—No creo que Hyeon sea tan malo ¿Verdad?— Habló Rina, una de las amigas de Suyeon y esta, negó completamente.—Es estúpido enamorarse de alguien con su fama.— Sonrió a medias mientras encontraba el dinero de su merienda.— Ri, voy a la cafetería ¿Quieres algo?— Su amiga negó.
—Estoy a dieta.— Sonrió orgullosa, haciendo que su amiga rodara los ojos y saliera de aquel salón.
Suyeon caminó por los pasillos de su escuela y miró por una de las ventanas, estaban cayendo pequeñas gotas de lluvia. Sin pensarlo dos veces la abrió y sacó su mano, sintiendo las pequeñas gotas caer en esta.
Sonrió mientras movía su mano y jugueteaba con las gotas de agua que caían.
—Disculpa...— Escuchó una voz detrás suyo e inmediatamente carraspeó dejando de jugar para girarse.—¿Podrías...Uh...?— tragó saliva.— ¿Podrías indicarme dónde queda la cafetería?— Suyeon asintió sin mucho interés.
—Claro, sígueme.— Hizo una señal para que la siguiera y aquel chico obedeció.
A pesar de la compañía Suyeon continuó jugando, esta vez trató de no pisar aquellas líneas que poseía el piso de su escuela.
Pero como la mayoría de las veces, Suyeon tropezó más no llegó a caer por una mano que la sostuvo del brazo.
—¿Estás bien?— Preguntó el chico y de lo más colorada, Suyeon asintió.
—Gra-gracias.— ¿Por qué tartamudeaba? ¿Por qué estaba sonrojada?
Se recompuso y en silencio llegaron a la cafetería. Suyeon Se alejó del chico algo apenada por lo que había sucedido y se integró a la fila de la cafetería para conseguir su merienda.
La fila avanzaba lentamente y Suyeon estaba frustrada por aquello. La cafetería estaba repleta y todos hablaban con sus amigos, excepto un chico.
Volvieron a conectar miradas y él le regaló una pequeña sonrisa y un saludo. Suyeon sonrió a medias en su dirección, devolviéndole el saludo.
Aquel chico comenzó a hacer muecas graciosas, sacándole una pequeña risa a Suyeon mientras su turno había llegado. Pidió su bebida favorita y salió de la fila, rumbo a su clase no sin antes, despedirse de aquel chico, levantando su batido en modo de brindis antes de darle un sorbo.
Extrañamente aquel batido de fresa sabía mejor que nunca.