Es injusto aparentar una vida normal cuando se sabe que partirás más pronto que los demás. El malestar en su pecho no facilita las cosas, solo espera que el dolor no dure un poco más.
-Realmente, me niego a despedirme de ti.-
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HISTORIA EN DESARR...
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-ya veo.. no se preocupe, estoy segura de que su hijo y usted saldrán de esta.- un par de horas fueron suficientes para que ambas mujeres crearan un lazo amistoso -créame que de verdad espero que sea así. Ruego que si.- confesó la mujer de cabellos verdes
El semblante de inko se tornó triste, no fue hasta que el amable señor del smokin apareció nuevamente -¿señora inko?-
volteó, repentinamente un color carmesí se tornó en sus mejillas. De la impresión saltó de su lugaro -¿Dígame? Disculpe, me distraigo muy fácil y luego hago espectáculos así- carcajeó con nervios. La mujer movía frenéticamente sus brazos con nerviosismo intentando cubrir su sonrojado rostro.
-me tengo que retirar - anunció. No podía darle un diagnóstico asertivo, y si lo que espectaba era cierto, tendría que investigar mucho.
La mujer se limitó a asentir mientras lo despedía con su mano. Ahora se sentía muy angustiada, había consultado con todos los doctores, ninguno logró dar un diagnóstico, era frustrante.
Yagi era muy observador, tenía el don de leer a las personas, no quería defraudar a sus pacientes. Al hablar con aquel muchacho lo conmovió lo suficiente
-por favor, ¿podría decirle a mi madre que me encuentro bien? Los doctores no me han dejado verla desde que ingrese, debe estar angustiada...- esas palabras, aquel chico tocó su corazón. mentalmente se comprometió a ayudar a esa pequeña familia.
Antes de irse, tomó con ambas manos una pequeña tarjeta que posteriormente le entregó a la mujer
-Soy toshinori yagi doctor y escritor. le pido amablemente que espere mi llamada, mañana temprano tendré los resultados.-
Sus ojos se iluminaron notoriamente, suspiró con alivio para luego estrechar su mano. - muchas gracias,- le sonrió -espero su llamada. -
-¿yagi?- interrumpió la mujer de cabellera rubia, -he oído hablar de usted- saludó mientras sacaba de su bolsa un cómic de un superhéroe llamado "All might" -normalmente traigo estos para los menores que están en espera- el mayor soltó una leve risita
-En efecto, yo fui el escritor de la trama, mi compañero fue el encargado de realizar los gráficos de esta
Unos pisotones se hicieron presentes y acto seguido la mujer de cabellera rubia saco una fotografía -este es katsuki, el es mi hijo y es gran fan de usted, aunque si pregunta no le diga que le dije yo. Si no es molestia ¿podría firmar esta historieta?-
el más alto solo sonrió y con un rápido movimiento postro su firma en aquella foto, sabia que también tenía prisa, miro la foto por unos segundos y sonrió aun más. -me honra saber que tengo admiradores tan prometedores-
-BRUJA!- gritó a lo lejos una voz ronca que de cierta forma provocaba escalofríos -apresúrate, te está esperando otro mocoso- el de la mirada carmín tocó el hombro de la femenina y la mencionada se limitó a tomar de la oreja a ese peculiar chico, despedirse y retirarse. el más alto podría jurar que cuando el chico se dio cuenta de su presencia sus ojos se habían iluminado levemente. Nuevamente, sonrio.
-oh, una cosa más señora Inko
-su hijo se encuentra bien, el también la extraña..
Los ojos de inko se cristalizaron -si- asintió -Gracias, Yagi.-
Sin nada más que decir realizó una pequeña reverencia para salir del lugar.
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Mientras caminaba por las calles no pudo evitar reír al recordar al peculiar chico rubio
-Debería escribir cómics más pacíficos, me preocupa estar alterando el comportamiento de mis lectores..- pensó.
