Me quedo de piedra tras escuchar a Karina decir lo que acaba de decir.
- Que?
Agacha la cabeza y se abraza.
- El... el mato a mis padres y a mi hermano...
- Pero... Karina... como puedes estar tan segura?
Veo como me mira a los ojos aguantando la rabia, el dolor, las ganas de simplemente dejarlo todo de lado y desistir.
- Stephen... jamás olvidaría la voz de aquel que destruyo mi vida en tan solo una noche... te crees que mentiría con algo así?
Sus ojos me suplican que la crea. Y lo hago. Creo cada una de las palabras que salen de su boca, la creo porque se perfectamente de lo que es capaz mi padre... pero aun no llego a saber el motivo sobre el cual hizo eso... tiene que haber algo por lo que mi padre haya cometido esa acción.
Abrazo a Karina y acaricio su cabeza.
- Princesa... el no volverá a tocarte, no volverás a escuchar su voz, ni siquiera volverás a verle... te lo juro por los sentimientos que guardo por ti.
Noto como tiembla y se separa para mirarme a los ojos.
- Que...
- Te quiero Karina, me gustas, y mentiría si te dijera que ahora mismo no tengo ganas de matarlo con mis propias manos por haberte causado tanto dolor durante tanto tiempo.
Me rompo al ver a Karina levantar la comisura de sus labios en una sonrisa sincera y tierna. Sin poder evitarlo me lanzo a abrazarla fuerte entre mis brazos.
- Jamás volveré a permitir que llores ante mi, ni ante nadie princesa. Te lo juro.
Noto como me rodea y me acaricia la espalda.
- Gracias Stephen... gracias... por todo...
La puerta se abre y entra una infermera.
- Disculpe... pero debe salir, ella debe descansar por ahora.
Asiento y me separo de Karina, no sin antes dejar un beso dulce en sus labios y frente.
La miro a los ojos una ultima vez y salgo del cuarto, donde me esperan mis padres y mi hermano.
Mi madre enseguida capta mi mal humor y se acerca.
- Stephen...
- Voy a matarlo como vuelva a ver a ese hdp cerca.
Salgo del hospital hecho una furia. Ahora mismo lo único que quiero es partirle la cara y que jamás vuelva a acercarse a Karina.
Entro en el coche y empiezo a conducir como loco sin rumbo alguno. Por un momento recibo una llamada de un numero desconocido. Lo ignoro, pero ese mismo numero desconocido insiste. Decido cogerlo.
- Diga
- Hablo con Stephen James?
- Si, quien es usted.
- Diríjase al despacho numero 45 en la ciudad del orden.
Voy a contestar, pero me cuelgan antes de hacerlo. Estoy lo suficientemente cabreado como para pasar de largo... pero algo me dice que debo ir, que me podría ser de utilidad.
Pongo rumbo a la ciudad del orden y no me demoro en aparcar y dirigirme a grandes zancadas. Pregunto por dicho despacho y enseguida me acompañan hasta la ultima planta. Al bajar del ascensor, veo que solo hay un pasillo que lleva a una única puerta.
Camino hacia esta y entro sin siquiera llamar. Lo que me encuentro me deja completamente descolocado. Un hombre tras la mesa que parece ser un abogado, y junto a la ventana, mirando la ciudad, hay otro hombre mas joven.
En cuanto este se gira, siento como se me corta la respiración.
ESTÁS LEYENDO
No huyas *1*
RomanceEl, boxeador reconocido, modelo de élite y hombre de pocas palabras. Ella, boxeadora en las sombras y rota por dentro. Si sus caminos se cruzaran... ¿el destino los juntaría o jugaría con ellos?