20▪︎Puntualidad

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Republica Dominicana

-Hermanito ¿Estás seguro que estaremos a tiempo?- Dominicana miró a su amigo con preocupación, sosteniendo la carpeta llena de documentos con fuerza entre sus brazos. Su auto había estado en reparación por varias semanas, para su desgracia, así que no tenía modo seguro de transportarse hacia las reuniones de la ONU, por lo que había optado por pedir ayuda a uno de sus hermanos latinos.

La junta que llevaría a cabo en Ciudad de México ¿Que mejor que pedirle a México que la llevara? Claro que había olvidado el pequeño detalle de que el mexicano era impuntual como una mierda.

-Te preocupasdemasiado Rep, el lugar está como a media hora de camino y aún faltan cincuenta minutos para que comience, podremos llegar a tiempo- Republica Dominicana observo no muy convenida al mexicano quien simplemente se limitó a sonreírle antes de regresar su mirada al televisor frente a ellos.

Tal vez si se estaba preocupando demasiado.

Ignorando la inquietud que crecía en su estomago, Republica Dominicana se acomodó en el sofá y se concentró en la novela que su amigo estaba viendo, aún tenían veinte minutos para relajarse.

[...]

Ambos latinos rieron de manera divertida cuando el la mujer en la televisión comenzó a bailar por el misterioso viento mágico que la golpeaba, era una escena hilarante pero bastante divertida.

Dominicana estiró su brazo, tomando un poco de las golosinas que había dejado México para ella mientras veían aquella estúpida serie; había pasado bastante tiempo desde la última vez que se relajó con un amigo fuera de el Caribe. Con tranquilidad, dejó que su rostro cayera en el hombro del mexicano, cargando sus ojos para descansar un poco; el ruido de fondo que salía del aparato y las suaves risas que salían del pecho del mexicano eran demasiado arrulladoras para ella.

Estaba a punto de quedarse dormida de no ser por un grito alarmado que la hizo saltar de su lugar.

-¡Puta madre! ¡Ya es tarde!- Sus ojos se abrieron con sorpresa ante el comentario del mexicano, su mirada se fijó en el reloj de pared que colgaba en la habitación, faltaban solo quince minutos para que la reunión diera inicio.

-¡México voy a matarte!- Apresurados, ambos latinos se levantaron de su lugar y corrieron por todo el lugar, recogiendo los objetos necesarios para su trabajo antes de salir de la casa y correr hacia el auto del norteamericano, Dominicana estaba segura que México ni siquiera se aseguró de apagar el televisor antes de salir.

-¡Arranca maldita sea¡ ¡ONU va a matarnos!-

[...]

Las largas uñas de acrílico de Dominicana se clavaron con fuerza contra el asiento del auto, México giró violentamente en una esquina, como si estuviesen en una persecución policiaca, las ruedas de hule del pequeño auto chillaron con fuerza al hacer fricción contra el asfalto; era tarde, muy tarde, la reunión seguramente la reunión ya había comenzado y ellos a penas habían logrado estacionarse en el único lugar vacío que quedaba en el gran estacionamiento.

Republica Dominicana bajó con rapidez del auto en cuando este se detuvo, los documentos que había preparado se encontraban desordenados entre sus brazos mientras corría por los pasillos del lugar, haciendo sus tacones resonar contra el blanco azulejo, México la seguía de cerca con la respiración agitada, ambos murmuraban maldiciones conforme el tiempo pasaba.

La gran puerta de madera que daba hacia la sala de reuniones apareció frente a ellos, obligandolos a reducir el paso y evitar un escándalo.

La mirada de la dominicana se posó con furia en el mexicano, exigiendo que se hiciera responsable por su retraso y abriera la puerta para ella.

Mexico suspiró resignado, se acercó hasta la estructura de madera y la abrió suavemente, haciendo rechinar las desgastadas bisagras en el proceso; la chica ni siquiera se dignó a mirar, mucho menos a escuchar, no quería enfrentar la mirada acusadora de la organización ni sus sermones, así que esperó hasta que México le hizo una pequeña seña, indicando le que podían entrar.

Tragándose su orgullo y bañados en vergüenza, ambos latinos entraron a la sala, bajo la atenta mirada de los demás países en el lugar. Republica Dominicana tomó asiento junto a sus hermanos caribeños, dejando que sus documentos aceleran en el escritorio frente a ella antes de mirar con odio al responsable de su tardanza.

Jamás volvería a pedirle a México que la llevara a ningún lugar, no podría soportar letal.verguenza de nuevo; llegaría a tiempo a su destino a partir de ese instante aún si tuviera que atravesar toda una ciudad corriendo en tacones.

~•~•~•
Hay más de una forma de enseñar algo.

Nadie es perfecto y México no es la excepción ;)

Lamento si tarde demasiado, la escuela está matando me de nuevo y se me seca el cerebro XD
Pero no se me olvida que esta cosa existe, lo juro!

¡Los loveo darlings!

Lessons ||One-Shots|| [México]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora