Luego de reunirse con el par, habían llegado a una heladería y se habían sentado a hablar de cualquier cosa que viniese sus cabezas.
Suyeon había logrado distraerse. Lo que su amiga había dicho era algo cierto, desde que los habían repartido a todos casi no se veían; incluyendo el hecho de que Suyeon huía siempre al terminar las clases.
Eso era un hecho, Suyeon siempre huía.
—Dios, me hacía falta esto.— Señaló Sue, sonriendo al trío.— Me hacían falta ustedes.
Rina soltó un 'aww' mientras abrazaba a la castaña que tenía a un lado.
—También extrañé pasar junto a ustedes.— Soltó sorpresivamente Suyeon.— Yo...tengo algo que contarles.
Taeyeon y Rina fueron tan expresivas al mostrar su sorpresa y la castaña, tan solo mostró un atisbo de esta, recordando que ella también tenía algo.
—Ah, cierto...yo también.— Sonrió apenada bajando un poco su mirada.— ¿Quién empieza?
Las cuatro se miraron a esperas de que alguna tomara la iniciativa. Era como un pequeño ritual eso de contar cómo iban y cómo se sentían cada que duraban sin verse por largos tiempos.
—Bien, yo empiezo.— Suspiró Sue.— Terminé con Hyeon.
—¿Qué?— Como si estuviesen sincronizadas respondió el trío.
—P-pero ¿Cómo?— Se descompuso Taeyeon, mirando directamente a Sue.— Se les veía bien ¿Por qué de repente?
—¿Cuándo pasó?— Preguntó Rina.
Sue soltó un suspiro y revolvió su batido para tomar un poco de este.
—Justo hoy.— Sonrió desganada.— Me terminó por mensaje.
Suyeon arrugó su rostro. Ciertamente sabía la fama que tenía el ahora ex novio de su amiga, decían que nunca iba por algo serio y siempre terminaba la relación de una u otra forma.
—Qué maldito.
—¿Estás bien?— Se atrevió a preguntar Suyeon. Sorpresivamente recibió un asentamiento por parte de su amiga.
—Me duele un poco, pero no es como que me vaya a morir. Nadie se ha muerto por amor ¿Verdad?— Intentó bromear.— Yo me involucré con él sabiendo cómo era, pero no me arrepiento.— Se encogió de hombros dándole otra probada a su batido.
Rina no podía dejar de observar a su mejor amiga con algo de gracia, pues sin siquiera darse cuenta se había inclinado un poco hacia ellas con los ojos ligeramente más abiertos de la cuenta.
—¿No te arrepientas?— Preguntó con notoria curiosidad. Su amiga negó.— ¿Por qué?— Ladeó su cabeza pareciendo una pequeña niña que intentaba saber la verdad sobre el mundo.
—No terminamos de la mejor manera, pero me dejó muchas cosas buenas.— La castaña suspiró.— Gracias a él me inscribí en un curso de cocina en donde me va bien y he conocido a mucha gente agradable ¿Ustedes me hubieran imaginado en un curso de cocina? ¡Yo no! ¡Y me sale bien!
—¿O sea que no fue un desperdicio?— Suyeon frunció el entrecejo intentando entender la situación. Su amiga soltó un 'hmm' como afirmación.
— Claro que no Su, peleábamos a veces y me hacía sentir mal pero también me hacía sentir feliz y me generaba una gran euforia. Es parte de la vida ¿No?— Soltó divertida intentando dejar pasar el repentino interés de su amiga.
Pero Rina no.
—¿Estás más preguntona de lo normal o es mi idea?— La mirada de Suyeon viajó a su mejor amiga, quien le sonreía con curiosidad.
—¡Es cierto!— Le dió la razón Taeyeon.— siempre que hablamos de estos temas te aburres. Es raro que preguntes.
Las tres miraron inquisidoramente a la pelinegra que intentaba refugiarse en los muebles del lugar, evitando las miradas de sus amigas.
— Suelta la sopa.— Suyeon se espantó cuando su amiga estampó ambas manos en la mesa y la miró directamente.— ¿Qué nos has estado ocultando, Su?
—¿Ocultar? N-no, nada.— Se sintió atacada.— Yo diría más bien...actualizar.
—Déjame adivinar...— Intervino su mejor amiga con una sonrisa de pura burla.— ¿Tiene que ver con tu amiguito?
—¿Amiguito? ¿Qué amiguito?— preguntó la única castaña.
—¿El de antes?— Preguntó Taeyeon a la pelinegra y esta no supo qué responder.— ¿Ese no era Kim Seungmin?
—¡Me estás jodiendo! ¿Qué tiene que ver aquí el bombón de Kim Seungmin?— Sue, exclamó escandalizada mirando a su amiga, quien no hacía nada más que retorcerse de la vergüenza.
—¡No le digas así o no podré verlo a la cara de nuevo!— Exclamó de igual manera con las mejillas sonrojadas.— De él es qu-quien quería hablar.— Con toda la valentía del mundo encaró.
Si no lo decía en voz alta o a alguien más, se arrepentiría o incluso pensaría que nunca pasó.
Era necesario ¿No?
—Rina pide las galletas, vamos a tardar aquí un buen rato.— La mencionada asintió, llamando a la mesera.— Suyeon tiene mucho que contarnos.
Y es justo ahí en donde Suyeon sintió el verdadero pánico. De repente la valentía se le había ido y la pena se había adueñado a ella, lastimosamente ya había ido muy lejos.
Estaba a punto de confesar por primera vez en voz alta que el castaño le gustaba.