«Respira, Suyeon, respira...no es como si le fueras a contar algo grave...¿O si?»
La campana sonó, indicando que las clases por fin habían terminado.
Suyeon con rapidez guardó sus cosas y colgó su mochila en su hombro, deteniendo a Seungmin antes de que saliese.
Se sintió pequeña ante la mirada escudriñante del castaño y con pena, alejó su mano de su brazo arrepentida del movimiento que había hecho para frenar su salida.
La parte número uno de su plan estaba hecha, faltaba llegar a la número dos y...taaaaal vez, a la tres.
—¿Necesitas algo?— Suyeon reparó en que todavía no había dicho nada y nerviosa tragando todo su miedo, asintió.
-¿Podemos...hablar?- Suspiró en cuanto Seungmin asintió.
Y es que él no lo iba a negar, sentía mucha curiosidad de saber qué quería decirle después de tanto.
Ajustó su mochila en su hombro viendo a la más bajita jugar con sus dedos sin siquiera reparar la mirada en él.
Estaba nerviosa.
Lo sabía y también sabía que ella era consciente.
—Entonces...—llamó su atención.— ¿Me lo dirás por telepatía o...?
Y supo que había logrado bajar los nervios de la contraria cuando esta lo miró ofendida.
—Hey, no es fácil.— Y no, no lo era. Suyeon suspiró y tomó la muñeca del más alto tras recuperar una pizca de valentía.— Vayamos a otra parte y...
Y como siempre, algo los interrumpía.
Frustrada sacó el teléfono de su bolsillo descolgándolo y llevándolo a su oreja de inmediato.
—¿Hola?— Contestó sin apartar su tacto y mirada del castaño. Hoy no escaparía y esperaba que ella tampoco.
—¿Ya saliste, cariño?— Era su madre. Vagamente respondió un 'hmm'— Qué bueno ¿Ya vienes a casa? Necesito que vengas temprano.
Oh.
Suspiró y asintió, como si la mujer pudiese verla. Seungmin ocultó su sonrisa.
—Apenas estoy saliendo pero llegaré temprano, no te preocupes.— Avisó.
—Bien, aquí te espero, te tengo una gran sorpresa.— La alegría en el tono de su madre era tan notoria que se le contagió.
—De acuerdo, te quiero má.— tras recibir una respuesta similar colgó la llamada y guardo de nuevo su teléfono.
Miró a Seungmin intentando solucionar su problema.
—Parece que no podremos hablar...— Apenado dijo.
Suyeon bufó, tomando la última y más improvisada idea que vino a su mente.
—Ni lo sueñes.— ajustó su agarre a la muñeca y graciosamente acomodó su mochila con su hombro.— Cambio de planes, me acompañarás de camino a casa como siempre.
Seungmin no tuvo tiempo de decir nada cuando ya era arrastrado a la salida.
Y no es como si se fuese a negar, ambos se debían esa charla.
💛
