—El mismo.— Alegó el chico con una sonrisa.
Suyeon estaba más que confundida.
¿Él no estaba en Yongin? ¿Qué hacía allí?
—Yah, quita esa cara y ven a recibir a tu mejor amigo como se debe.— Y con esas palabras, salió del trance. Bufó dirigiéndole una mala mirada mientras dejaba su mochila en el sofá de su sala.
—Sí, claro. Un excelente mejor amigo que se olvida de ti por años y solo te habla cada luna llena.— Se encaminó hacia la cocina sacando unas galletas de la alacena.— Y solo para pedirte que le des like a sus fotos.
Algo ofendida se cruzó de brazos apoyada en la isla de su cocina. Changbin sonrió inocente.
—Pero ya estoy aquí para pasar todas las vacaciones pegado como una garrapata a mi queridísima e inigualable y por supuesto no voy a mentir; excelente mejor amiga.— Suyeon no evitó mirarlo extrañada mientras daba el primer mordisco a su galleta y Changbin abría sus brazos en par.— Vamos ¿No le vas a dar un abrazo a tu chico favorito?
—No eres mi chico favorito.— Espetó.
Changbin levantó una ceja de manera traviesa y sin pensarlo soltó:— Oh, créeme que me di cuenta. Las cortinas estaban abiertas.
Changbin tuvo que morder su labio para evitar soltar la risotada que estaba reteniendo al ver la expresión de su amiga cambiar y la siguió a paso seguro cuando Suyeon fue a corroborar lo de las cortinas.
—¿Qué tanto viste?— Se atrevió a preguntar.
—Lo suficiente para burlarme de ti.— Y por fin se permitió reír tan relajado. Suyeon lo fulminó.
—¡Además de mal amigo eres un chismoso!— Se acercó a golpear a changbin quien sólo reía más, intentando esquivar los golpes que veía que venían con excesiva fuerza.— ¡Ni siquiera avisaste que venías! ¡Eres un pésimo amigo!
—Yah, yah ¿Cómo que no avisé? ¡Le dije a mamá que le dijera a la tuya la semana pasada!
Y entonces recordó la conversación vaga que tuvo una vez con su madre, en donde efectivamente le mencionaba que el susodicho pasaría las vacaciones en su casa como en los primeros años luego de haberse mudado.
—Oh...
—¡Oh, nada! ¡Mala amiga! ¡Te olvidaste por completo de mí!— Le recriminó como un niño.— ¡Seguro es por andar pensando en tu noviecito ese!
—¡Yah!— Apenada le gritó.
—Vaya, están muy energéticos ¿No lo creen, niños?— La madre de Suyeon bajaba por las escaleras observando con una sonrisa a ambos. Suyeon quiso morir ¿Y si escuchó lo que dijo Changbin?— ¿Te gustó la sorpresa, Yeonie?
Suyeon sonrió tratando de que no se notara que estaba en plena crisis y asintió.
Tomó a Changbin del brazo y simplemente dijo:— Má, me lo voy a llevar un rato para ponernos al día ¿Te parece?
—Claro, de seguro tienen mucho de que hablar.— Permitió la mujer y su hija no esperó más para arrastrar al susodicho escaleras arriba.
Changbin no pudo estar más feliz, volverían los viejos tiempos.
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