El día estaba asquerosamente soleado y caluroso para el gusto de Suyeon, quien con un suspiro cansado se resignó a pasar los veinte minutos que tomaba el camino a su casa a lloriquear y quejarse.Pasó las rejillas y puerta de la escuela, siendo recibida por el brillo del sol directo y fastidioso en la cara.
"Tal vez si camino rápido no sufra mucho" pensó antes de echar a caminar mientras hacía maniobras para sacar sus audífonos y teléfono para el camino.
—¿Te ayudo?— Escuchó una voz a su lado y al levantar el rostro se encontró con la sonrisa amable del chico.
Suyeon asintió, pasándole el bolso mientras desenredaba sus audífonos.
—¿Hacia dónde vas?— Preguntó él y Suyeon se cuestionó si decirle o no, pero al final optó por contarle, recibiendo una sonrisa más reluciente.— Yo también voy por ahí... De hecho vivo a casi veinticinco minutos de aquí.— Suyeon asintió sin saber qué más hacer o decir y en cuanto a él, una brillante idea se le ocurrió.— ¿Te molesta si te acompaño? Quiero decir...Uh...para devolverte el favor de aquella vez.
—Está bien.— Suyeon no quería tomar el fastidioso camino sola y sí el chico la acompañaba, tal vez podría conocer un poco más de él y alimentar esa pequeña curiosidad que comenzaba a crecer en ella respecto al chico.
— Bien, vamos.— Suyeon quiso arrebatarle su bolso pero Seungmin se corrió de lugar, negándose.— Deja que lo lleve por ti, es parte del favor.— Sonrió y Suyeon detalló lo brillante que eran sus ojos y sin darle tiempo de reaccionar, con algo más de confíanza Seungmin entrelazó sus brazos.
Aquella vez Suyeon agradeció al fastidioso sol por estar en su punto y a su pésima condición física, pues sirvieron para excusar sus sonrojadas mejillas.
Seungmin en ningún momento del camino deshizo la unión de sus brazos y su cercanía.