Acto 4: subject

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Pasaron los meses y no había ninguna explicación para tales malestares, inko gasto una fortuna contratando a múltiples doctores que supieran decirle que tenía su hijo, uno tras otro, siempre era lo mismo; "-No, lo siento no lo sé

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Pasaron los meses y no había ninguna explicación para tales malestares, inko gasto una fortuna contratando a múltiples doctores que supieran decirle que tenía su hijo, uno tras otro, siempre era lo mismo;
"-No, lo siento no lo sé.-" "-desconozco completamente esto, lo siento pero, ¿me pagará?-"

contactó desde los más reconocidos doctores hasta los más escondidos. Ninguno de ellos sabía que sucedía con su hijo.

Su esperanzas se posaban en el, el último doctor de la ciudad, tenía excelentes reseñas y ni hablar de la fortuna que le solicitó por una simple consulta.

-no logré descifrar nada acerca de su enfermedad, lo más seguro es que le queden pocos días- las palabras de aquel doctor fueron como bombas para el dañado corazón de la mujer -usted. Debe estar bromeando. ¡devuélvame mi dinero entonces!- alegó

-la consulta ya fue hecha. lo siento pero me tendrá que pagar-

Sus reclamos dolidos cesaron cuando un nuevo individuo acató su atención -buenos días,- saludó-¿es usted la señora inko?-

La diminuta señora miró con enojo al sujeto
-¿que necesita?- cuestionó

-me entere que aquí hay un chico llamado Midorya, es usted la señora a cargo?- el simpático hombre vestía un smoquin amarillo con rayas marrones, zapatos color nuez y un pequeño pero elegante maletín, -una apariencia en sí bastante cómica- pensó.

Múltiples dudas inundaron la cabeza de la femenina, -Debe ser mi hijo quien busca-

-me gustaría hacer una pequeña consulta, visita por así decirlo.. ¿podría?-

La mujer afirmo con la cabeza mientras señalaba con su índice -en esa dirección. Espero que no se encuentre dormido, si es así podría despertarlo, no se preocupe-

-perfecto, gracias.-

No sabia quien era, sin embargo, lo dejo pasar..

-acaba de dejar pasar a un completo extraño, ¿Por qué?- comento de la nada una mujer de cabellera rubia que iba de paso -presiento algo.. es como un segundo instinto.- carcajeó, era la primera vez que lo hace genuinamente. desde, eso.

-si usted lo dice, no la juzgaré- continuó
-espero no le moleste que pregunte ¿quien esta tras esta puerta?- inko dudó en si decirle o no, la verdad tenía un semblante agradable.

-he visto a demasiadas personas entrar a esa habitación, siento cierta curiosidad...- las palabras transparentes de aquella mujer ciertamente fueron inesperadas, pero no pudo evitar dejar escapar algunas otras risillas.

-Es mi pequeño, lleva semanas ahí..- Respondió.

-Oh, lo siento mucho. No debía preguntar- la mujer se daba golpecillos en la cabeza en forma de regaño -¿me permites invitarte un refresco o algo?, de verdad fue muy insensible.

-No creo que sea necesario, está bien.

-No bromees, yo tengo un hijo también, estaría furiosa si una completa extraña se mete en mi vida privada y en la de mi hijo

-Mitsuki Bakugo ¿correcto? Encantada, soy Inko Midoriya.- exclamo mientras tomaba su mano -¡Listo! Ahora nos conocemos-

La mujer rubia la miró confusa. Acto seguido la de cabellos verdes respondió señalando con el dedo el pequeño gafet que colgaba de su cuello -¡oh!, olvide que estaba ahí - río.

-señora Midoriya, aquel sujeto de ahí no le debía algo?- pregunto refiriéndose al supuesto doctor que ahora corría en cunclillas hacia la puerta

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-señora Midoriya, aquel sujeto de ahí no le debía algo?- pregunto refiriéndose al supuesto doctor que ahora corría en cunclillas hacia la puerta

-¿acaso es el doctor de hace rato? ¡Escapó!- se quejó.

𝙝𝙚𝙢𝙤𝙥𝙩𝙞𝙨𝙞𝙨 (ᴋᴀᴛsᴜᴅᴇᴋᴜ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora