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-Oye Masha ¿te llevo la mochila?- me preguntó el Erick, por suerte ni el Charles ni el Edu se dieron cuenta, o ya estarían molestándonos.

-Ya bueno, igual no pesa casi nada-.

-¿Y que wea trajiste acá? ¿Piedras?-.

Me reí, no podía ser más exagerado este weón, se notaba que era amigo del Charles.

-Lo necesario para sobrevivir po', si no me dijeron a dónde íbamos-.

-¿De verdad le contaste al Charles que hablamos?-.

-Es que igual íbamos a terminar hablando de eso, y no me gusta ocultarle cosas, ¿te molestó?-.

-No tranqui, pensé que tú no le ibai a querer contar a los cabros-.

-¿Por? Si yo estoy acostumbrada a que me molesten-.

-Pero igual debe ser incómodo que te molesten con alguien que no te gusta-.

-Pero a ti tampoco te molesta- dije, formando un leve silencio incómodo que mi futuro pololi no tardó en matar.

-¿Y no dijo nada malo?-.

-Dijo que íbamos a tener un bebé arcoíris- sonreí al recordar el momento, pucha que es weón el Charles.

-Puro que él quiere tener una guagua con el Edu y no pueden-.

-Pensé que era la única que los shippeaba-.

-A donde, si medio chile quiere juntos al par de weoncitos-.

-Cuidadito que te estoy escuchando- reclamó el Charles.

-Oye apúrate mejor, que andai escuchando conversaciones ajenas, le voy a decir a la tía-.

-Oye igual ha crecido harto la Nati, pensar que la conocimos cuando era una cabra chica- dijo el Edu.

-Pero si sigue chica, lo único es que ahora se maquilla para verse más grande- Se burló el Charles.

-Ya si igual se ve linda- dijo el Erick, dejándonos sorprendidos.

-Cuidaito nomás, mira que le llegai a hacer algo y te sacamos la chucha-.

-Ya que se pasan rollos, gracias igual- le sonreí.

•••

El resto del día lo pasamos jugando fútbol en la cancha, desde chica que me gustaba jugar harto a la pelota con los cabros, y hacerlo ahora después de tantos años se sintió bacán.

Igual estaba media oxidada porque no recordaba cuándo fue la última vez que jugué, pero después de un rato me acostumbré y pude jugar como antes.

Después jugamos un partido y me tocó hacer equipo con el Erick.

Nos pasaban molestando, pero gracias al de arriba igual les terminamos metiendo la pelota en la raja con los medios goles que les hicimos.

Cuando ya era hora de irme se despidieron de mí y me fueron a dejar cerca de mi casa, tampoco queríamos que alguien nos descubriera.

Apenas llegué a mi casa me duché y me puse a revisar los mensajes, me había escrito mi ex weón.

Y mi ex mejora también.

Decidí leerlos, pero ni ahí con ser simpática con ellos, ni que se lo mereciesen.

Amor prohibido [Erick pulgar y tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora