Camino por la playa con la mirada baja. Esa señora... la madre de Stephen... quien hubiera imaginado que algún día volvería a verla... después de aquella noche...
Cierro los ojos y me agacho en la arena tapando mis oídos. Quiero alejar los gritos, las voces, los llantos de mi mente... quiero olvidar esa noche...
De repente noto como soy rodeada por un grupo de chicos. Ha empezado a llover y estoy empapada. Mi ropa deja ver lo que llevo en el interior. Me abrazo e intento salir del circulo donde me han encerrado, pero me lo impiden.
- Donde vas con tantas prisas hermosa?
- No quieres venir a divertirte con nosotros?
Cierro los ojos en cuanto veo que uno acerca su mano para tocarme.
- Tócala con tus sucias manos y te juro que no vives para contarlo.
Esa voz... esa voz que ha estado a mi lado en momentos como estos, esa voz que me calmado y a alejado a mis demonios. Alzo la mirada y ahí lo veo, con su pelo tapándole el rostro, con sus ojos fríos, sus duras facciones... y su sonrisa.
Sin pensármelo me levanto y lo abrazo. Lo abrazo sin importar la lluvia, lo raro de la situación, el frío. Lo abrazo como si tuviera miedo a soltarlo, a dejarlo ir, a dejarlo separarse de mi lado.
Noto sus fuertes brazos rodearme y ahí acabo de romperme, me hago añicos, desaparezco y solo me queda llorar. Llorar como la niña pequeña que era, deseando que alguien se quedara a mi lado y que me dijera solo esas palabras que tanto quería escuchar de alguien cuando sabes que lo has perdido todo.
- Todo va a salir bien
Cierro los ojos y dejo que la lluvia acabe de empaparnos. Cuando me he calmado, me separo y le miro a los ojos. Esos ojos grises que parecen un mar lleno llamas bailando sobre cualquier cosa. Y tras el, la luna.
La hermosa luna llena sobresale de sus espaldas como si supiera exactamente en que momento salir y dar su espectáculo.
Stephen se gira y sonríe al ver la luna llena de fondo. Cuando se gira para mirarme, puedo volver a ver esa sonrisa sincera sin miedo a salir a la luz.
Sus ojos buscan los míos, sus manos mis mejillas, y sus labios... sus labios buscan mis labios hasta fundirlos en un beso sellador de todo lo que ha crecido en nuestro interior.
Cuando nos separamos y juntamos nuestras frentes, no podemos evitar sonreír.
- Karina... volvamos a casa.
Asiento y noto como me coge de la mano para empezar a andar hacia su casa de la playa. No me pregunta nada, simplemente me transmite que va a estar para mi en cualquier momento.
Llegamos y solo su madre está despierta. En cuanto entramos, nos manda a los dos a la habitación de Stephen para darnos un buen baño caliente. Obedecemos sin rechistar.
Entro en su baño y me deshago de la ropa mojada. Lleno la bañera de agua caliente y me meto sintiendo como el calor vuelve a mis manos y pies. Escucho la puerta abrirse y me hago un ovillo asustada.
- Tranquila, soy yo.
Cierro los ojos y vuelvo a abrirlos al notar que el ha entrado también a la bañera y apoya su espalda junto a la mía.
Suspiro y dejo caer mi cabeza hacia atrás, apoyándome en la suya.
- Stephen...
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No huyas *1*
RomanceEl, boxeador reconocido, modelo de élite y hombre de pocas palabras. Ella, boxeadora en las sombras y rota por dentro. Si sus caminos se cruzaran... ¿el destino los juntaría o jugaría con ellos?