Despierto al notar que alguien me toca el hombro levemente. Abro los ojos y veo a Stephen mirándome con una sonrisa socarrona en los labios.
- Buenos días bella durmiente, ¿te ha gustado babearme el hombro entero?
Me pongo colorada y limpio la baba que cae por mi mandíbula descaradamente. Me levanto y salgo del avión con mi mochila y mi orgullo a rastras. Al salir, me quedo de piedra al ver que estamos en... París.
Me giro con una ceja alzada hacia Stephen, que simplemente suspira y bosteza cansado. Me pasa un brazo por los hombros y empieza a caminar.
Cuando llegamos a la salida del aeropuerto, puedo vislumbrar un lamborghini negro esperando en una zona VIP llena de gente curiosa, fotógrafos y periodistas.
Al llegar Stephen se hace paso ignorando las cámaras y las preguntas. Simplemente me abre la puerta del copiloto en la que entro con cierta prisa. Veo como da la vuelta y se pone de piloto.
Hace rugir el motor y se larga dejando a todos asombrados y con miles de preguntas en la boca.
Mientras conduce, puedo notar como no le hace mucha gracia tener que ir a donde sea que me esté llevando.
- Donde vamos?
- A casa de mi familia, en París, al lado de la torre Eiffel.
No pregunto mas. Simplemente espero a llegar mientras observo las calles pasar. Cuando el coche para y Stephen sale se que hemos llegado. Me abre la puerta y me acompaña a... casa? A eso le llama el CASA?
Me encuentro boquiabierta delante de una casa de tres pisos, mas bien, una mansión de tres pisos, justo al lado de la torre.
- En cuanto te sientas incómoda, nos vamos.
Me coge de la mano y nos dirigimos a la entrada. Aún estoy procesando que demonios está pasando. Llegamos a la puerta y al abrirse veo a la madre de Stephen.
- Por fin! Llegáis justo para la comida. Me alegro de verte Karina, pasa.
Entro seguida de Stephen. La casa por dentro es enorme y lujosa. Me siento muy fuera de mi.
Sigo a su madre hasta llegar al salón, donde un chico y un hombre esperan hablando animadamente. Al darse cuenta de nuestra presencia se acercan a ella.
- No pensaba encontrar a otra dama en esta casa. Como te llamas jovencita?
- Me llamo Karina, encantada señor James
El hombre se ríe y me estrecha la mano.
- No me llames señor, puedes llamarme perfectamente Mark. Y este de aquí de llama Kevin.
Miro al chico, aun es un mocoso con las hormonas alborotadas... pero es bastante mas alto para su edad, es mas o menos igual de alto que Stephen.
El chico se acerca a mi, me mira y sonríe. Para mi sorpresa, se acerca y me abraza de manera familiar.
Me quedo de piedra y confundida, Mark y Nataly se ríen cuando de repente escucho una voz ronca y amenazante a mis espaldas.
- Kevin, aparta tus manos de Karina
El chico se aparta con una sonrisa juguetona en los labios.
- Yo también me alegro de verte hermanito. Gracias por traer a una chica decente.
Sigo de piedra. Noto una mano posarse en mi cintura. Stephen se ha acercado y se ha puesto en modo territorial.
- Ala venga, dejad vuestras riñas para luego, ahora a comer.
Justo cuando dice eso, se escucha el timbre de la puerta. Sin saber porque algo me oprime el pecho dándome mala espina.
Algo malo iba a pasar... pero no sabia el que.

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No huyas *1*
RomanceEl, boxeador reconocido, modelo de élite y hombre de pocas palabras. Ella, boxeadora en las sombras y rota por dentro. Si sus caminos se cruzaran... ¿el destino los juntaría o jugaría con ellos?