• 14; Un poco de tranquilidad.

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—Es que no puedo comprenderlo muy bien a veces, incluso a noche no dormí casi nada por estar pensando si era preferible seguir teniendo a Malfoy como en Hogwarts pero ahora, caray, ahora me pone muy... —hizo una ligera pausa tratando de buscar la palabra indicada—, nervioso. No sé en qué momento comencé a sentirme tan atraído a él, quizás fue cuando comencé a conocerlo dé mas.

Siguió tratando de cortar aquellos trozos de zanahoria en lo que preparaba el desayuno de aquel día, había despertado temprano si así podría decirse.

Volvió a suspirar con frustración antes de dejar el cuchillo sobre la tabla de cortar.

—¿No has visto lo atractivo que es? Ese cabello largo, sus ojos y sus labios. Me pongo nervioso, pero también me pone nervioso que algo le pase y no sepa. Pero que más da, no puedo prohibirle nada porqué no soy su padre.

» Es como sí en él hubiera encontrado lo que tanto he querido en estos años, es todo lo opuesto que he recibido. Debí haberme imaginado que en sexto año comenzaba mi pequeña obsesión por él. ¿Tú qué opinas?

Giró hacia su derecha para ver a Kreacher que se encontraba haciendo limpieza sobre la estufa para que pudiera cocinar tan pronto. Pero el pobre Elfo doméstico solo lo miraba confundido con aquel par de ojos saltones con párpados caídos que parecía no saber que decir.

Debía de estar volviéndose loco si ya estaba hablando sobre la atracción que sentía por la persona que el mismo elfo alababa como un dios.

Aunque los ojos de este habían brillado demasiado, con mucha felicidad.

—Si al amo señor Potter, se siente así por el señor Malfoy, debería de traerlo a vivir aquí, señor.

Harry bufó en voz baja, debía de suponerlo. Kreacher iba a estar más que contento si eso sucedía.

Miró al elfo de manera nada delicada pues no supo si sentirse indignado o enojado porque ese elfo estuviese tratando de quitarle a Malfoy aunque ese no fuese suyo.

—¿Que está pasando aquí?

La voz de Draco lo obligó a sentirse tenso y darse vuelta lo más rápido que pudo para verlo parado debajo del marco de la puerta de la cocina.

Tragó saliva al ver la expresión divertida que este tenía plasmada en el rostro, ¿Había escuchado toda la conversación? Debía de sentirse un vil patético. Así que trató de sonar lo más normal posible al volver a darse vuelta para retomar su trabajo de estar cortando las zanahorias.

—Nada, estoy haciendo el desayuno.

Dirigió una mirada rápida a Kreacher en señal de que podía irse, el elfo se fue no sin antes despedirse educadamente del rubio.

—¿Así que hablando de mi? —Draco ingresó a la cocina tratando de encontrar algo que hacer—, al fin tienes un tema de conversación interesante. A ver, sigue hablando.

—No, llegaste tarde a la conversación.

—Que aguafiestas eres. Aún así escuche todo —Harry comenzó a cortar con torpeza aquella verdura—, ¿Así que te pongo nervioso?

No contesto, observó sobre su hombro al rubio quién ya se había acercado a la mesa para pasar sus dedos sobre esta. Tomaba una pequeña manzana pero la volvía a dejar en su lugar.

Una simple escena que se veía muy linda ante sus ojos.

Prefirió mantenerse callado para no seguir viéndose como un tonto que le gustaba exponer sus sentimientos a todo el mundo, así que prefirió seguir cortando aquella maldita zanahoria de otras 4 que le faltaban. Pudo haber terminado desde hace un rato pero de tanto hablar, no estaba haciendo nada.

Serendipia;  [ Harco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora