Léeme - Bradley Simpson (terminada)

Lee esta carta cuando estés enojada.

"Los días sin ti seguro se están haciendo pesados Jude. Cuando estoy lejos son dias duros y cansadores. No sé si te sientes igual sin mi.

Hoy es un día peculiar. Mientras te escribo esto tu te encuentras encerrada en nuestra habitación porque estás enojada conmigo. Estoy esperando a que la abras para poder hablar. En estos casi tres años no tuvimos una pelea tan fuerte como esta. Estas tensa, yo también y eso hace que digamos idioteces. Sabes que te amo con lo más profundo de mi corazón, y que cada parte de ti es mi inspiración. Disculpa que me ponga así, es que en este momento de verdad no quieres hablarme. Voy a dejar esta carta aqui para que si esto vuelve a pasar, sepas que jamás sentí por alguien lo que siento por ti. De todas formas, si vuelvo a comportarme como un tarado házmelo notar.
Te amo Jude, por siempre y para siempre.

Bradley xx

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— Llegué honey— sentí la puerta cerrarse, detrás de mi. Sequé mis ojos con las manos y me giré para verlo llegar.
— Hola — suspiré.
— Hey no, ¿Qué tienes? — se acercó más por verme llorar, y di un paso para atrás.
— No quiero enojarme contigo, en serio, es qué – tomé aire — no sé por qué maldita sea, me puse a leer, y habia muchos comentarios, que no puedo repetirte, que eran sobre mi, inclusive vi una foto mía saliendo del mercado, me siento extraña por esto.
— Descuida Jude, lo solucionaremos.
— No es eso, es qué ¿Qué tengo para ofrecer? Todas a tu alrededor son modelos, cantantes, actrices, aquí tienes a una empleada de una empresa, donde todavía estoy luchando por ese maldito ascenso, y tampoco aumentan mi paga. Soy, común.
— ¿Qué estás diciendo? ¿Qué desconfias de mi?
— No, es sólo qué ¿Cómo estoy segura?
— Desconfias de mi Jude, lo estás diciendo a la perfección — jamás habíamos discutido y esto se estaba poniendo raro para mi.
— No ¿Puedes acaso escucharme? — levanté la voz.
— Si, explicate — se cruzó de brazos.
— Me siento inferior, que no sirvo, que mi vida es complicada frente a la vida perfecta que tu llevas.
— ¿Vida perfecta? Mi vida no es perfecta Jude, hay veces que no puedo hacer nada tranquilo ¿Qué no recuerdas nuestras primeras veinte citas? No pude ni llevarte a un estúpido restaurante.
— Si no hubiese sido una mecera seguramente si hubieses podido llevarme ¿No?
— Si — dijo de forma fría – Hubiese sido muy distinto ¿Eso querías oir?
– Disculpame por no ser como tú Bradley — me fuí de allí, limpiando otra vez mi rostro y me encerré en el cuarto a llorar.

Bradley golpeaba la habitación, nunca habíamos discutido tanto, supongo que la convivencia hace esto.

— Ábreme Jude, por favor, hablemos de esto ¿Si? — oía repetir una y otra y otra vez desde mi cama.

Supongo que no había sido muy cuerda yo tampoco, mis inseguridades habian creado en mi cabeza una película tan extraña. Con mi cabeza en frío todo se va aclarando. Bradley es tan atento conmigo que a veces pienso que de verdad no me lo merezco, siempre cuido de mi y de que no se hablaran pavadas mias en los medios de comunicación, o en los programas de chimentos. Pasó una hora, tomé aire y dejando atras mi orgullo, el cuál siempre toma protagonismo en mi vida, me acerqué a la puerta, y luego del último pedido de mi novio, el cuál insistió una vez más, saqué el seguro de la puerta.

Tenia un poco los ojos brillosos, y su nariz estaba roja, también habia llorado, en el momento que lo vi en el marco de la puerta se hizo un silencio, me corrí a un costado, dejándolo entrar a nuestra habitación. Tomé su mano y la llevé a mi cintura, corri los rizos de su cara y juntamos nuestras frentes.
— Lamento ser un idiota — di una pequeña risa y negué con la cabeza.
— Lamento haber actuado así, es que, sentí celos, inseguridades, no es bueno googlear tu nombre ¿Sabes? — rió conmigo — sólo me sentí mal, eso es todo, perdón — se alejó uno milímetros de mi para poder mirarme a los ojos, en eso tomo mis labios para sellarlos en un beso suave, como él suele darlos.
— Eres increíble, así, todo — tomó mi barbilla — si no te expuse a los medios es porque no quiero que te molesten, no quiero que situaciones como ir a la tienda sean un calvario para ti — asentí – pero si no quieres que sea así amor, lo solucionaremos, haremos lo que tu quieras ¿De acuerdo? – volví a asentir, esta vez apoyándo mi cabeza en su pecho mientras me rodeaba con sus brazos — Jude ¿Por qué luego de casi tres años juntos te pusiste a googlear mi nombre ahora? — sonreí, avergonzada.
— Ya lo había hecho, sólo qué hoy estaba mas insegura conmigo misma de lo normal, y aparecieron más cosas — dije apenada y el rió.
— Te amo — su manos bajaron por mi espalda baja, hasta llegar más abajo mientras besaba mi cuello.
— Creo que es hora de cenar – bufó.
— Podemos esperar — me aferró más, y yo seguí abrazándolo, esta vez con mis manos debajo de su sudadera.

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