Recuerda a detalle el día en el que llego a casa de su madre. Aparentemente las noticias vuelan y los Bakugo no salieron extensos a saber, la tía Mitsuki había llegando casi volando al hospital de Izuku. Tanto el señor como la señora Bakugo se mostraban preocupados, no los culpa, sabe que es prácticamente como un segundo hijo para ambos, insistieron en llevarlo a casa también, no se negó. Durante el camino en auto vagaba en su mente una pregunta si Mitsuki y su madre eran como hermanas ¿como nunca supo de la existencia de Kacchan? Pronto Deku se dio cuenta de que realmente no era un tema importante, tenía tantas otras cosas en las que pensar.
Fue un viaje fue lento y silencioso. Notó como Katsuki lo miraba casualmente con la esperanza de lograr decir algo, segundos después se daba vuelta de nuevo y se perdía en la ventana.
Habían llegado. Izuku se mantuvo de pie frente al marco de lo que era su hogar, no estaba listo para entrar, no sabía que pasaría dentro. Agradeció que la familia Bakugo se mantuviera en el auto, odiaría que lo vieran tan ansioso. Bakugo estaba junto a él
-Gracias por todo Katsuki, agradécele a tus padres de mi parte también. Lamento que no se puedan quedar..- sonrió, era una sonrisa forzosa, y Kacchan noto eso.
-Si necesitas algo, no dudes en llamarme.- señaló con su dedo índice hacia su teléfono celular. No pudo evitar sentirse extraño al ser llamado Katsuki, pero decidió dejarlo pasar -espero no te moleste que haya agregado mi número y el de la vieja, sabes que puedes llamarnos.-
-Gracias, cuídate.- se despidió.
Dentro de casa, la mujer de cabello verdoso era un mar de lágrimas, abrazaba a su cachorro como la vez anterior, no paraba de pedir disculpas ¿por que? Se cuestionaba.
Todos pedían perdón.
-Oh, Izuku- sollozaba la triste mujer en un fuerte abrazo -mi pequeño, lo siento tanto.-
Los días siguientes su madre no se le despegaba, estaba muy al pendiente de que Izuku comiera y constantemente lo llenaba de cariños, también insistió en asistir a un psicólogo pero resultó ser que los precios de las consultas no eran accesibles para los Midoriya.
A Inko muy en el fondo le atormentaba demasiado el hecho de que volvieran a como inicio todo, cuando el chico no salía de casa ni aunque lo intentara, puesto que los ataques de pánico se presentaban al instante.
Pero el, ese chicho Katsuki. Habi logrado algo, durante esos días su pequeño se veía más feliz, lamentaba haber visto la sonrisa de su chico solo por una pantalla, gracias al trabajo que le impedía las visitas casuales. Ella lo sabe, sus ojos tenían ese brillo especial. Ese que conocía muy bien.
No diría lo que pensaba, dejarlo descubrirlo por sí mismo es mejor.
Solo esperaba que se brilló volviera, sus ojos ahora eran diferentes. Oscuros y perdidos.
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𝙝𝙚𝙢𝙤𝙥𝙩𝙞𝙨𝙞𝙨 (ᴋᴀᴛsᴜᴅᴇᴋᴜ)
De TodoEs injusto aparentar una vida normal cuando se sabe que partirás más pronto que los demás. El malestar en su pecho no facilita las cosas, solo espera que el dolor no dure un poco más. -Realmente, me niego a despedirme de ti.- -- HISTORIA EN DESARR...