Habían pasado algunos días en los que ambos ya no peleaban hasta por respirar el mismo aire de donde estuvieran. Si estaba juntos, sin compañía de los padres de Draco, entonces no decían nada más que echarse una que otra hablada sobre malas experiencias que habían tenido en Hogwarts (y en todas esas experiencias, estaban incluidos los dos por esas peleas).
Harry por su parte, no cabía de la admiración que estaba sintiendo por el menor de los Malfoy ante su condición. Este podía estar ciego, pero no dejaba que lo tratarán como uno. Lo había estado observando todos esos días y realmente se daba cuenta que tan fuerte al igual que astuto, podía llegar a ser Draco. También no quitaba del renglón, que el matrimonio Malfoy era totalmente distinto a lo que alguna vez había creído durante su adolescencia. Eran dos caras de la misma moneda, y de la cual estaba siendo testigo, estaba seguro que nadie los veía de aquella manera.
Y no sabía porque, lo estaba viendo tan atractivo con el paso de los días. Eso era algo que lo estaba confundiendo hasta hacer que perdiera el sueño por todo. Justo como aquella noche.
Podía seguir pensando, perdiéndose en aquel par de ojos grises. Pero el sonido de la puerta abriéndose, lo alertó para sacar su varita y amenazar hacia aquella dirección en espera del intruso, quién era nada más y nada menos que el mismo Draco.
Este venía caminando con cuidado, apoyado de la pared y suspirando en voz baja. Sin decir nada que pudiera delatar que estaba despierto, se quedó apoyado de sus dos hombros sin perderlo de vista. Observando sus pasos torpes y como con ayuda de sus manos, se aseguraba que no hubiera nada enfrente que pudiera interrumpir su caminata. Así fue hasta que topó con el colchón.
Bajó sus manos para asegurarse que era la cama, y comenzó a caminar por la orilla. Su otra mano se extendió tomándole de las piernas, comenzando a subir.
Tuvo un ligero ataque de pánico al sentir el toque, aunque fuese sobre las sabanas.
—Potter, Potter —murmuró un poco bajo y llegando hasta su pecho para detenerse—, Potter despierta. ¿Estas despierto?
Echó un poco su cabeza hacia atrás, eran las 4 de la madrugada, las personas normalmente lo hacían a esa hora.
—No, Malfoy. Estoy dormido.
—Ah, entonces... No, espera. Eres un idiota, maldito cuatro ojos... ¿Sigues usando anteojos, no?
Asintió aunque de inmediato se sintió tonto, sabía que no iba a ver aquello.
—Si, ¿Vienes a despertarme para saber si sigo usando anteojos? —frunció el cejo nada contento.
—Ah claro, y para saber si sigues con vida.
Se sentó a la orilla de la cama, notó que se rascaba un poco el antebrazo izquierdo, y aunque se veía apenado, terminó subiendo con lentitud aquella tela de la pijama. Después extendió su brazo para mostrar la marca tenebrosa que se veía más clara que nunca.
Potter se acomodó en la cama, sin dudar había tomado su brazo para saber que era lo que trataba de enseñarle.
Pasó sus dedos con cuidado sobre aquella piel pálida, pudo ver algunas cicatrices sobre aquella marca pero también no la había visto tan cerca desde entonces. Tan reluciente, y de inmediato. Juró haberla visto moverse con lentitud por unos segundos tan rápidos, al mismo tiempo que Draco se quejaba por el ardor que provocaba.
Alzó la vista al entender lo que trataba de decirle, y vio la preocupación en su rostro.
—Se está haciendo fuerte, y está tratando de hacer su llamado. ¿Verdad?
—Si, arde por ratitos pero son cortos —alejó su brazo para volver a bajar la tela del pijama—, creí que decirte sería bueno. No podía dormir, y lo sentí.
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Serendipia; [ Harco ]
FanfictionDespués de la guerra, la mayoría de la gente dejó de tener noticias a cerca de los Malfoy a quienes tenían en la mira por haber participado con el señor tenebroso. Años después, siendo ya aceptados, respetados, saben que Voldemort sigue con vida tra...