo de nueva cuenta?
Kingsley tomó un gran bocado de aire antes de verle, se veía nervioso.
—Harry, Voldemort está resurgiendo y querrá dañar a alguien. Este alguien es Draco.
—¿Quién?
—No puede ponerle las manos a nadie más que a él —ignoró por completo su pregunta para continuar—, porqué lo necesita para ser fuerte de nueva cuenta. Y sabemos que si está volviendo, entonces lo buscará. Y al encontrarlo, estaremos perdidos.
—Pero yo lo dejé a morir. El escapó siendo nada...
—Lo dejaste huir aún siendo algo —Lucius interrumpió jalando la silla que los separaba para acercarse—, señor Potter, usted conoce sus debilidades.
Harry se les quedó mirando con mucha confusión, estaban soltando tanda información sin explicaciones que lo único que podía hacer era abrir la boca sin decir nada y frunciendo el entrecejo varias veces.
Lucius al fin había tomado asiento, y por primera vez lo observó con una expresión de culpa.
¿Acaso de todas las personas que murieron por su propia mano?
—Harry, te enviaré a la mansión Malfoy con un grupo de Aurores para protegerlos y no quiero excusas. Y tu deber, es proteger con tu vida a Draco, así también, podrás estar cerca de Tu-sabes-quien para darle un fin definitivo.
Lo miró sin decir nada, observó a Lucius y volvió a ver al ministro.
—¿Por qué debo de proteger a Malfoy?
La pregunta fue realizada con un tono muy obvio de molestia, el no estaba para cuidar a niños mimados por sus padres. Malfoy nunca daba la cara ante nada, y ahora le pedían eso.
Sonrió con burla, pasándose su diestra por el cabello rebelde. Debían de estar bromeando.
—Voldemort logró seguir con vida por Draco —la voz de Lucius volvió a atraer su atención—, él le arrebató la vida de sus ojos.
—Y ese día logramos llegar a tiempo gracias a que Lucius había olvidado sus pertenencias en el ministerio. Un auror muerto, los Malfoy... Bueno, ya sabrás. Y ese monstruo tratando de robar la vida del chico.
—No logró arrebatarle toda la vida debido a la intervención, pero si está teniendo fuerzas. Sin duda va a querer terminar su trabajo —vio a Lucius sonreír con sarcasmo antes de negar—, y que mejor que tener la vida de un mago de sangre pura, donde todas sus generaciones se evitó mezclar la sangre.
—Que afán —culminó Kingsley sin borrar la expresión de terror.
Y lo miraron, esperando que dijera algo de lo cual no sabía que responder, jamás había sido comunicado de aquello.
Observó a Kingsley con cierto enojo, este había prometido decirle cuanta información tuviera sobre Voldemort. Ya habría otro momento de hablar sobre eso, y saber más.
—Lo haré entonces. Cuidare a Malfoy y buscaré la manera de matar a ese desgraciado... a Voldemort —se apresuró a aclarar ante la repentina mirada de susto del rubio.
Sería un trabajo difícil, de eso estaba seguro.
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Serendipia; [ Harco ]
FanfictionDespués de la guerra, la mayoría de la gente dejó de tener noticias a cerca de los Malfoy a quienes tenían en la mira por haber participado con el señor tenebroso. Años después, siendo ya aceptados, respetados, saben que Voldemort sigue con vida tra...