Lee esta carta cuando te sientas sola.

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"Jude, ¿Recuerdas aquella vez que me llamaste preocupada a las once de la noche de un sábado? Tenias fiebre, y dolor de cabeza, no te sentías para nada bien, tenias una gripe muy fuerte.
¿Por qué recuerdo eso? Esa semana significó mucho para mi, estuve prácticamente instalado en tu departamento, y confirmé que quería vivir contigo, que no podía pasar más días lejos de ti.
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— ¿Brad? — dije con la voz un poco ronca — perdón por la hora, debes estar descansando.
— Descuida Jude, estaba viendo televisión — dijo divertido — una serie, nada importante ¿Qué sucede?
— Mis padres no me atienden — tosí— y creo que tengo fiebre, no lo sé, quiero tomar algún medicamento pero no encuentro nada por la casa, ¿Podrás... — me interrumpió.
— Desde luego, espérame que llego en unos minutos — asentí y agradecí para luego cortar el teléfono.

Aunque me sentía horrible fui igual a arreglarme un poco el pelo, estaba recién duchada pero tenía mi cabello hecho un desastre, tenía ojeras y la nariz roja ¿Por qué no pensé esto antes? Nunca me ve tan horrible, espero que deje las tabletas y se vaya, espero que no me preste atención. El timbre sonó.

Acomodé un poco mi ropa, pero no había caso, este pijama no tenia arreglo.

— Buenas noches — besó mi mejilla, de forma dulce como siempre lo hace.
— Hola — sonrojada, miré al suelo y me corrí de la puerta para que pasara. Tenia esa remera rayada que siempre le gustaba usar, y una mochila en su espalda bastante cargada ¿Una mochila?
— No voy a mentirte, te ves terrible — dijo riéndose, yo actué ofendida.
— Qué simpático eres, te invitaré más seguido — dije irónica y él fue a abrazarme, respondí a su agarre y aprovechó para besar mi frente.
— Tienes fiebre Jude, tu frente está ardiendo. Ve a acostarte, yo te llevaré el medicamento.
— Debería de cenar antes, deja que prepare algo, no quiero que pierdas tiempo aquí, no quiero molestarte — dije caminando rápido a la cocina. Tomó mi brazo impidiendo que siguiera.
— Ve a acostarte, yo me encargo de todo, inclusive la cena.
— Pero ¿Estás seguro?
— Cien por ciento — sonrió — ve — señaló con su mirada la entrada de mi habitación, y se dirigió a la cocina.
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" Intenté cocinarte, la verdad que no lo hice para nada bien, pero comiste como si estuviese delicioso, y eso me dió mucha ternura... "
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Bueno, hice lo que pude — entró con una bandeja a mi habitación — pero aquí tienes un plato de pasta con salsa — sonreí incorporándome y dejó la comida frente a mi, se veía bien.
— Gracias, déjame abrirte la puerta, no quiero que esperes aquí, se hará más de noche y... — me interrumpió.
— Jude... no te voy a dejar sola — se sentó a mi lado — me quedaré esta noche — No sabía que decir, lo miré a los ojos, estos estaban detrás de sus lentes de lectura, que amaba como le quedaban. Acomodó mi cabello detrás de la oreja y me sonrió.
— ¿Por eso traes mochila? — pregunté. Él asintió.
— Necesitas compañía y que sea tu novio quién esté aquí me parece la mejor opción — guiñó su ojo y rió.

Tomé un poco de pasta, y estaba cruda, Bradley vio mi expresión y comenzó a reir.

— ¿Están tan mal? — dijo divertido y yo negué, dando otro bocado.

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" Comenzamos a hacer otro tipo de cosas juntos, y eso no lo había hecho con nadie, sentía otro tipo de confianza, quería quedarme contigo siempre."
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Bien, el médico dijo que con una de estas cada doce horas me sentiré mejor en unos días, pero que la gripe es fuerte  — suspiré recostándome en la cama — mañana no iré a trabajar.
— Yo puedo quedarme un día más — sonrió.
— ¿Estás seguro Brad?
— Más que nunca, aunque debo negociar esto de dormir en el sillón — dijo eso y me sonrojé.
— Te contagiarás— dije divertida mientras se acostaba a mi lado.
— Es un riesgo que estoy dispuesto a correr — tomó el control del televisor de mi cuarto.
— ¿Qué verás? — dije escondiendo mi cabeza entre las sábanas.
— Westworld — sonrió — puedes verla conmigo si quieres, recién la empiezo.
— Claro — me acerqué más a él, dejando mi cabeza en su pecho, inundándome con su perfume. Sus brazos me rodeaban y sus manos me acariciaban, por suerte no tenia más fiebre y el antibiótico hacia efecto de a poco, por lo que podía respirar mejor. Mis ojos comenzaron a pesar.
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"Te habías dormido en mis brazos,  y acaricié tu mejilla suavemente, ahí me quedó claro que quería despertarme todos los días contigo, que tuviésemos nuestra habitación, nuestra cocina, nuestro living, era un paso enorme, pero los planetas se alineaban a nuestro favor..."
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Me levanté de la cama, ya me sentía mucho mejor, seguramente podría trabajar mañana sin ningún tipo de problema. Al lado mío se veía Bradley completamente dormido, aún no puedo creer que haya estado en mi departamento tres días seguidos, he dormido en su casa muchas veces pero nunca habíamos pasado un fin de semana completamente solos sin salir a comer o algo así. Hoy seguro volvería a su casa, y estaré triste al respecto porque me gustaba dormir con él. Podría hacerlo todos los días.

Me acerqué a la puerta de entrada y tomé el correo. Entre todos los impuestos encontré una carta del dueño de mi departamento.

— Maldición — regañé entre dientes. Sostuve la carta un tiempo más hasta que la arrugué en mi mano. No podía estar pasándome esto. La renta se duplicará para dentro de tres meses y eso, más los impuestos, no podré pagarlo. Sabía que el aumento llegaría, pero no imaginé que se iría a tanto.

Me acerqué a Brad que comenzaba a rascar su cara despacio, siempre lo hace cuando está a punto de despertar, me senté a su lado y lo observé.
— Buenos días — sonreí.
— Buenos días — respondió — te ves mucho mejor.
— Me siento así, los antibióticos hicieron efecto rápido, mañana iré a trabajar.
— Perfecto – se estiró en la cama, se desperezó y me miró extrañado.
— ¿Qué tienes ahi? — señaló mi puño.
— Uhm — dije algo dubitativa — me llegó una carta del dueño de aquí, problemas financieros, nada grave que no tenga solución.
— Déjame ver — le extendí el papel, sus ojos se abrieron como platos — ¿Ésto es en serio? Es decir, nadie en su sano juicio pagaría esto de renta.
— Ahi está el problema — sonreí — descuida, buscaré otra cosa, se solucionará ¿Desayunamos? – cambié de tema rápidamente, él tomo mi mano y me acercó hasta él negándo con su cabeza sonriendo, seguí su juego y me acosté nuevamente a su lado, pero está vez sin miedo de contagiarlo, lo besé.

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" Y con el riesgo de estar yendo muy rápido, decidí hacerlo. Lo necesitaba.
Y fue una de las mejores cosas que pude haber hecho. Pedirte que vivieras conmigo..."
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— Podría despertar así todos los días — susurró, cerca de mis labios, robando un beso de ellos.
— Sería grandioso — oculté mis mejillas rojas entre las sábanas.
— Entonces hagámoslo — me miró fijo a los ojos.
—¿De qué hablas? — pregunté anonadada, no podía creer lo que sucedía.
— Qué vivamos juntos, que podamos despertar todos los días así — entrelazó su mano con la mía — ¿Quieres?
— Si — dije sin dudarlo — claro que sí.

Lo besé nuevamente entre risas. Estábamos comenzando a tener un futuro juntos.

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Helloouuuu

Gracias por sus comentarios!! Son muy lindos!♥

Léeme - Bradley Simpson (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora